Anatomía y Fisiología del aparato digestivo del equino.

Anatomía y Fisiología del Sistema digestivo del caballo

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Anatomía y Fisiología del sistema digestivo del equino

Sistema digestivo del caballo

Lo primero a saber de la Anatomía y Fisiología del sistema digestivo del caballo, es que este animal es un herbívoro monogástrico que tiene un tubo digestivo caracterizado por poseer un estómago relativamente pequeño y un intestino grueso es muy desarrollado.

La Anatomía del sistema digestivo del caballo consta de órganos que reciben y digieren los alimentos, su paso a través del cuerpo y la expulsión de la parte no absorbida. Este conjunto de órganos podría dividirse en dos grupos principales:

  • Conducto Alimentario.
  • Órganos Accesorios.

El conducto alimentario es tubular y músculo-membranoso este se extiende desde los labios hasta el ano. El conducto del sistema digestivo del caballo consta de los siguientes segmentos consecutivos:

  • Boca.
  • Faringe.
  • Esófago.
  • Estómago.
  • Intestino delgado.
  • Intestino grueso.

Los órganos accesorios son:

  • Dientes.
  • Lengua.
  • Glándulas salivales.
  • Hígado.
  • Páncreas

En el Cuadro se presenta una comparación entre el tracto digestivo del caballo y del buey. También se muestra la relación entre longitud y capacidad de los diferentes segmentos del tracto gastrointestinal del equino.

Tabla 1. sistema digestivo del caballo comparado con el del buey.

Fuente: Alarcón y Bonilla (2013)

Boca del caballo.

El  término boca se usa comúnmente para  significar cavidad u  orificio de entrada del alimento en el sistema digestivo del caballo. Es una larga cavidad cilíndrica que, cuando está cerrada, se halla casi enteramente llena por las formaciones que aloja en su interior y comprende: los labios, mejillas, encías, paladar duro, paladar blando, el suelo de la boca (formado por el cuerpo de la mandíbula) y el istmo de las fauces que es el orificio de comunicación entre la boca y la faringe. Las  funciones  de  la  cavidad bucal y sus anexos  comprenden  aprehensión,  masticación, insalivación y formación del bolo alimenticio.

La digestión en el sistema digestivo del caballo comienza con el ingreso del alimento en la cavidad bucal, tras haber sido apreciada su calidad por los órganos de los sentidos. La forma de aprehensión de los alimentos está en consonancia con su naturaleza y constitución, en los que los dientes, labios, lengua, y la cabeza a veces las extremidades anteriores participan en diversa proporción. Los équidos utilizan sobre todo sus labios, que son fuertes, móviles, y sensibles. La aprehensión de los alimentos sólidos está asegurada por el labio superior muy vigoroso y capaz de efectuar una excelente selección alimenticia; las  hierbas una  vez cogidas con los  labios, son  introducidas entre los incisivos y trituradas; un ligero movimiento oscilatorio de la cabeza hacia abajo, o de lado, ayuda a arrancar los “bocados”. Para la aprehensión de las briznas de forraje, granos y heno, se sirve de los labios y de la lengua. En el caso de raíces carnosas los équidos arrancan bocados de ellas mediante los incisivos. El labio superior es igualmente indispensable para el mantenimiento de los alimentos en la boca durante la masticación.

Mediante descenso del  maxilar inferior  y retroceso de la lengua, produce una presión negativa, lo que provoca la succión del líquido  a  través  de  la  abertura labial.  Por  otra  parte,  hay que señalar  que  con frecuencia el  caballo  “sopla”  sobre  su  comida  antes de  consumirla. El  polvo  que  se  puede desprender por este motivo, puede irritar las vías respiratorias hasta provocar una tos de pesebrera. La humidificación de los forrajes algo polvorientos es sin duda un buen paliativo.

Faringe del caballo.

La faringe es un conducto para el paso común de alimentos y del aire inspirado, tapizado de mucosa y rodeado de músculos. Es algo infundibuliforme; su porción anterior ancha, se une con la bota y con la cavidad nasal, mientras su pequeña extremidad posterior se  continúa con  el  esófago.

La  faringe puede dividirse un  tanto arbitrariamente en porciones oral, nasal y laríngea. Mide en el caballo aproximadamente 15 centímetros de longitud y toma importancia cuando en ella se asientan procesos inflamatorios e infecciosos que se extienden con facilidad por las tubas auditivas o de Eustaquio hasta las bolsas guturales y el oído medio provocando trastornos agudos o crónicos de difícil solución.

Esófago del caballo.

En el sistema digestivo del caballo el esófago es un tubo músculo–membranoso, de 125 a 150 centímetros de longitud, que  se  extiende  desde  la  faringe  hasta  el  estómago,  posee  porciones  cervical,  torácico  y abdominal, una vez atraviesa el hiato esofágico del diafragma termina inmediatamente en el orificio cardinal del estómago.

Es importante tener en cuenta que el tono muscular del esófago cerca al estómago no permite que el caballo vomite, por lo cual en caso de que el caballo tenga una distensión, este se rompe antes de vomitar. Esta situación exige el suministro de alimentos de buena calidad y con un balance adecuado.

Estómago del caballo.

El estómago es la gran dilatación del tubo digestivo cuya capacidad es de aproximadamente el 8 % del total que tiene el aparato digestivo. Se halla detrás del diagrama del tal forma que se interpone entre el esófago y el intestino delgado. El estómago se encuentra completamente intraabdominal y por eso la exploración clínica desde el exterior es totalmente imposible (excepto la exploración mediante la sonda nasoesofágica).

El estómago en el sistema digestivo en caballos es un saco en forma de U relativamente pequeño, variando su capacidad entre  8  a  15  litros;  su  tamaño, forma  y  posición se hallan sujetos a variaciones considerables. En el potro lactante la proporción del estómago con respecto a la capacidad total del canal digestivo es bastante mayor que en el caballo adulto. El vómito verdadero (aquel que se acompaña de arcadas) es supremamente raro en el caballo como en otros herbívoros y cuando se presenta, se considera un signo grave que revela lesiones importantes del aparato digestivo.

El sistema digestivo del caballo no permite vomitar, en general, y por lo tanto no puede librarse de una sobrecarga del estómago. Esto obedece, por una parte, al mayor alejamiento entre la pared abdominal y el estómago, por lo que la prensa abdominal no puede actuar directamente durante el acto del vómito y, por otra parte, la musculatura cardial cierra la desembocadura esofágica en el caballo de una forma notablemente fuerte. Esta oclusión es ordinariamente tan completa que la distensión del estómago por medio de aire o fluido introducido a presión a través del píloro puede ser llevado a tal extremo, que se produzca la rotura del estómago sin necesidad de ligar previamente el  esófago.  

Por la misma  causa  puede  producirse  ruptura  del  estómago  si  se introducen líquidos desde el exterior a través de sonda y simultáneamente existe una parálisis intestinal con espasmo del píloro. La situación del cardias en inmediata proximidad al píloro y la desembocadura en ángulo agudo del esófago en el estómago, impiden también la falta de un centro del vómito, o su desarrollo rudimentario, como causa de la incapacidad para vomitar. Para prevenir los accidentes favorecidos por los espasmos del píloro, se recomendará ante todo el abrevar los animales moderada y progresivamente para evitar los cólicos de agua, cuyo peligro aumenta cuando el agua es muy fría. El consumo de agua deberá hacerse antes de la toma de alimentos concentrados secos, ya que de otra manera estos correrían el riesgo de hincharse en el estómago y provocar indigestiones.

Se aconseja dividir las raciones de alimentos, sobre todo si se trata de alimentos muy leñosos o por los contrarios muy harinosos susceptibles de “empastarse” en el estómago.

Al pasar los alimentos por el estómago, se produce una fermentación láctica de los carbohidratos, realizada por  bacterias.  La  otra  función importante  del  estómago  es  regular  el  paso  de  los alimentos hacia el intestino delgado.

Intestino Delgado del caballo.

Intestino Delgado del caballo

El intestino delgado en el sistema digestivo del caballo es un tubo que conecta el estómago con el intestino grueso, su capacidad es del 30% del total que tiene el aparato digestivo. Comienza en el píloro y acaba en la curvatura mayor del ciego; su longitud media es de aproximadamente 22 metros y cuando está distendido su diámetro varía de 7,5 a 10 centímetros. Su capacidad es de 40 a 60 litros aproximadamente. Se divide claramente en una porción fija y otra mesentérica. La porción fija se denomina duodeno, mientras la porción mesentérica está dividida en forma arbitraria en dos partes denominadas yeyuno e íleon.

Realmente no existe una línea natural de demarcación, pero se observa aquí un aumento acentuado del grosor de la pared hacia la parte terminal. El intestino delgado tiene una capacidad 4 veces mayor a la del estómago; la pared muy musculosa y ricamente inervada es el asiento de contracciones muy vigorosas que producen un tránsito muy rápido. La violencia de las contracciones intestinales en el caballo predispone a lo espasmos que conducen a los taponamientos y a las invaginaciones, responsables de cólicos muy graves.

Los espasmos desencadenan un vivo dolor que por reflejo, crea las condiciones para ser aún más doloroso. En esta parte del tubo digestivo del caballo se encuentra un tejido linfoide en forma de nódulos distintos que están esparcidos o en grupos. El primer caso se denominan nódulos solitarios; el último, nódulos agregados o placas de Peyer.

Hay que anotar también que el diámetro del intestino delgado es pequeño cuando se compara con el diámetro mucho más grande del ciego y del colon componentes estos últimos del intestino grueso.

En este hay una gran secreción de enzimas: carbohidrasas, proteasas y también de sales biliares, cuya función es fraccionar los carbohidratos solubles, las proteínas y las grasas respectivamente, en estructuras más pequeñas y fáciles de absorber por las paredes intestinales.

En el intestino delgado es donde se realiza la mayor absorción de nutrientes así: Carbohidratos solubles (65-75 %), proteínas (60-70 %), grasas (100%), fibra (15-25%), vitaminas (100 %); la absorción de los minerales depende de cada uno específicamente (calcio y magnesio 90-99 %, fósforo 20-50%).

Intestino Grueso del caballo.

Intestino Grueso del caballo

El intestino grueso en el sistema digestivo del caballo se extiende desde la terminación del íleon hasta el ano. Su longitud es aproximadamente de 7.5 a 8 metros. Difiere del intestino delgado por su mayor tamaño, es en su mayor parte saculado, poseer cintillas longitudinales y tener una posición más fija. Se divide en ciego, colon mayor, colon menor y recto. El ciego es un gran fondo de saco cuyo tamaño, forma y posición son notables en el caballo. Se intercala entre el intestino delgado y el colon con una longitud media de aproximadamente 1.25 metros y con capacidad de 25 a 30 litros.

El ciego es cónico y está incurvado a modo de coma. Su base es objeto de una de las prácticas Médico-quirúrgicas más comunes en la especie equina, la cecocentesis o punción de la base del ciego, la cual se realiza en pleno centro de la fosa paralumbar del lado derecho, o sea, en el punto equidistante de la serie de apófisis transversas lumbares, de la tuberosidad coxal y de la última costilla, teniendo en cuenta que es precisamente en este sitio donde la base del ciego contacta directamente con la pared de la fosa derecha; la trocarización (introducir una aguja o trocar) de la base del ciego en este punto, es muy valiosa en trastornos digestivos que se acompañan con abundante producción de gas (timpanización).

En el ciego habitan millones de bacterias y protozoos, cuya función es realizar la fermentación de fibra y de los carbohidratos solubles que sobrepasaron el intestino delgado sin ser digeridos y absorbidos. Con la fermentación se producen ácidos grasos volátiles (acético, propiónico y butírico) que se absorben allí mismo y son utilizados como fuente de energía. En el ciego también se da la mayor absorción del agua del tracto gastrointestinal, seguido por el colon.

El colon mayor empieza en el orificio cecocólico y termina juntándose con el colon menor detrás del saco ciego del estómago. Mide de 3 a 3.7 metros de largo y su diámetro medio es de 20 a 25 centímetros. Su capacidad es más del doble que la del ciego. El colon menor empieza en la terminación del colon mayor, detrás del saco cecal del estómago y por debajo del riñón izquierdo y se continúa con el recto en el estrecho anterior de la pelvis. Mide aproximadamente 3.5 metros de largo y 7.5 a 10 centímetros de diámetro. El recto es la porción terminal del intestino y se extiende desde el estrecho anterior de la pelvis hasta el ano. Su longitud es de 30 centímetros aproximadamente y su dirección puede ser recta u oblicua.

El ano es la porción terminal del conducto alimentario. Está situado debajo de la raíz de la cola, donde forma una proyección redondeada, con una depresión central cuando está contraído. Su capacidad es del 40 a 50 % del total que tiene el aparato digestivo, por lo cual tiene una gran carga de trabajo. La absorción de nutrientes es: proteínas (30-40%), fibra (78-85 %), minerales depende de cada uno (calcio y magnesio 1-10 %, fosforo 50-80%) y agua (100%). El intestino grueso está conformado al principio por el ciego y posteriormente por el colon.

Órganos accesorios del caballo.

Dientes del caballo.

La fórmula dentaria como la mayoría de las porciones anteriores del tubo  digestivo aproxima mucho al caballo a un monogástrico verdadero como el cerdo, por ejemplo. Por el contrario los grandes reservorios del intestino grueso recuerdan el rumen de los poligástricos y su papel fermentativo con relación al régimen propio para el herbívoro.

Los dientes morfológicamente son papilas intensamente calcificadas. Funcionalmente son órganos de aprehensión y masticación, pueden servir como medios de defensa al igual que de ataque. El caballo como otros  mamíferos  domésticos  posee  dos  series  de  dientes:  los temporales  o  caducos, llamados también vulgarmente “dientes de leche”, porque son reemplazados durante la época del crecimiento por los dientes permanentes. Se clasifican según su forma y posición, como sigue:

  • Incisivos.
  • Caninos.
  • Premolares.
  • Molares.

Los premolares aparecen en ambas series mientras que los molares Aparecen sólo en la dentición permanente. El intervalo entre los incisivos y los premolares es el espacio interalveolar o interdental. Como los dientes de los dos lados de las quijadas son normalmente iguales, lo mismo en número que en carácter, la dentición completa puede indicarse brevemente por una fórmula dentaria, no sin antes notar que los dientes temporales o caducos son más pequeños que los permanentes y su número es igualmente menor.

Lengua del caballo.

La lengua es un órgano muscular cubierto de mucosa que posee una parte posterior o raíz, una parte media o cuerpo y un vértice o punta que es libre y en forma de espátula. La lengua posee muchos vasos sanguíneos y numerosas papilas. En el caballo las ramas superficiales de la vena lingual pueden utilizarse para inyecciones intravenosas o tomas de muestra de sangre en casos extremos (caídas súbitas, colapsos o shocks). En relación con este órgano, algunos caballos muy jóvenes adquieren el hábito nocivo y deplorable de pasar la lengua por arriba del freno.

Los especialistas aconsejan escoger un freno de filete con cañones gruesos, no demasiado ancho con el fin de no desbordar en forma exagerada de uno y otro lado los labios. La rama ascendente del freno deberá ajustarse y será más bien corta de manera que levante muy poco la comisura de los labios. El freno estando así “confortable” y bastante levantado será menos temido por el caballo, tomando y manteniendo en forma voluntaria el bocado o contacto y no tendrá la idea de pasar su lengua por arriba ocasionándose heridas en el frenillo.

Glándulas Salivales del caballo.

Este término se aplica generalmente sólo a tres pares de glándulas muy grandes situadas a los lados de la cara y partes adyacentes del cuello, a saber: la parótida, la mandibular y la sublingual.

La glándula parótida llamada así por su proximidad a la oreja, es la más grande de las glándulas salivares del caballo. La mandibular o submaxilar es mucho más pequeña que la parótida y es larga, estrecha e incubada. La sublingual se sitúa debajo de la mucosa de la boca, entre el cuerpo de la lengua y la rama de la mandíbula.

Se cree que la intensidad de la secreción salivar de la parótida está relacionada en un 70%, con la duración de la masticación, y por lo tanto, con la naturaleza física del alimento; su misión esencial es la de humedecer abundantemente los alimentos secos lo que exalta verdaderamente el sentido del gusto y por este hecho, hace que el caballo sea particularmente sensible al sabor de sus alimentos, y sobre todo sirve para preparar la deglución.

Hígado del caballo.

Es la glándula de mayor tamaño del cuerpo del equino. La mayor parte de este órgano se halla a la derecha del plano medio. Su color es rojo pardo con un peso aproximado de 5 Kg, pero en caballos de tiro puede llegar a pesar casi el doble; posee tres lóbulos principales (derecho, medio e izquierdo) y un lóbulo caudal. Su consistencia permite que se lesione fácilmente.

Varios ligamentos lo mantienen fijo en su posición. El tejido que compone el órgano se halla constituido por lobulillos poligonales de aproximadamente 1.5 milímetros de diámetro, que están mantenidos juntos por una cantidad pequeña de tejido conectivo. Los lobulillos están compuestos de células hepáticas, pequeños vasos sanguíneos y biliares (capilares) y una vena central, todo sostenido por una delicada red de tejido especializado. Aquí cabe anotar la ausencia de Vejiga o Vesícula Biliar quizás asociada a la necesidad de abastecer continuamente de Bilis a un animal que se alimenta sin cesar.

Páncreas del caballo.

En  el caballo el páncreas es  un  órgano alargado situado en la  pared dorsal del abdomen, casi todo a la derecha del plano medio; en estado fresco es de color rojizo. Su aspecto es parecido al de las glándulas salivales, pero es más blando. Su peso medio es de aproximadamente 350 g.

Es  una glándula mixta o  sea posee una porción de secreción interna (endocrina) y otra  de secreción externa (exocrina). Esta última elabora jugos digestivos que por el conducto pancreático desembocan en el duodeno junto al conducto biliar (colédoco). La porción endocrina produce insulina una hormona importante en la regulación de los azúcares de la sangre.

Fisiología del sistema Digestivo del Caballo

Digestión del Caballo

La fisiología digestiva del caballo tiene por rasgos dominantes los siguientes: una masticación concienzuda, una gran rapidez del tránsito por el estómago, una digestión por enzimas, breve pero intensa en el intestino delgado, y una  acción microbiana prolongada a  nivel de  los grandes reservorios del intestino grueso.

En el equino al contrario de lo que sucede en el rumiante, la digestión por microbios se desarrolla esencialmente a nivel del intestino grueso o sea con posterioridad a la digestión por enzimas, y a continuación de las zonas de intensa reabsorción intestinal.

Dentro de los actos preparatorios para la digestión, la aprehensión de los alimentos, la masticación y la deglución en el equino, dan lugar a recomendaciones muy provechosas para una mejor alimentación.

Aprehensión en el caballo.

Para la aprehensión de los alimentos sólidos el caballo utiliza el labio superior el cual es vigoroso, sensible y muy móvil, capaz de realizar una buena selección del alimento. Si existen lesiones que lo afecten se compromete seriamente el mantener los alimentos en la boca durante la masticación lo cual es particularmente grave en el equino, como se describió anteriormente.

El abreviamiento lo realiza el caballo por absorción como los herbívoros en general, utilizando la lengua a manera de pistón en el interior de la boca herméticamente cerrada. Por lo tanto, la integridad de este cierre de los labios es necesaria.

Masticación en el caballo

El caballo posee un aparato masticador muy potente; la dentadura forma tablas extensas erizadas de múltiples crestas de esmalte que por aplastamientos, trituración y frotamiento aseguran una división completa de los alimentos. El triturarlos muy bien, es condición esencial para una buena utilización digestiva posterior.

La masticación es larga, metódica y muy compleja, lo que determina que el equino coma con lentitud, tanto más, si la ración contiene muchos forrajes ricos en celulosa. Por lo tanto, es conveniente no acosar al caballo y más bien procurarle tranquilidad y tiempo cuando se esté alimentando.

Es importante anotar aquí, que es muy conveniente para el equino el humedecer y más todavía triturar los alimentos leñosos para facilitarle su digestión. Los alimentos insuficientemente masticados serán mal digeridos y correrán el riesgo de favorecer el desarrollo de cólicos. También es muy importante en el caballo controlar la perfecta integridad de los dientes; será conveniente usar  escofinas, limas  y cortadientes para  mejorar el  enfrentamiento e  igualar  las  superficies masticatorias y sobretodo para eliminar los sobredientes, que pueden lesionar las encías y los labios, por sus características irregulares y traumáticas.

Insalivación y Deglución en el caballo.

La secreción de saliva tiene por objeto humedecer fuertemente los alimentos secos. Es ideal un abreviamiento abundante en relación con las características físicas del alimento. La  saliva  posee  un  pH  del  orden de  7.4  a  7.6  contiene una  enzima para romper almidones; se cree que está enzima no tiene suficiente tiempo de actuar por lo tanto la acción química antes del estómago es despreciable.

La intensidad de la secreción de saliva de la glándula parótida está relacionada en un 70% con la duración  de  la  masticación  lo  que  favorece  y  prepara  la  deglución;  ésta  se  facilita  por  la insalivación abundante durante la masticación prolongada de la ración.

En el equino la deglución es irreversible ya que el velo del paladar impide todo retroceso del bolo alimenticio desde el esófago hacia la boca no permitiendo que los alimentos sean expulsados por la vía nasal: si esto último sucede (es muy raro) o bien existe una dilatación del esófago o se ha roto el cardias evento que ocasiona la muerte rápida del animal.

Digestión en el Estómago del caballo.

En el sistema digestivo del caballo la capacidad máxima del estómago del equino es del orden de 15 a 18 litros. Sin embargo no se llena más que hasta sus 2/3 partes de tal forma que su contenido práctico es de alrededor de los 10 litros. La masa de alimento deglutido en un día puede alcanzar hasta 50 e incluso 70 litros. Si a esto añadimos los 10–30 litros de secreción gástrica tenemos un volumen muy grande lo que provoca que el estómago tenga que desocuparse de 6–8  veces por día.

En una  misma  comida  suceden  entonces  2  vaciadas  por  lo  que  solamente  1/3  de  los  bolos alimenticios son los que se benefician de una permanencia prolongada (6 – 8 horas) en tanto que un nuevo consumo no conlleve a un tránsito anticipado hacia el duodeno.

En consecuencia la digestión en el estómago posee efectos sensibles apenas sobre los últimos 10 Litros del bolo deglutido, más o menos el equivalente a 2 kilos de salvado o 4 kilos de concentrado, mientras el resto no se retiene más de una hora en el estómago. Este paso rápido por el estómago limita la acción mecánica y enzimática aunque no impide un leve ataque fermentativo a este nivel.

La imposibilidad del vómito en razón de los dispositivos anatómicos especialmente del cardias en los caballos agrava las consecuencias de una sobrecarga gástrica, a la cual el caballo está predispuesto por la pequeña capacidad de su estómago.

En el estómago tiene lugar una degradación del almidón ya que la enzima de la saliva parece ser no tiene tiempo de actuar. Interviene en este proceso las diastasas contenidas en el alimento y enzimas bacterianas. Mediante la  actividad bacteriana (región cardial) se producen ácidos orgánicos predominando el ácido láctico con pequeñas cantidades de ácidos acético, propiónico y butírico. Estos ácidos, acidifican el contenido del estómago (hasta un pH de 5.4 en la zona fúndica y 2.6 en la región pilórica.

La caída del valor del pH disminuye cada vez más la actividad bacterial. Las proteínas son descompuestas ya, en gran parte, en el estómago del caballo bajo la acción de la pepsina.

En el antro pilórico tiene lugar probablemente una más intensa digestión proteica, que en las restantes regiones gástricas hecho que se explica por los valores de pH muy adecuados para la actividad de la pepsina. El nuevo alimento ingerido sufre inmediatamente desdoblamientos por acción del agua (hidrólisis) en hidratos de carbono mientras el resto de la comida anterior se encuentra entonces sometida a desdoblamiento de proteínas (proteolisis). Las degradaciones de almidones y proteínas varían según las  regiones gástricas y el tiempo transcurrido desde la ingestión del alimento deglutido, pero en el caballo predomina la degradación de los hidratos de carbono a este nivel.

Digestión en el intestino delgado.

El intestino delgado representa el segmento primordial de la digestión en él caballo. La duración del tránsito de los alimentos no excede de 2 – 3 horas.

Las principales secreciones digestivas a este nivel son la biliar, la pancreática y la intestinal propiamente dicha, estimuladas claramente por la presencia del alimento y a continuación de la excitación de la pared gástrica,Sus  contenidos  son  ricos  en  las  enzimas:  amilasa,  maltasa,  lactasa,  proteasas,  péptidas  y sacarosa sin reconocerse claramente la presencia de lipasa. Todas las enzimas encuentran un pH propicio a este nivel (6.7 – 6.9 en yeyuno y 7.5 en el íleon terminal).

La digestión en este punto es esencialmente enzimática y no afecta prácticamente a la celulosa pero es  muy  eficaz cuando se  trata de  materias grasas, proteínas, minerales o  vitaminas y especialmente del almidón, la insulina, sacarosa, lactosa o sea, lo que se conoce como Extracto No Nitrogenado (ENN) los cuales son convertidos en glucosa u otros azúcares sencillos de fácil absorción y metabolismo. Esta glucosa es particularmente importante para el trabajo muscular.

Las materias grasas son muy bien toleradas por el caballo que soporta un contenido de 15 al 18% en la dieta.

Las proteínas son digeridas y absorbidas principalmente en el intestino delgado y la tasa de aminoácidos indispensables en  la  sangre  se  eleva  inmediatamente luego  de  la  ingestión de alimento y alcanza su máximo dos horas después de esto.

Se cree que el desdoblamiento de proteínas es 10 a 100 veces más activo en el intestino delgado que en el ciego y alcanza por lo menos al 60-70% de las proteínas del alimento cualesquiera que serán las proporciones de forrajes y de concentrados en la ración.

La Lisina (aminoácido indispensable) es el factor limitante para el aprovechamiento eficiente del Nitrógeno; su suplementación se aconseja especialmente en potros.

Los minerales en  conjunto, son absorbidos en  el  intestino delgado, siendo la única excepción el fósforo cuya absorción pura sucede a nivel de colon.

Las vitaminas, tanto las hidrosolubles como las liposolubles, tienen verdaderamente su sitio de absorción en el intestino delgado. El rápido tránsito de los forrajes ricos en carotenos por el intestino delgado, explica la mala conversión en vitamina A por parte de los caballos.

Digestión en el intestino grueso.

Digestión en el intestino grueso.

El tránsito de los alimentos en el equino es muy lento. Los alimentos demoran unas 36 horas en el tubo digestivo y al menos 2/3 de este tiempo pertenece a la permanencia en el intestino grueso.

Lo esencial de la digestión a este nivel, es realizado por las fermentaciones microbianas, muy dinámicas en el ciego y en el colon replegado.

La población de microbios del intestino grueso es comparable a la que presentan en el rumen los poligástricos (características y metabolismo). Entre los principales representantes de  esta  población dominan las  bacterias gramnegativas. Los  principales tipos identificados pertenecen a los géneros: Estreptococos (bobis y equinus), Bacteroides y Lactobadlllus. Los protozoarios son mucho más raros (4 a 6 x 103/gramo) que los encontrados en el rumen bovino.

Las fermentaciones microbianas muy activas en este punto, atacan el sustrato alimentario, degradando la celulosa con producción de ácidos grasos volátiles, re sintetizando las proteínas bacterianas de alto valor biológico y elaborando las vitaminas del complejo B. Desafortunadamente el organismo aprovecha muy poco estas transformaciones tardías que suceden después de las zonas de absorción intensa (intestino delgado).

En el intestino grueso se favorece la digestión de forrajes ricos en celulosa y se desfavorece la de los cereales, especialmente la avena, por lo que la posibilidad de carencias proteicas y de vitaminas del complejo B es muy acentuada en los caballos jóvenes, reproductores y en entrenamiento, alimentados con regímenes intensivos tradicionales.

En forma breve podríamos resumir los rasgos más sobresalientes de la digestión del caballo así:

  • Masticación larga, metódica y compleja.
  • Paso rápido por el estómago.
  • Digestión por enzimas intensa (aunque breve) en el intestino delgado.
  • Fermentación microbiana prolongada en el intestino grueso.

Digestibilidad de alimentos en le caballo.

En nutrición este término designa de modo general la eficacia de la digestión de los diversos alimentos en una especie con relación a otra y es una forma de expresar el resultado del tránsito digestivo sufrido por uno o varios alimentos. En el caballo como en las otras especies, la digestibilidad es sobre todo una función de la naturaleza y del porcentaje de celulosa que un alimento contiene ya que ésta estimula la motilidad intestinal y disminuye de esa manera, la duración de las acciones digestivas para el conjunto de la ración. Es por eso que la digestibilidad de los diferentes constituyentes del alimento es un poco paralela a la de la celulosa. Con relación a este tema en el caballo se puede delimitar claramente las siguientes características:

  • La aptitud para degradar la celulosa es más débil en el caballo con relación al rumiante.
  • Esta  inferioridad es  tanto  más  notoria si  la  celulosa está  más  lignificada (textura  o consistencia leñosa).
  • La utilización digestiva de proteínas es más elevada en el caballo quizás en razón de la mayor absorción desde el intestino delgado.
  • Entre  los  forrajes,  las  leguminosas  son  mejor  aprovechadas que  las gramíneas (por  la  mayor  digestibilidad  de  las  materias  proteicas  y  del  extracto  no nitrogenado).

La cocción no mejora la digestibilidad en sí, pero puede ser provechosa. No todos los nutrientes son digeridos y absorbidos, aún así, en los asimilados su digestión varía en:

Factores del alimento: los granos quebrados favorecen la digestibilidad; su cocción la mejora, solo en animales cuya dentición no permite una adecuada trituración; los alimentos muy fibrosos la limitan y pueden causar cólicos.

Factores del  caballo: el  mal estado de  la  dentición causa mala digestibilidad (ausencia de premolares, molares, presencia filos); el trabajo fuerte  también la  disminuye, pero  el  trabajo moderado la  aumenta; la  frecuencia de consumo la aumenta ya  que el equino come lento pero constante; también depende de  las particularidades de cada individuo en su capacidad para digerir los alimentos.

BIBLIOGRAFIA.Pérez, 1995.

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Kohnke, J.R., F. Kelleher y P. Trevor-Jones. 1999. Feeding horses in Australia. A guidefor horse owners and managers. RIRDC publicación Nº 99/49. Barton, (en línea). Citadoel 9 oct. 2017. Disponible en URL:http://www.rirdc.gov.au/reports/HOR/99-49.pdf . 

Alarcón Gil Gabriel Santiago y Bonilla Danilo (2013: SISTEMAS DE PRODUCCION EQUINA. ESCUELA DE CIENCIAS AGRICOLAS, PECUARIAS Y DEL MEDIO AMBIENTE, UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A
DISTANCIA


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