rabia bovina

Rabia Bovina

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RABIA BOVINA

Definición de la rabia bovina

La rabia bovina es una enfermedad infecciosa del sistema nervioso central, generalmente aguda, cuyo agente causal es un virus. Todos los animales de sangre caliente, incluyendo al hombre, son susceptibles en mayor o menor grado, El virus rábido pertenece a la familia Rhabdovirida y al género  Lyssavirus

Distribución de la rabia bovina

El virus rábico tiene distribución mundial,  con diferentes  animales  como  vectores  primarios  en diferentes  regiones  del  mundo, responsables de  la transmisión de la enfermedad al ganado y otras especies. El gato, el perro, el murciélago  y los vampiros insectívoros sirven  como  especies  vectores  en los países tropicales  de América.

Epidemiología de la rabia bovina

La epidemiología de la rabia varía, dependiendo de la especie vectora  predominante en la zona  donde se presenta;  más aun: esta puede variar en gran forma dentro  de un mismo  país, dependiendo de los vectores, niveles de infección e interacción entre especies vectoras,  ganado  y hombre.

La edad es un factor importante en la susceptibilidad de las especies  a esta enfermedad, siendo  los animales  jóvenes más susceptibles  que los viejos. La diseminación natural  de la enfermedad depende de la clásica cadena de transmisión por mordedura.  El virus rábico a menudo se acumula  y es excretado con altos títulos en la saliva de las especies vectoras. Como regla general, la mayoría de los carnívoros  no excretarán  virus por  la saliva 5 días  antes  de que  muestren signos clínicos de la enfermedad.

La rabia  bovina  resultante de la exposición  a vampiros  es enzótica  en la mayor parte de los países latinoamericanos. Al igual que  los carnívoros, un foco epizoótico ocurrirá en varias áreas endémicas. Se estima  que  en la región  latinoamericana, aproximadamente 500,000 cabezas mueren por esta causa cada año. Las razas  europeas  parecen  ser más  susceptibles a la rabia que las razas cebuinas por contar éstas  con una  piel más  dura.  En muchas  partes del mundo tropical, en donde el vampiro juega el papel principal  en la transmisión, la especie  Desmodus rotundus es la más común transmisora del virus. Este vampiro tiene preferencia por sangre bovina, haciendo de esta manera  muy  alta la exposición  a la enfermedad.

El murciélago vampiro se alimenta exclusivamente de sangre tanto de animales domésticos, como de otros animales silvestres. Bajo estas circunstancias tanto el vampiro normal como  el  vampiro  rabioso  atacan  cada  noche  a  varios  animales.  Si  el vampiro empieza a excretar el virus rábico en la saliva antes de presentar signos clínicos de enfermedad, se convertirá en un transmisor muy eficiente de la rabia paresiante. Con mucho, el animal de que prefieren alimentarse los vampiros es el bovino; de ahí que el mayor impacto de la enfermedad se refleje en los bovinos y en menor proporción en otras especies animales.

El agente causal de la rabia

 Características del virus: La rabia es una enfermedad infecciosa causada por un virus del grupo rhabdoviru Las características del grupo son: Los viriones tienen forma de bala, miden de 130 a 220 nm de largo y de 60 a 80 nm de diámetro. Un extremo es redondeado y el otro aplanado con un cuerpo cilíndrico (de ahí que se le compare con Una bala). Contienen alrededor de 2% de ácido ribonucleico de cadena sencilla con un peso molecular de 3.5 x 106 daltons en un nucleocapside de simetría helicoidal que está contenido en una envoltura con proyecciones superficiales fungiformes. Los virus de este grupo se sintetizan en el citoplasma y son ensamblados en las membranas celulares. La  mayoría  de  los  virus  de  este  grupo  se multiplican en vertebrados y artrópodos.

Como se trasmite la rabia bovina

Características del vector: La familia Desmodontidae consta de tres géneros, cada uno con una sola especie: Desmodus rotundus o vampiro común, Diphylla eucaudata o murciélago  de patas  peludas  y Diaemus  youngi  o  murciélago  de  alas blancas. Estas tres especies animales se alimentan exclusivamente de sangre tanto de mamíferos como de aves. Las tres especies de vampiros son potencialmente capaces de transmitir la rabia.

La escasez de las especies Diphylla y Diaemus sin embargo, los hace poco importantes desde el punto de vista de la rabia paresiante bovina. El Desmodus rotundus, por el contrario es muy abundante y el grueso de los daños atribuidos a esta familia corresponde a los causados por este animal. Es por esto que nos ocuparemos solamente de esta especie, dada la importancia económica del problema que representa.

La distribución y densidad de población del vampiro ha ido aumentando en las zonas de América Latina en que se ha introducido ganado. Su distribución va desde el norte de México hasta la parte central de Argentina en todas las zonas por debajo de los 2000 metros sobre el nivel del mar.

Se le encuentra en una gran variedad de habitats, tales como sabanas, desiertos, pantanos y en general en las zonas subtropicales de Latinoamérica. Ningún otro continente presenta esta especie animal. Como puede apreciarse, las zonas afectadas por el murciélago vampiro constituyen las principales regiones ganaderas de México y otros países de Centro y Sudamérica.

Los murciélagos vampiros habitan en colonias de 100 a 200 individuos en estrecho contacto, aun cuando se han encontrado colonias de mas  de  2000  animales.  Pueden  compartir  una  cueva  con  otras especies de murciélagos, aun cuando dentro de la cueva cada especie ocupe nichos independientes. Los murciélagos vampiros también pueden encontrarse en árboles huecos (pochotas), en pozos abandonados y en túneles tanto de minas y canales de irrigación como en puentes del ferrocarril (alcantarillas). Generalmente no se les encuentra en los tejabanes de casas habitadas como sucede con otros murciélagos.

Con el fin de sobrevivir, el murciélago vampiro debe alimentarse cada noche. Generalmente no consumen de un solo animal toda la sangre que necesitan;  pueden  atacar  a  varios  bovinos  en  una  sola  noche  o  bien alimentarse de sangre de varias especies animales. Se ha encontrado en estudios de ingesta gástrica de vampiros, que algunos de ellos se alimentaban hasta de cuatro animales diferentes en una noche. Los animales atacados eran bovinos, equinos, ovinos, caprinos, aves y humanos en orden decreciente de frecuencia.

Algunos investigadores han utilizado equipo de visión nocturna a fin de observar al comportamiento del murciélago vampiro en condiciones naturales. El vampiro sale en las horas de menor luz, cuando la luna no ha salido aún o cuando ya se ha puesto. Llegan con un vuelo a baja altura (menos de dos metros) y se posan en el suelo. Observan atentamente a los animales y proceden a atacar ya sea en las patas, el lomo o en la región perineal, según lo permita la posición de los animales. Se ha visto a varios vampiros (hasta siete) alimentarse simultáneamente de un animal y en ocasiones varios de ellos de la misma herida. La forma en que se empujan unos a otros para alimentarse de la misma herida no indica la presencia de una estructura jerárquica entre ellos.

Si un vampiro ha consumido una gran cantidad de sangre, lo que le impide volar con facilidad, se refugia en un árbol o matorral cercano en donde reposa durante unas horas y después se dirige a su refugio. Si el animal que un determinado vampiro ha elegido para su ataque se resiste, el vampiro se retira volando y vuelve unos segundos después y continúa en esta forma hasta que el animal se queda quieto.

En caso de que un animal se mueva mientras los vampiros están posados sobre él, todos los vampiros se retiran rápidamente. De hecho los vampiros se retiran antes de que sea visible ningún movimiento en el animal. Probablemente sienten las contracciones musculares del animal antes de que se produzca ningún movimiento.

Los murciélagos vampiros consumen sangre a razón de 20 ml cada noche (7.5  litros  al  año).  Los  ataques  nocturnos  repetidos  causan  pérdida crónica de sangre a los animales no sólo por el consumo directo de los vampiros sino par la profusión con que sangran las mordeduras. La pérdida de sangre es causada por el anticoagulante (Desmodontina) contenido en la saliva del vampiro. Las heridas puede ser  puerta  de  entrada  a  miasis  (gusaneras  )  e  infecciones  de  tipo bacteriano, además de la depreciación de las pieles. Como podrá observarse, las pérdidas ocasionadas por el vampiro son múltiples sin cuantificar las causadas por transmisión de la rabia.

Signos clínicos de la rabia bovina

Generalmente, el primer signo de rabia en el ganado es una depresión generalizada característica de muchas  infecciones  virales. La pérdida del apetito y la caída drástica de la producción de leche en animales lactantes  son indicadores del inicio de la enfermedad. A medida que esta progresa, se desarrolla un  apetito  depravado, caracterizado por  morder madera  o comérsela,  así como  otros  objetos  no digestibles.  Se pueden  observar tremores o espasmos musculares y de las orejas. La parálisis de los músculos de la garganta  con excesiva salivación  y rechinido de dientes también son comunes.

Las vacas tienden al ptialismo  y presentan dificultad para beber agua, pero, en contraste con el hombre, no muestran hidrofobia.  Hay incremento de la excitación  sexual, tanto  en hembras como  en machos. Algunos animales desarrollan  la etapa furiosa, y atacan a otros animales, al hombre o a objetos inanimados; el ganado  rara vez muerde  durante la etapa  de excitación,  pero  puede embestir. Durante este  periodo, estímulos externos  como luces brillantes,  ruidos, o movimientos repentinos, pueden  causar reacciones violentas,  convulsiones o colapso.

Conforme la enfermedad avanza,  se desarrolla una  parálisis  progresiva;  el animal enseguida  se colapsa y eventualmente entra en coma.

En los estadios finales de la enfermedad muestran incoordinación, parálisis del tren posterior, el animal camina derrengado (de ahí el nombre de “derriengue” que se aplica a la enfermedad), y finalmente, es incapaz de levantarse, observándose contracciones museulares, movimientos desorganizados de los miembros y muerte. La muerte puede ocurrir entre los cuatro o seis días después dela presentación de los primeros signos clínicos. Una vez que se han presentado los primeros síntomas no hay nada que pueda hacerse por el animal. Con frecuencia los ganaderos envían al rastro a estos animales para su sacrificio rápido.

La muerte puede ocurrir rápidamente, pero la enfermedad generalmente pasa por varias etapas hasta la parálisis y muerte  en un periodo  de 4 a 7 días después  de observados los primeros  signos. Los signos clínicos de la rabia deben ser diferenciados  de los correspondientes a la obstrucción esofágica  por  cuerpo  extraño  y otras  condiciones que  pueden  afectar  el sistema  nervioso  central  o periférico  (acetonemia, hipomagnesemia, y pseudorrabia).

La rabia paresiante bovina ocasiona fuertes pérdidas a la ganadería de las áreas afectadas. Un cálculo conservador de las pérdidas en México es de 100 000 cabezas anualmente y de 1 000 000 de cabezas de ganado bovino en Latinoamérica. El mas reciente de estos cálculos considera la población de ganado bovino en México en 1964 y si bien el número de animales ha aumentado,  también  el porcentaje  de  animales  vacunados es actualmente mayor. Las pérdidas actuales en cabezas de ganado muertas de rabia son difíciles de cuantificar dado el bajo número de casos sospechosos que se llevan a los laboratorios de la red nacional  de laboratorios de diagnóstico o a otros laboratorios en   los   que   se   puede hacer el   diagnóstico    diferencial apropiado.

Los animales muertos de rabia paresiante son objeto de decomiso total, ya que representan un elevado riesgo de infección para los operarios del rastro y los carniceros que manejan estas canales. Es conveniente que el medico veterinario encargado de la inspección sanitaria de carnes tenga en mente la posibilidad de que se trate de introducir ilegalmente animales rabiosos, ya que en la actualidad no se hace ninguna prueba en los rastros para detectar esta enfermedad. En el caso de la rabia paresiante, el cuarentenar al ganado por dos o más días, con observación diaria antes del sacrificio, puede ser muy útil para detectar a este tipo de animales.

Salud pública

 Aunque  el ganado  afectado  con rabia puede  atacar al hombre, rara vez, o casi nunca, muerde.  El hombre, a menudo se expone al proceder a inspecciones mediante palpación  de la boca tratando de extraer un supuesto cuerpo extraño  esofágico. La saliva de animales infectados a menudo contiene virus de 3 a 5 días antes  de que  los signos clínicos aparezcan. También los movimientos violentos  de cabeza  durante el examen  puede resultar en abrasiones o cortadas de las manos  del examinador; la contaminación de estas  heridas frescas  con virus rábico  se convierte  entonces en una  seria exposición.

Se deben utilizar guantes protectores gruesos y otro  tipo  de ropa  de trabajo  cuando  se proceda  a abrir cráneo o columna.  Los implementos de hule, pueden  ser fácilmente desinfectados.

Todas  las heridas  contaminadas con tejidos  o fluidos de animales  infectados  con rabia deben  ser lavados  inmediatamente durante  varios  minutos con agua y jabón, lavarse concienzudamente es una medida  muy importante de prevención.


Patogenia de la rabia del bovino

 Siguiendo a la inoculación  del virus, hay una reproducción  local del mismo  en las células epiteliales. Despues, los viriones cruzan los haces neuromusculares y neurotendinales y se mueven centrípetamente al sistema nervioso central, siguiendo las ramificaciones neurales.

Luego, el virus se disemina  a partir del sistema nervioso  central, a través de los áxones  de los nervios trigémino, facial, olfatorio y glosofaríngeo, para llegar a las glándulas salivales, así como a las células olfatorias,  pasando  de ahí a las secreciones  orales y nasales. En el cerebro  del ganado,  el virus tiene  predilección por el bulbo y el cerebelo.

Diagnóstico de la rabia.

  Existen varios métodos para efectuar el diagnóstico diferencial de la enfermedad que corresponden básicamente a dos tipos: 1) diagnóstico en animales de laboratorio, y 2) diagnóstico histopatológico. El diagnóstico histopatológico puede subdividirse en métodos de detección de corpúsculos de Negri e inmunodiagnóstico. Estos tipos de prueba se pueden efectuar una vez que ha muerto el animal. Recientemente se han introducido técnicas que permiten efectuar pruebas de diagnóstico diferencial en el animal vivo.

Diagnóstico en animales de laboratorio. Puede examinarse cerebro o glándulas salivales de animales sospechosos. Se prepara una suspensión de concentración conocida (generalmente al 10 o al 20%) de tejido sospechoso en solución salina estéril. Existen varios tipos de diluyente, sin embargo estos responden más a preferencias individuales que a una necesidad real de la prueba. Una vez preparada la suspensión se centrifuga a 1 500 r.p.m. (150 a 200 g) durante cinco minutos, para luego colectar el sobrenadante, e inocular un lote de ratones blancos de 21 días de edad por vía intracerebral. Los ratones deberán observarse diariamente durante 21 días, eliminando de la prueba a los que mueran antes de cinco días, pues estas muertes no son específicas.

El virus de la rabia debe ser completamente neutralizado por un suero antirrábico monoespecífico de referencia. La neutralización del virus con el suero de referencia constituye la prueba definitiva de que se trata de virus de rabia.

Pruebas histopatológicas. El diagnóstico histopatológico se basa en el reconocimiento de los corpúsculos de Negri en el encéfalo, cuya presencia continúa considerándose la lesión patognomónica de la rabia.

Existen numerosas técnicas para preparar el material para su examen. La más sencilla es la tinción de impresiones frescas con el colorante de Seller. Se preparan impresiones de asta de Amon, corteza cerebral, cerebelo y medula oblonga.

Antes de que se sequen las impresiones se sumergen en el colorante de 1 a 5 segundos, dependiendo del grueso de la impresión, se enjuagan rápidamente en agua de la llave y se dejan secar al aire. Se examinan al microscopio óptico con campo claro, primero a menor aumento para localizar áreas abundantes en neuronas y después bajo inmersión para detectar los corpúsculos de Negri. Los corpúsculos de Negri aparecen como estructuras redondeadas de color magenta, baja refringencia y con gránulos azules en su interior. La forma de los corpúsculos puede variar desde circular, oblonga, ameboide e inclusive triangular, pero siempre con bordes lisos y regulares.

Colorante de Seller

1.Azul de metileno  10 gramos

Metanol (libre de acetona) para hacer 1 000 ml.

2.Fucsina básica  5 gramos

Metanol (libre de acetona) para hacer 500 ml.

Solución de tinción

Azul de metileno (solución 1) 2 partes

Fucsina básica (solución 2) 1 parte

Mezclar bien las dos soluciones sin filtrar. La solución de tinción y las soluciones base deben mantenerse en frascos con tapón de rosca 0 tapón de vidrio esmerilado.

En ocasiones ocurre que la diferenciación de colores no es adecuada. Esto es notorio si las preparaciones teñidas tienden demasiado hacia el azul o hacia el rojo. Si el citoplasma celular aparece rojo en lugar de rosa en las áreas más delgadas, la fucsina es demasiado dominante. Agregar cantidades medidas de azul de metileno hasta obtener el ba1ance deseado. Si los corpúsculos de Negri aparecen de color café lechoso y las neuronas teñidas de color muy obscuro, el azul de metileno es dominante y se debe agregar fucsina básica hasta obtener el balance de color deseado. Una vez que se han ajustado las concentraciones de los colorantes para obtener el balance de color deseado, el colorante se mantendrá en buenas condiciones si se previene la evaporación.

Existen otros métodos más elaborados tanto de preparar como de teñir los especímenes. Estos métodos requieren de inclusión en un medio de soporte, cortes finos, etcétera, para obtener buenos resultados y además requieren experiencia considerable para su ejecución correcta. Existen el método de Mann, el de Fucsina-Safranina, el de Stovall y Bleck, el de Lentz, el de Romanwski y el de Schlefstein (37), entre otros, todos los cuales requieren de inclusión en parafina 0 en otro medio de soporte como el metacrilato soluble en agua, etcétera. Requieren asimismo de equipo completo y personal especializado para hacer los cortes, tinciones y observación microscópica.

Técnicas de inmunodiagnóstico. La especificidad de los anticuerpos para combinarse con su antígeno ha sido empleado con ventaja. Para efectuar el diagnóstico diferencial de la rabia y otras enfermedades. Los anticuerpos presentes en un suero antirrábico hiperinmune se marcan con un colorante, generalmente un fluorocromo (el mas empleado es el isotiocianato de fluoresceína (bajo condiciones apropiadas que impidan la desnaturalización de las proteínas. Los anticuerpos así tratados retienen su capacidad de combinarse con su antígeno. Al localizarse los anticuerpos en el sitio en que se encuentra el antígeno, se fijan a este y es posible detectar el antígeno con un alto grado de seguridad y eficiencia.

Esta técnica requiere de equipo especializado (microscopio para fluorescencia) así como de personal entrenado, pero es comparativamente sencilla y rápida de efectuar.

Recientemente se ha empezado a utilizar otro tipo de substancias para marcar los anticuerpos. Una de ellas que promete llegar a ser una valiosa ayuda para el laboratorista es la de utilizar enzimas que normalmente no se encuentran en los tejidos. Hasta la fecha se han hecho conjugados con fosfatasa ácida y con peroxidasa de rábano (39). Ambas enzimas son escasas o inexistentes en la mayoría de los tejidos hasta hoy estudiados. Este tipo de preparaciones retiene las ventajas de la inmunofluorescencia en el sentido de que continúa siendo una reacción antígeno-anticuerpo específica, pero tiene algunas ventajas adicionales.

El limite máximo de sensibilidad de la inmunofluorescencia esta dado por el número máximo de moléculas que es posible conjugar con una molécula de gama globulina. Si la proporción es de 1:1, el ojo humano necesitará contar con varios miles de moléculas concentradas en el sitio de localización antigénica a fin de poder detectarlas como un punto brillante.

El inmunodiagnóstico enzimatico, por otra parte, no depende del número de moléculas combinadas con el antígeno, pues no es a la enzima a la que se busca, sino del número de moléculas de reacción que la enzima produzca.

La cantidad de producto de reacción en el área del antígeno estará dada por el tiempo de reacción mas que por el número de moléculas de enzimas que se encuentren presentes. El conjugado consiste, entonces, de una molécula de gama globulina y una molécula de enzima, ambas activas. Los anticuerpos se fijarán a un antígeno y una vez realizada la combinación se procederá a localizar la enzima, proporcionándo1e para ello el substrato adecuado.

El producto de reacción enzimática puede poseer un color característico o bien puede fijar preferentemente a un colorante. En el caso de la peroxidasa, el substrato es la diaminobencidina. El producto de reacción fija preferentemente al ácido ósmico, lo cual permite observar los corpúsculos de inclusión teñidos de color café obscuro.

Las preparaciones son permanentes, se pueden observar en el microscopio óptico con campo claro e iluminación normal. Este tipo de preparaciones ofrece la ventaja adicional de ser apropiada para microscopía electrónica (el ácido ósmico es un colorante para microscopía electrónica).

Se conocen dos pruebas diagnósticas que pueden efectuarse en el animal vivo: Se ha encontrado que el virus de la rabia es excretado en saliva, moco y lágrimas de los animales infectados. Una impresión de córnea en una laminilla se colorea con anticuerpos fluorescentes en la forma usual. Las células de la conjuntiva ocular que se desprenden y se eliminan en las lágrimas pueden mostrar corpúsculos de inclusión específica de rabia (38). La saliva puede colectarse en hisopos estériles y utilizarse para infectar cultivos celulares. Tres días después de la infección se tiñen los cultivos con anticuerpos fluorescentes y se puede observar grupos de células infectadas con el virus de la rabia (40). Si bien ambas pruebas si son positivas son concluyentes en cuanto a la presencia de la enfermedad, en caso de ser negativas esto no necesariamente significa que la rabia quede excluida. La importancia de estas pruebas reside no tanto en el diagnosticar esta enfermedad en animales vivos como en determinar si el virus fue excretado en la saliva y lágrimas 0 no. Una prueba complementaria consiste en examinar las glándulas salivales para presencia del virus utilizando algunas de las pruebas antes descritas.


Respuesta inmunológica de la rabia bovina 

 Las vacunas  inactivadas y las vacunas  vivas modificadas son usadas en la inmunización del ganado, lo que se traduce en diferentes respuestas inmunológicas. El nivel de respuesta inmunológica y su duración variará con el tipo y la potencia  de la vacuna utilizada. Las vacunas de virus vivo modificado normalmente producen una inmunidad de relativa larga duración   (3 o  más  años)  mientras que  la vacunación con vacunas inactivadas debe ser repetida  anualmente. Las becerras  recibirán  temporalmente   inmunidad  parenteral, vía anticuerpos calostrales,  que podrán  interferir  con una inmunización activa hasta después  de los 6 meses del nacimiento. Becerras de madres vacunadas con vacuna viva modificada y hasta los 4 meses de edad, generalmente mueren de rabia cuando son desafiadas en fechas posteriores. Es esencial entonces,  considerar el estado inmunológico de la madre al momento de vacunar.

Prevención y control de la rabia bovina

Todo esfuerzo encaminado a resolver el problema de la rabia paresiante no puede ser enfocado desde un punto de vista simplista. Las pérdidas ocasionadas por la enfermedad son muy importantes, sin embargo, el ataque de los murciélagos vampiros, ocupa un renglón importante en las pérdidas ocasionadas a la ganadería subtropical. La solución satisfactoria a esta serie de problemas debe ser a lo largo de dos líneas de ataque. Primeramente se debe aplicar los métodos mas eficientes para reducir la población de vampiros y en segundo termino, se debe vacunar   todos los animales susceptibles y que habitan en las zonas en que existe el murciélago vampiro.

1. Tipos de vacunas. Desde que se identificó el agente causal del “Derriengue” como virus rábico, se empezaron a utilizar vacunas para la prevención de esta enfermedad. Esas primeras vacunas eran vacunas inactivadas producidas a partir de tejido nervioso de carnero infectado con el virus rábico. La primera vacuna de virus vivo modificado fue una vacuna avianizada producida en embrión de pollo. Esta vacuna fue introducida a México hace 15 año Este tipo de vacunas fueron lo mejor con que se contaba en su tiempo y es muy laudable el que nuestros colegas mexicanos se hayan preocupado de elaborar la vacuna Flury de alto pasaje en embrión (HEP) en nuestro país. Por una u otra razón, en 1965 se tienen noticias de la ineficacia de la vacuna cepa Flury para detener un brote de derriengue, encontrándose que a los seis meses de la vacunación no se encontraron anticuerpos en los animales vacunados . Entre otras cosas se observa que de nueve vacunas comerciales probadas sólo una llenaba los requisitos mínimos para su aprobación.

En 1971 se comprueba nuevamente que el nivel de anticuerpos conferido por estas vacunas es inadecuado y que los animales no estaban protegidos contra el desafío virulento (45). En 1967 y 1968 se empezó a probar en México una nueva vacuna desarrollada en Canadá y preparada en cultivos primarios de riñón de cerdo. En pruebas criticas se encontró que ésta era una vacuna adecuada para la prevención de la rabia paresiante bovina. Ante esta situación se retiraron del mercado mexicano las vacunas de embrión de pollo cepa Flury y se empezó a utilizar en gran escala la cepa ERA en todo el país.

Métodos de aplicación. La gran mayoría de las vacunas antirrábicas que se han usado y actualmente en usa, son de aplicación intramuscular. La excepción son las vacunas de uso humano cuya aplicación mas conveniente (mas cómoda) es la subcutánea.

Control del vector. Los métodos del control del vampiro han evolucionado considerablemente a través del tiempo. Se ha probado dinamitar las cuevas, usar gases venenosos y otros sistemas semejantes, cuya falta de selectividad ha causado problemas a la ecología de la región. El único método selectivo con que se contaba consistía en colocar trampas a la entrada de las cuevas y examinar a cada quiróptero que quedará atrapado en ellas. Si se trataba de un vampiro se le mataba y si era otro tipo de murciélago se le dejaba en libertad. Como podrá suponerse este sistema resultó demasiado lento y costoso para producir una reducción significativa en la población de vampiros en una región. Recientemente el Departamento del Control de Vampiros del INIP de México, en colaboración con el Departamento de Caza y Pesca de los Estados Unidos de Norte América inició una nueva metodología para el control de los murciélagos vampiros. Este método consiste en aplicar un anticoagulante (difenadiona) suspendido en un gel de petrolato al dorso de vampiros capturados en los corrales alrededor del ganado. Cada vampiro tratado lleva suficiente producto vampiricida para contaminar a 10 vampiros en la cueva. Cuando los vampiros consumen el producto al limpiarse la piel y el pelo, mueren por hemorragias masivas. La consistencia del producto es importante ya que debe ser lo suficientemente pegajosa como para hacer que el vampiro se sienta incómodo y se limpie la piel (esta operación la efectúan con las uñas de las patas y con la lengua). La susceptibilidad del vampiro a los anticoagulantes es desacostumbradamente alta. Una dosis que no tiene efecto en un ratón (5 mg por kg de peso, por ejemplo) es letal para el vampiro. Esto da un amplio margen de seguridad para el manejo del producto ya que la definadiona se emplea a dosis terapéuticas para el hombre a niveles hasta de 30 mg diarios. Para mayor información se remite al lector a una información especializada.

 
 

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