¿Qué son los quistes ováricos en la vaca?

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Quistes ováricos en el ganado bovino

 Escrito por: MVZ Jorge Ávila García; PMVZ Georgina Cruz H.

Que son los quistes ováricos?

Los quistes ováricos (QO) se definen como estructuras llenas de un fluido acuoso o de un material semi-acuoso con áreas ligeramente compactadas que tienen un diámetro superior a 2,5 cm y que persisten en el ovario por más de 10 días.

Básicamente son folículos que no han ovulado cuando deberían haberlo hecho y en su mayoría ocurren después del posparto. Se consideran normales cuando su permanencia en el ovario no excede un lapso entre los 40 y 45 días, momento en que desaparecen espontáneamente y sin ningún tratamiento.

Los Quistes Ováricos constituyen una de las principales causas de pérdida económica y de disfunción reproductiva en fincas lecheras, ya que las vacas a las que se les diagnostica un quiste, a menudo exhiben intervalos entre partos prolongados. La incidencia reportada de Quistes Ováricos en vacas lecheras oscila entre 10 y 15%, existiendo fincas con incidencias mayores (30 a 40%) durante períodos cortos.

La presencia de quistes altera el ciclo estral de la vaca y obliga a tratamientos exógenos para retirar el quiste y reanudar la actividad cíclica de la gónada (Hatler, et al. 2006).

Cómo se forman los quistes ováricos en la vaca.

Los quistes lúteos en el ganado se forman mediante la luteinización de un quiste folicular presente en la vaca (Garverick,. 1997) y pueden causar infertilidad en la vaca si persisten y mantienen progesterona sistémica en concentraciones que impiden el incremento de LH y la ovulación.

Los quistes lúteos no son lo mismo que los cuerpos lúteos, sim embargo se tratan con tratamientos similares con prostaglandinas. Recordamos que un cuerpo lúteo normalmente contienen cavidades que pueden ir de menos de 2 mm llegando a superar los 10 mm diámetro durante el ciclo estral y la preñez temprana de la vaca (Kastelic et a., 1990).

Tipos de quistes ováricos en bovino.

Existen diferentes tipos de quistes ováricos, estos pueden ser: quistes foliculares, quistes luteales y cuerpos lúteos Quísticos.

Quiste Folicular de la vaca.

La principal causa de su aparición es la permanencia y desarrollo de un folículo con capacidad para ovular y que no ocurrió así por deficiencia de la hormona luteinizante (LH). El quiste folicular es una estructura que presenta paredes delgadas y en su interior contiene un líquido acuoso.

Muchas vacas exhiben más de una de estas estructuras en uno o en ambos ovarios. A la palpación rectal se aprecian de textura blanda y fluctuante. Del mismo modo, este tipo de quiste presenta bajas cantidades de la hormona progesterona (P4), debido a la ausencia de un cuerpo amarillo funcional.

Signos de los quistes folicular en el ganado: Vacas con este tipo de quistes presentan celos intensos y prolongados, en un cuadro denominado “ninfomanía”. Este comportamiento se da por exceso de los estrógenos que produce este quiste, lo que trae como consecuencia que estas vacas intentan frecuentemente montar a otras vacas, además de permanecer quietas cuando las intentan montar a ellas.

Su conducta es nerviosa, con disminución de la producción láctea y pérdida de la condición corporal. Al examen visual, la vulva se observa inflamada y edematosa con abundante secreción de moco claro.

Quiste Lúteal en bovino.

Los quistes lúteos en la vacas son de paredes gruesas, siendo unas estructuras llenas de fluido de ≥ 2.5 mm de diámetro que secretan cantidades normales o mayores de progesterona.

Están cargadas de un fluido más espeso que el quiste folicular y que producen grandes cantidades de progesterona, lo cual impide la aparición del celo. Generalmente son únicos y unilaterales, y a la palpación se aprecian duros y firmes.

La mayoría de estos quistes luteales probablemente se forman mediante la transformación de un quiste folicular que en caso de persistir prolongadamente causan infertilidad. La pared de este quiste es gruesa y está compuesta por tejido lúteo y a diferencia del quiste folicular, la cavidad en vez de estar repleta de fluidos, se entremezcla con un contenido más denso y compacto que se pueden diagnosticar fácilmente usando ultrasonografía.

Signos de quistes Luetal en el ganado. Predomina la ausencia de celos o abolición de la actividad sexual cíclica, como  si se tratase de un cuerpo lúteo persistente. Si este quiste persiste en el tiempo, las vacas manifiestan una conducta homosexual permanente, la cual se manifiesta por sus intentos de monta a otras vacas durante todo el día, pero sin ellas dejarse montar.

Cuerpo Lúteo Quístico.

El cuerpo lúteo es una estructura normal en el ciclo reproductivo de una hembra, siendo un cuerpo amarillo con una cavidad que contiene un líquido acuoso.

Es una cuerpo funcional y no se considera patológico, por lo tanto, no altera en nada la función reproductiva de la hembra. Sin embargo, en ocasiones, la presencia de estos quistes genera diagnósticos errados, al confundirse con otro tipo de quiste.

Causas y factores de riesgo que producen los quistes ováricos en vacas lecheras.

  • Disfunción del eje hipotálamo-hipófisis-ovario.
  • Inadecuada secreción de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH).
  • Inadecuada magnitud y frecuencia de pulsos de la hormona luteinizante (LH) debido a un pico preovulatorio deficiente.
  • Deficiencia en la respuesta a la estimulación positiva de los estrógenos.
  • Disfunción ovárica debido a una carencia de receptores para la hormonaLH.
  • Estrés intenso que induce la liberación de ACTH y Cortisol, además de opioides endógenos asociados al estrés y que bloquean la descarga ovulatoria.
  • Déficit de glucosa, relacionado con la síntesis de prolactina y de insulina.

Factores de riesgo. Se han implicado los aspectos de tipo genético, sin embargo el índice de herencia para esta característica es bajo. Por la prioridad que existe de seleccionar las vacas en función de otros caracteres, la implementación de criterios de selección para eliminar los quistes no es probablemente una estrategia de manejo a seguir.

Otros factores que influyen en la aparición de quistes radican en el consumo de forrajes con elevado contenido de estrógenos. En países de clima templado y con especies forrajeras distintas a las nuestras se ha sugerido que el consumo de forrajes con sustancias que manifiestan actividad estrogénica puede jugar un papel en la aparición de quistes ováricos (Mendoza,  et al. 2001).

Del mismo modo, se ha establecido que vacas alimentadas con dietas deficientes en selenio durante el período seco poseen mayor incidencia de quistes ováricos y que las vacas con condición corporal excesiva al secado están más propensas a desarrollarlos.

El riesgo de los quistes ováricos también aumenta en vacas primíparas, especialmente en aquellas con altas concentraciones de cetona en la leche. También se le atribuye como causa de aparición de quistes ováricos a las infecciones uterinas.

Algunos factores de origen nutricional, tanto por deficiencia de algunos compuestos, como por exceso en el suministro de otros, han sido considerados como   causas   potenciales   de   los   quistes,  algunos factores nutricionales tenemos:

  • Alimentos bajos en yodo, ocasionan en los animales celos silentes y aumentan la incidencia de quistes ováricos.
  • Altos niveles de manganeso en la dieta conllevan a una depleción en la absorción  del  hierro y la inhibición de la síntesis de los precursores de las hormonas necesarias para la reproducción, como también de los metabolitos generados durante el desdoblamiento ruminal se ven representados de manera indirecta.
  • La deficiencia de sodio afecta la producción de moco cervical, con consecuencias como problemas en la capacitación de espermatozoides y aumento de las infecciones uterinas. Dado que la deficiencia de sodio es de rara presentación, solo se pueden describir vagamente los síntomas clínicos de esta deficiencia mineral (dificultad de concepción, distocias y terneros débiles al nacimiento, inactividad ovárica y mayor incidencia de retención de placenta.

Problemas causados por los quistes ováricos en la vacas

Los quistes ováricos en las vacas lecheras se consideran como la causa principal de pérdida económica y disfunción reproductiva en producciones lecheras (Garverick, 1997) y las vacas a las que se les diagnostica quistes a menudo exhiben intervalos entre partos muy abiertos (Bartlett et a., 1986). La incidencia reportada de quistes ováricos en vacas lecheras varía de 10 a 13% (Erb y White, 1973; Bartlet et a., 1986), y los hatos con problemas pueden tener una incidencia mucho mayor (30 a 40 %) durante periodos cortos (Archibald y Tatcher, 1992).

Los quistes ováricos se pueden manifestar con la presentación de celo anormal y corto, con una conducta estral intensa y prolongada a la que se le denomina ninfomanía (Kessler y Garverick, 1982) que resulta de una baja cantidad de progesterona debido a la ausencia de un cuerpo lúteo funcional e incremento de estradiol de los folículos quísticos (normalmente el estradiol de un folículo preovulatorio inicia una cascada de sucesos endócrinos que inducen la ovulación), en este caso la cascada endocrina no se acopla y la progresión normal al ciclo de estro se interrumpe causando infertilidad.

La etiología de los quistes foliculares es difícil de estudiar porque es impredecible al inicio de la formación de quistes dentro de los individuos (Garverick., 1997).

Los quistes ováricos se caracterizan por provocar anestro, siendo común en vacas altas productoras. Su forma es típica muy parecida a una pelota de Golf.

Clasificación de los quistes ováricos

La fisiología y etología de los quistes ováricos no es muy conocida, se ha implicado la herencia, sin embargo, los estimados son bajos, la mayor producción de leche, contenido de estrógeno de forrajes e infecciones uterinas, compuestos con actividad estrogénica en los alimentos pueden jugar un papel en la enfermedad de quistes ováricos.

Se ha encontrado que la Zearalenona (micotoxina F2) que es un micoestrógeno que produce el hongo Fusarium spp. Por esta razón No se recomienda suministrar más de 500 ppb en el consumo total de materia seca.

En vacas con una condición corporal muy alta durante el periodo seco, en vacas alimentadas con dietas bajas en selenio y en vacas primerizas se pueden presentar altas concentraciones de cetona están predispuestas a la presencia de quistes ováricos.

 Cómo identificar quistes foliculares en el ganado bovino

El diagnóstico de quistes en ganado lechero se puede realizar con exámenes rectales posparto realizados por un médico veterinario.

La palpación rectal permite identificar una estructura grande llena de fluidos, muy suave al talco y con presencia de una membrana delgada comparada con un quiste lúteo. Sin embargo, es muy difícil diferenciar entre quiste folicular y luteal, aún por clínicos experimentados. La precisión del diagnóstico se incrementa cuando se usa ultrasonografía transrectal, la cual arroja una identificación correcta de quistes lúteales (90%) y foliculares (75%).

Quistes ováricos

Al aplicar la técnica de radioinmunoanalisis (RIA) y detectar bajos niveles de progesterona en sangre, asociadas a un folículo ovárico que sobrepasa los 2,5 cm, estamos en presencia de un quiste folicular. En cambio, si se detecta un folículo con dimensiones semejantes acompañado de concentraciones elevadas de progesterona, estamos en presencia de un quiste luteal. De acuerdo con éste criterio, los cuerpos lúteos quísticos entrarían en cualquier categoría dependiendo de la etapa en la cual fueron detectados.

Como eliminar los quistes foliculares en bovinos

El tratamiento de los quistes en el ovario dependerá del tipo de quiste que se presente en la hembra.

Tratamiento para quistes foliculares en la vaca.

Los quistes foliculares se pueden tratar administrando análogos sintéticos de GnRH (gonadotropina coriónica) a razón de 100 a 200 mcg ( 2.000 a 5.000 U.I.), tenga en cuenta que deben ser aprobados para vacas lecheras (Bierschwal et al., 1975; Según et al., 1976; Whitmore et al., 1979). Esta hormona luteinizante, restablece el ciclo estral en el ovario, aunque no se deben inyectar dosis de forma tan seguida.

Se debe aplicar vía intramuscular profunda utilizando una aguja larga y delgada (calibre del 18 a 20) con jeringa desechable, si no responde al tratamiento a los 15 días después se vuelve a repetir la misma dosis de GnRH o se puede incrementar la dosis.

Si a la tercera revisión la vaca continua con el quiste folicular se debe aplicar 200 mg de progesterona.

El tratamiento con GnRH induce la luteinización antes que la ovulación del quiste folicular y finalmente resulta en la formación de un quiste lúteo (Garverick, 1997; Fricke et al., observaciones no publicadas). Una vez formado el quiste lúteo, la vaca se revisa 15 días después y la regresión puede ser inducida por la administración de PGF2α (Nanda et al., 1988).

Algunos veterinarios usan la progesterona y los progestágenos con éxito, para esto se usan dispositivos intravaginales que disminuyen la concentración basal y la frecuencia pulsátil de LH, y por lo tanto los quistes no podrán seguir hacienda presencia disminuyendo su tamaño.

Rompimiento manual de los quistes foliculares por veterinarios.

La ruptura manual de los quistes vía palpación rectal no se recomienda debido a los traumatismos sobre el ovario que causan ooforitis y adherencias que ponen en riesgo la fertilidad de la vaca (Archibald y Thatcher, 1992).

La práctica actual en las producciones lecheras es suplementar a las vacas secas y las vacas en lactancia con vitamina A, E y selenio aproximadamente 100,000 IU y 150, 000 IU por vaca por día respectivamente (Weiss, 1998) ya sea por vía intramuscular u oral en el concentrado, esto como medida preventiva para quistes foliculares y retención de placenta al momento del secado.

Si la presencia de los quistes foliculares es muy frecuente y no responden al tratamiento hay que sospechar de la presencia de micotoxinas como la zeralenona para la cual se integran secuestrantes en el alimento.

Quistes luteales

PGF2α: En caso de los quistes luteales o foliculares luteinizados se aplica una dosis única de 25 mg vía intramuscular o una dosis equivalente de un análogo sintético.

Estrategias para prevenir los quistes:

  • Implementar los controles reproductivos posparto.
  • Disminuir los índices de distocias, retenciones placentarias y otras enfermedades asociadas al parto, para minimizar el estrés de la lactancia temprana y disminuir la incidencia de QO.
  • Vigilar la aparición de piómetra. Vigilar que el cuerpo lúteo no se haga persistente, y si ocurre administrar PgF2α.

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Bibliografía.

 Garverick HA. Ovarian follicular cysts in dairy cows. J Dairy Sci 80:995- 1004. 1997.
Woolums A., Peter A. Cystic Ovarian Condition in Cattle. Part II. Pathogenesis and
treatment. Compendium on continuing. Education for the practicing Veterinarian. 16 (9): 1247-1250. 1994.

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Un comentario

  1. Me parecen muy interesantes los temas tratados en esta página, el abordaje realizado es muy adecuado. Es una herramienta muy importante para actualizar conocimientos y/o adquirir otros nuevos.

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