Como saber la edad del caballo por su dentadura
Adaptado del artículo de estimación de la edad de los caballos Basado en el examen dentario de José A. Cardona Á. y Jaime Álvarez (P. Revista. U.D.C.A Act. & Div. Cient. 13 (1): 29-39, 2010)
Por qué saber la edad de un caballo
Conocer la edad de los caballos tiene importancia desde el punto de vista clínico y zootécnico. En términos económicos, el valor de un caballo puede estar influenciado por su edad. A través de la observación externa del equino, examinamos sus características generales, su tamaño, su contextura, su temperamento y la presencia de canas, aspectos importantes que se deben tener en cuenta, convirtiéndose, sin embargo, en un método inexacto y subjetivo, debido a que muchos caballos con problemas de salud muestran una edad diferente a la real. Por otra parte, la edad del ejemplar orienta hacia cuáles pueden ser los cuidados que necesita, dependiendo de la etapa en que se encuentre.
Los dientes son órganos de consistencia dura, por lo que son bastante resistentes al paso del tiempo, adquiriendo mucha importancia para determinar la edad, con la evaluación de los incisivos presentes, su erupción, su desgaste, su rasamiento y la forma que toma la superficie oclusal o tabla dentaria.
En la actualidad, existen métodos sofisticados de identificación y de registro de los animales, por lo que se podría pensar que la estimación de la edad por la dentadura es obsoleta y de poca aplicabilidad; sin embargo, en ausencia de registros, dudas o fraudes, este método es la única forma establecida y confiable de determinar la edad en los caballos.
Hace muchos años, para determinar la edad, se basaban en métodos empíricos, establecidos por campesinos y vaqueros, quienes utilizaron como parámetro, el número de pliegues que se formaban en el labio y nariz, como el número de años que tenía el animal. De igual forma, los gitanos sabían que, la presencia del colmillo servía para determinar la diferencia entre un caballo joven y uno adulto, así como la desaparición del infundíbulo en la medida que avanzaba la edad, aunque en forma imprecisa e inexacta.
Dentadura del caballo
Estructuras del diente
Los dientes son estructuras papilares duras, intensamente calcificadas, sujetas al maxilar superior e inferior; funcionalmente, son órganos de presión y masticación, así como instrumento de defensa (Scoggins, 2001; Rucker, 2003). En su conformación, cada diente consta de tres partes la corona, el cuello y la raíz. La corona, es la porción que sobresale de la encía (corona clínica) o aquella parte cubierta por el esmalte (corona dental) y puede tener forma triangular o cilíndrica.
El cuello, es el segmento de transición entre la corona y la raíz, siendo esta última, la parte del diente alojada en el alveolo mandibular, donde su extremidad inferior presenta una abertura denominada foramen apical o ápex, por donde pasan los vasos y nervios (Kilic et al. 1997a; Tremaine, 1997; Bennett, 2001; Dixon, 2002a; Mitchell et al.2003).
El diente está constituido de sustancias duras, el esmalte, el cemento, el marfil o dentina y de sustancias blandas, la pulpa dentaria y el periodonto.
El esmalte constituye una capa de grosor variable, que cubre la dentina de la corona de los dientes; se distingue por su limpieza, su densidad y su blancura y posee un alto porcentaje de minerales tipo fosfatos y fluoruro de calcio.
El cemento es una sustancia similar a la del hueso compacto, la más externa que recubre la raíz del diente, constituyéndose en una capa incrustada sobre la dentina de las raíces, en todos los dientes.
El marfil o dentina es un tejido óseo duro, blanco amarillento producido por los odontoblastos, llamada también sustancia fundamental, ya que es la parte principal del diente; forma parte de la corona y de la raíz, cubriendo la superficie de la pulpa dentaria. Se diferencia, químicamente del hueso, por ser más mineralizada y presentar menor cantidad de sustancia orgánica y carbonato de calcio.
La pulpa dentaria es una especie de papila que surge del fondo del alvéolo, para alojarse en el cornete dentario interno, formado por tejido conjuntivo, rica en vasos y nervios.
El periodonto es una membrana fibrosa, que sirve de unión entre la cara externa de la raíz y la pared del alveolo (Easley, 1996; Foster, 1996; Kirkland et al. 1996; Kilic et al. 1997b; Lowder & Mueller, 1998; Jones, 2005).
Tipos de dientes
Los equinos son clasificados como heterodontes, según su dentadura, debido a que poseen diferentes tipos o grupos de dientes, tales como incisivos, caninos, premolares y molares; también son catalogados como difiodontos, por poseer dos series de dientes, los temporales y los permanentes. Los dientes temporales, también llamados de leche, caducos o deciduos, aparecen en las primeras etapas de la vida y después serán reemplazados. Los dientes permanentes o de hueso, de adultos o definitivos, son los que permanecen en el animal por el resto de su vida (Sandoval, 1976; Agüera & Sandoval, 1999; Konig & Liebig, 2005).
Los equinos poseen cuatro tipos de dientes, que de acuerdo a su forma y su posición, se pueden clasificar en:
Incisivos (I), situados delante e implantados en el premaxilar y en la mandíbula y su principal función es la de cortar el pasto. En la tabla dentaria de los incisivos, se observa una cavidad o invaginación del esmalte con más de 1cm de profundidad, llamada cavidad dentaria externa, infundíbulo o corneto; los incisivos más centrales se denominan pinzas o palas. Los siguientes, hacia el interior, son los medios o medianos y los más externos, se denominan cuñas, cantos o extremos.
Los incisivos en los equinos son 12 en total, son 6 en el maxilar y 6 en la mandíbula. Los dos centrales tanto superiores como inferiores reciben el nombre de palas o pinzas, los que sigue a cada lado: medios o medianos y los más laterales: extremos o angulares. Presentan una invaginación en la superficie de masticación, esto es infundíbulo o tintero que es más profundo en los incisivos inferiores y que sirve de guía para determinar la edad, por el mayor o menor desgaste que sufran o su desaparición total a lo cual se conoce como rasamiento.
Los caninos (C) están situados más atrás y su principal función es la de desgarrar los alimentos; sólo aparecen en la dentición definitiva. El espacio que existe entre los caninos y los premolares, se denomina barra o diastema, siendo particularmente grande cuando los caninos están ausentes.
Son 4 en el macho; en la hembra faltan o son rudimentarios. Interrumpen el espacio ínter dentario, llamado barra o asiento, dividiéndola en dos partes desiguales. Los inferiores están más próximos al incisivo angular.
Los caninos salen una sola vez, es decir no se mudan. Generalmente en los animales jóvenes son blancos y puntiagudos, pequeños comparados con los incisivos en los animales viejos son amarillentos y su punta aparece desgastada es decir que se manifiesta redondeada y roma.
Los premolares (PM) y molares (M), constituyen los lados del arca dental; los premolares se hallan primero y aparecen en ambas series dentales, mientras que los molares surgen solo en la dentición de hueso y sirven para triturar el nutrimento (Getty, 1966; Dyce et al. 1991; Caldeira et al. 2002; Dixon, 2002b).
Son 24 en total; 12 en maxilar superior y 12 en la mandíbula. Sin embargo el número puede estar aumentado por la presencia en el maxilar superior de un pequeño diente, llamado “diente de lobo” que está situado delante del verdadero primer premolar. Esta pequeña pieza dentaria es más o menos frecuente tanto en los machos como en las hembras.
Esporádicamente puede aparecer en algunos equinos este pequeño diente en la mandíbula inferior, pero estos casos son aislados.
Los tres primeros molares de cada lado tanto del maxilar como de la mandíbula, reciben el nombre de premolares, son más grandes y el tamaño de las coronas es apreciable.
La superficie bucal, es lo que se dirige hacia las mejillas, presenta una cresta central dirigida longitudinalmente, separando dos surcos.
La superficie masticatoria presenta dos infundíbulos uno anterior y otro posterior, no tan profundos como los de los incisivos y mucho más manifiesto en los molares. Además presenta numerosos pliegues o crestas que hacen las veces de molinos para triturar los alimentos. Generalmente presentan tres raíces. Los premolares inferiores o mandibulares tienen una longitud similar a las de los superiores. Su superficie masticatoria es más angosta y oblicua. Presentan dos raíces.
Los molares propiamente dichos presentan una corona desarrollados (casi cuadrada) con excepción del último que presenta sección prismático – triangular. Presentan dos infundíbulos y los respectivos pliegues o crestas en la superficie masticatoria. Tiene generalmente tres raíces con excepción del último que puede presentar cuatro, esto es válido para los molares superiores o maxilares.
Los molares inferiores o mandíbulas, son más anchos que los superiores, los dos primeros presentan dos raíces, mientras que el tercero o último molar presenta comúnmente tres.
Aunque los premolares y molares raramente son tenidos en cuenta para la determinación de la edad, por la dificultad misma para su inspección, sin embargo en las épocas de erupción o salida coinciden con determinadas edades que en un momento dado sirven de guía.
Para diferenciar los dientes de leche de las hueso, y por consiguiente estimar la edad del ejemplar, se debe tener en mente que los dientes incisivos de leche son más blancos, más largos que anchos, ocupan menor volumen, su superficie oclusal es más ovalada, son lisos, no presentan surcos en la cara labial, tienen un cuello definido y bien marcado en la unión con la encía y tiene el infundíbulo menos profundo. Los dientes incisivos de hueso se contrastan por ser pigmentados de color amarillo a marrón; son más largos que anchos o rectangulares, de mayor volumen y presentan surcos en la cara labial (Richardson et al. 1994; Richardson et al. 1995; Richardson, 1997; Fraústo da Silva et al. 2003).
En las hembras y solo en casos esporádicos se encuentran algunos rudimentos de los caninos, únicamente en la mandíbula.
Tanto los incisivos como los premolares de los equinos son difiodontos esto quiere decir que en un momento dado de la vida del ejemplar son reemplazados por piezas permanentes, mientras que los caninos y molares salen una sola vez, es decir son permanentes desde su brote.
En los caballos de 5 años, basta simplemente observar el número de piezas definitivas y temporales que poseen. Desde los 6 a los 12 años se toma en cuenta el rozamiento o desgaste de los incisivos. La mejor manera de aprender cómo se reconoce la edad de un equino es examinar los dientes de caballos de edades conocidas (verificar con el registro de nacimiento). En contraste los incisivos permanentes son de mayor tamaño que los temporales, su color es opaco amarillento y toman una dirección curva de arriba hacia abajo.
Formulas dentaria del caballo (Cuantos dietes tiene un caballo)
Cuando se habla de fórmula dentaria, se refiere a la manera de expresar el número de dientes que posee un animal, en forma de quebrados, indicando, en la parte superior, el número de cada tipo de diente en el maxilar y, en el quebrado inferior, la cantidad de dientes en la mandíbula, pero solo de una mitad de la boca; para conocer el número total de dientes es necesario multiplicar los datos por dos. Esta fórmula varía con la edad, es desigual en los dientes de leche y en los permanentes (Frape, 1992; Marvin, 1992; Morales, 1997; Gieche, 2007).
La fórmula dentaria de los equinos depende de la edad y del sexo y, es: Primera dentición, dientes deciduos, de leche o temporales: 2 (I 3/3, C 0/0, PM 3/3) = 24 dientes, para ambos sexos.
Los dientes temporales son más pequeños que los permanentes y su número es igualmente menor.
Fórmula dentaria temporal: I 6/6 C 0/0 PM 6/6 = 24 Piezas dentarias.
La fórmula de Permanente, tanto para machos como para hembras es la siguiente:
HEMBRAS: I 6/6 C 0/0 PM 6/6 M 6/6=36 o 38. Piezas dentarias.
MACHOS: I 6/6 C 2/2 PM 6/6 M 6/6= 40 o 42 Piezas dentarias.
La diferencia entre machos y hembras se debe a que en las yeguas los caninos, generalmente, están ausentes. La variabilidad en el número de premolares es causado, porque en algunos caballos se encuentra, en forma irregular, un vestigio del primer premolar, también llamado “diente de lobo”; este diente puede existir en ambas arcadas, pero es más frecuente en la arcada superior, siendo más pequeño que los demás y con raíces cortas (Scrutchfield et al. 1996; Scrutchfield, 2006; Toit, 2006a; Pimentel, 2007).
Como saber la edad del caballo por su dentadura
El sistema más empleado para determinar la edad, ha sido el examen de su sistema dentario encontrándose que a diferencia de los bovinos, acá si es una práctica bastante aproximada con relación a la edad verdadera.
La edad cronológica de los equinos, como en muchas otras especies, se puede calcular por el desgaste de los dientes.
En la medida que el caballo envejece, la valoración de su dentición y, por ende de su edad, implica numerosos criterios; la estimación, se convierte en un proceso complejo, por lo que en algunos animales, se podrá tasar en forma más precisa que en otros. La determinación de la edad es más confiable en caballos jóvenes, ya que, inicialmente, se observa el tipo de diente presente y la valoración de la etapa de erupción, mientras que los dientes permanentes están en función de la estimación de su desgaste y la determinación de la edad depende, específicamente, de los cambios en la superficie oclusal o tabla dentaria, ya sea por su rasamiento o por la manera que toman con el desgaste, por lo que, a mayor edad, la exactitud de la estimación decrece.
Esto, se debe a que las tasas de desgastes son variables y son influenciadas por numerosos factores como, raza, desvíos de comportamiento (pica o malacia), actividad, época del año, alteraciones en la conformación ósea (picudos) y tipo de alimento o suplemento, ya que los caballos que pastan en pastos secos o toscos presentan una tasa de desgaste mayor que los que pastan en potreros con pasto tierno y jugoso (Richardson, 1997).
Es por esto que, en las condiciones de bosque húmedo tropical, como la costa norte colombiana, existen variaciones ambientales que ocasionan cambios en las condiciones nutricionales y físicas del pasto haciéndolo más duro y seco, obligando a que el animal lo mastique por más tiempo, pudiendo generar mayor desgaste, así como patologías bucales como las aristas dentarias (puntas de muela), hiperplasia del paladar (palatitis o haba) que pueden de alguna manera influir en la evolución dentaria de los caballos.
Se considera que existen tres periodos fundamentales en la vida de un equino:
El primero corresponde desde el nacimiento hasta los 5 años y durante este periodo el ejemplar recibe la denominación de potro o potranca según el sexo. El segundo va desde los 5 a los 13 años y entonces el ejemplar es adulto. El tercero va desde los 14 en adelante y el animal se reseña como viejo. En la determinación de la edad de los equinos se tiene en cuenta ciertos periodos de su dentición así:
Para poder estimar la edad de los caballos por su dentadura es preciso conocer, en detalle los conceptos básicos de la cronología dentaria equina y saber manejar apropiadamente a los animales en el proceso de evaluación.
Método para abrir la boca. Para evaluar la boca del equino, se procede a abrirla a través del reflejo palatomaxilar, que consiste en introducir el dedo por detrás del colmillo superior y tocar con suavidad el paladar superior; inmediatamente, el animal dobla la lengua y baja la mandíbula inferior abriendo la boca. Para evaluar mejor los dientes y la cavidad oral es conveniente agarrar y sacar por un lado su lengua (Taylor & Hillyer, 1999).
Erupción de los dientes incisivos. Nacen en forma secuencial desde las pinzas; luego, los medios y, por último, los extremos. En los incisivos de leche, las pinzas nacen durante la primera semana de vida, los medios entre las 4 y 6 semanas y los extremos ente los 5 y 6 meses de edad y a los 9 meses deben estar todos parejos (Easley, 2008).
Muda de los dientes incisivos. Es el mecanismo de reemplazo de los dientes de leche o temporales por los dientes de hueso o permanentes. Esta etapa inicia a los 2,5 años y termina a los cinco años. Inicia con los incisivos inferiores: primero las pinzas, luego los medios y, por último, los extremos (Toit, 2006b). A los 4,5 años emergen en el macho los colmillos y están completamente desarrollados a los cinco años, coincidiendo esta etapa con la muda de los extremos. Cuando ha mudado todos sus incisivos, se dice que el caballo tiene la boca hecha o de hueso (Caldwell, 2006; Linkous, 2006).
Rasamiento. Es considerado como el inicio del desgaste de la cara oclusal del diente; cuando el desgaste es total, se estima que el diente, a nivel del esmalte central, está nivelado (Real, 1990; Richardson et al. 1994).
Estrella dentaria. También llamada estrella de Girard y se presenta en la medida que el desgaste llega a la cavidad pulpar, apareciendo una nueva capa de dentina. Es de color amarillo pardo y aparece en la superficie oclusal, en el lado de la cara labial y, finalmente, se ubica en el centro; al principio es lineal, luego, se forma ovalada y, por último, circular, reflejando el grado de desgaste de los dientes. Aparece secuencialmente en las pinzas a los cinco años, en los medios, a los seis años, y en los extremos, a los siete a ocho años (Muylle et al. 2002; Klugh, 2006).
Cola de alondra. Conocida como golondrina, gavilán o gancho del extremo superior y se forma en el borde caudal del incisivo superior extremo, en forma de gancho, debido a que el desgaste de esa parte del diente es lento. Cuando los incisivos superiores adquieren su posición oblicua con los inferiores, el extremo en el que se ha formado el gancho vuelve a contactar con el diente opuesto y el gancho desaparece, se habla de la presentación de dos colas de alondras en la vida del caballo, donde la primera aparece a los siete años y la segunda a los once o doce años (Fraústo da Silva et al. 2003).
Surco de Galvayne. Es un surco visiblemente manchado y se observa en la cara labial de los incisivos extremos superiores, en caballos de 10 a 20 años (Richardson, 1997).
Cambios en la forma de las superficies oclusales. Con el aumento del desgaste, que es proporcional a la edad, la tabla dentaria cambia de forma, de elíptica a redonda, luego a triangular y, por último, a oval o biangular (Habel, 1988; Fraústo da Silva et al. 2003).
Vista de perfil de la arcada dentaria. Como consecuencia de la forma y desgaste de los incisivos, la vista de perfil de la oclusión de las arcadas dentarias se altera y se torna angulada, haciéndose cada vez más al avanzar la edad del caballo. El ángulo, se torna más agudo a partir de los diez años (Rucker, 1996; 2004; 2006).
En el formato 1, se registran las características dentales, arriba detalladas, lo cual permitirá al Médica Veterinario, estimar de manera concreta la edad del ejemplar que entra a la clínica. Conocer la edad real del paciente, se considera vital para cualquier tratamiento que éste pueda requerir.
Secuencia de los eventos en la cronología dentaria
Es importante tener en cuenta que para estimar la edad de los caballos, a través de la evaluación de sus dientes, se debe iniciar el proceso analizando, en forma lógica, la evolución de los eventos, en el tiempo.
Son siete momentos que se dan en la dentadura de los equinos con el correr del tiempo, por lo tanto, en la medida que el caballo se hace viejo, va avanzando en las etapas de su dentadura.
Todas las fases dentales ocurren en orden secuencial y siempre inicia con los dientes incisivos centrales o pinzas, luego, en los medios y, por último, en los extremos o cuñas. Las etapas que se dan en forma secuencial en la dentadura del caballo son: nacimiento de los dientes temporales (leche), rasamiento de los dientes temporales (leche), muda de los dientes temporales (leche) a permanentes (hueso), rasamiento de los dientes permanentes (hueso), cambio en la forma de la tabla dentaria, que comienza con forma redonda, posteriormente triangular y, al final biangular (Muylle, 2002) (Cuadro 1).
Primera etapa. Consiste en la erupción de los dientes deciduos o de leche, donde emergen las pinzas en la primera semana; luego nacen los medios, entre 30 a 60 días y, finalmente los extremos, a los seis meses. A los nueve meses se encuentran todos los dientes parejos o nivelados con la arcada dentaria (Scrutchfield, 1991; Peña & Herrador, 1991) (Cuadro 2).
Segunda etapa. Es el rasamiento de los dientes de leche, e inician con las pinzas al año, luego, los medios al 1,5 años y los extremos, por último, a los dos años (Fraústo da Silva et al. 2003) (Cuadro 3).
Tercera etapa. Se da la muda de dientes temporales o de leche a dientes permanentes o de hueso. Esta etapa inicia con la muda de los dientes incisivos centrales o pinzas a los 2,5 años y están crecidos o nivelados con la arcada dentaria a los tres años; posteriormente mudan los medios a los 3,5 años y se nivelan a los cuatro y, al final, mudan los extremos a los 4,5 años y se nivelan a los cinco. La muda de los extremos coincide con la erupción de los colmillos en el macho, emergen a los 4,5 y están desarrollados a los cinco años. Después de ésta etapa, el caballo posee toda su dentadura de hueso o permanente y se dice que tiene la “Boca hecha” (Baker, 1991; Villanueva-Salcedo, 2001) (Cuadro 2).
Cuarta etapa. Se inicia el rasamiento de los dientes permanentes o de hueso; esta etapa inicia con el rasamiento de las pinzas a los seis años; luego rasan los medios a los siete y, por último, los extremos a los ocho años. A los siete años, se forma la primera cola de alondra o gavilán, que consiste en la formación de un gancho en los extremos superiores (Baker, 1991) (Cuadro 3). La estrella dentaria aparece a los siete años en las pinzas, luego, en los medios a los ocho años y, finalmente, en los extremos, a los nueve años (Martin, 1999; Walmsley, 1993) (Cuadro 4).
Quinta etapa. Consiste en el cambio de forma que toma la cara oclusal o tabla dentaria de los incisivos superiores e inicia cambiando a forma redonda por las pinzas a los nueve años; luego, los medios a los diez años y, por último, los extremos, a los once años. A los diez años aparece una mancha café en el extremo superior, el surco de Galvayne y desaparece a los 20 años. A los once años, se forma la segunda cola de alondra en los extremos superiores (Walmsley, 1993) (Cuadro 5)
Sexta etapa. Consiste en la forma triangular que toma la cara oclusal y que inicia con las pinzas a los 13 años; luego, los medios a los 14 años y, finalmente, los extremos a los 17 años (Peña & Herrador, 1991) (Cuadro 5).
Séptima etapa. Se cambia a forma biangular u oval y comienza con las pinzas a los 19 años, los medios a los 20 y los extremos a los 24 años; sin embargo cabe anotar que, a esta edad, muchos equinos han perdido su dentadura (Martin, 1999) (Cuadro 5).
Análisis lógico. Al tratar de establecer la edad del caballo, se debe determinar qué dientes incisivos tiene; luego, si éstos son deciduos, permanentes o de ambos, se analiza las características típicas de cada tipo de hueso; si posee todos sus dientes de hueso, se procede a determinar su rasamiento y, por último, la forma de la tabla dentaria.
Este procedimiento debe ser pausado y minucioso para no cometer errores. Por ejemplo, si un equino presenta todos sus incisivos y sólo tiene las pinzas de hueso crecidas y los demás incisivos son de leche, entonces, el caballo tiene 3,0 años, ya que a los 2,5 se mudan las pinzas y están crecidas a los 3,0 años; pero si tuviese las pinzas y medios de hueso ya crecidos y erupcionando los extremos de hueso, indicaría que tiene 4,5 años y coincidiría con la erupción de los colmillos en el macho. Ahora, en un caballo con toda su dentadura de hueso (boca hecha), se determina cuáles de los incisivos están rasando y si se percibe que solo están rasando las pinzas, entonces, tiene seis años. Si, se precisa que ya todos los incisivos de hueso rasan, entonces, se procede a determinar la forma de la tabla dentaria y dependiendo de su forma y qué dientes hacen parte, se concreta la edad; por ejemplo si las pinzas y los medios tienen forma triangular, el caballo tiene 14 años.
Datos obtenidos en el servicio ambulatorio de la Clínica Médico-Quirúrgica de Grandes animales de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Córdoba, indican que aproximadamente el 60% de los equinos examinados (caballos, mulos y burros), no mostraron la edad reportada por sus propietarios, al confrontarla con la edad establecida por su dentadura, existiendo, en la mayoría de los casos (90%), una diferencia de edad, que oscilaba entre seis meses y un año. El grupo etáreo donde se determinó mayor diferencia de edades a las reportadas fue el que se encontraba entre 4,5 años y 8 años, seguida del grupo, entre 9 y 13 años.
Esta variación, se podría explicar por la falta de registros de los equinos de vaquería, nacidos en la explotación o comprados, sin determinar su edad previamente, por esta razón, se apela a los datos informados por su memoria. Cabe anotar que los caballos utilizados en labores de vaquería están en constante descarte y adquisición, de igual forma, los operarios y encargados de los animales pueden ser cambiados, por lo que se pierde la información al no estar depositadas en registros físicos y establecidos en forma técnica. Por otro lado, los animales que se encuentran en potreros poseen una conducta alimentaria diferente a los que se encuentran en pesebreras, lo que podría influenciar en la variación de la edad reportada con la dentaria.
Los casos en los cuales la edad dentaria correspondía con la edad reportada por sus propietarios (40%), fueron aquellos que habían nacido en la explotación y tenían registros o aquellos que fueron reportados ante la Federación Nacional Fedequinas, Federación Nacional que expide el registro del caballo. El grupo etáreo donde se determinó la edad, en forma más acertada a las registradas fue, entre 2,5 y 4,5 años.
Se concluye que la cronología dentaria en equinos es un método bastante preciso hasta los ocho años de edad, ya que se fundamenta, principalmente, en la erupción y el rasamiento de los incisivos de leche, la muda de dientes de leche a dientes de hueso y su rasamiento, así como la erupción de los colmillos en el macho. De igual forma, debido al rasamiento de la tabla dentaria, aparecen la cola de alondra y la estrella dentaria; sin embargo, después de los nueve años, se hace inexacta la estimación de la edad, ya que los cambios que se evalúan en la tabla dentaria pueden estar influenciados por varios factores, como el tipo de alimento y la conducta alimentaria, por lo que es preciso tener en cuenta las características específicas de cada individuo, como anamnesis, raza, sexo, alimentación o suplementación, estabulación o pastoreo.
Este método ha sido de mucho valor técnico en el desempeño de las actividades de la clínica de grandes animales de la Facultad de Medicina Veterinaria, para determinar la edad de los caballos. Principalmente, en aquellos ejemplares que se dedican a labores de vaquería en explotaciones ganaderas, ausentes de registros, expuestos a diferentes condiciones de manejo y alimentación, con condiciones corporales deficientes, lo que podría hacerlo ver de mayor edad. De allí, es de mucho valor interpretar los cambios que posee en su dentadura y la influencia de factores externos, de esta manera tener datos fehacientes y objetivos sobre la edad real o muy aproximada de los caballos evaluados, evitando de esta manera engaños, fraudes o equivocaciones indeseadas.
Cambios en los dientes según la edad del caballo.
A medida que el animal envejece, (esto es que ha rasado todos los incisivos) se dice que el animal esta fuera de marca o fuera de edad y empieza a notarse un cambio en la forma de la superficie de masticación (corona) que como se ha dicho presenta hasta este momento forma oval (alongada transversalmente).
Rorma redondeada:
A los 9 años presentan forma redondeada en las palas inferiores o mandibulares y los extremos inferiores o mandibulares, además es posibles observar a partir de los 9 años que las palas o pinzas inferiores presentan la denominada “estrella dentaria” que es una línea transversa opaca amarillo – marrón, ubicada en la dentina, colocada entre el borde labial (anterior) de los dientes y el esmalte central.
A los 12 años las palas superiores o maxilares aparecen redondeados. A los 13 años
Los medios superiores son redondos.
A los 14 años los extremos superiores son redondos.
Esta forma puede aparecer hasta los15 o 16 años, especialmente a nivel de extremos.
Forma triangular:
Por el desgaste sufrido, los incisivos van tomando una forma más o menos triangular cuyo vértice esta hacia la región lingual. Así se puede presentar dicha forma a las siguientes edades:
A los 15 años las palas inferiores o mandibulares. A los 16 años los medios inferiores o mandibulares.
A los 17 años los extremos inferiores o mandibulares.
Para los superiores: 18 a 23 años respectivamente para palas, medios y extremos.
Forma biangular:
En este momento el equino es bastante viejo y sus incisivos toman cierta dirección de manera que observados los superiores y los inferiores forman hacia la cavidad bucal un ángulo agudo, la posición está muy distinta a la de los incisivos del animal joven en que es prácticamente vertical. Igualmente en la superficie de masticación, se aprecia como que el diente se hubiera invertido, esto es, que es angosto en el sentido antero – posterior, conociéndose a esta forma como biangular.
Esta se presenta en las siguientes edades:
18 años: Biangulares las palas inferiores.
19 años: biangulares los medios inferiores.
20 años: biangulares los extremos inferiores.
Para los incisivos superiores, la biangularidad aparece de los 21 a los 23 años respectivamente para cada uno de los tipos de incisivos.
Surco de galvayne:
Es posible determinar la edad de los equinos, mediante la observación de los extremos superiores en su cara lateral, externa o labial, ya que ella suele parecer un surco o depresión partir de la unión de la encía y hacia su parte central, prolongándose verticalmente hacia la superficie de masticación (borde libre) que recibe la denominación de surco de Galvayne.
Es bueno para lograr identificarlo, limpiar un poco el diente para separar el sarro o residuos de comida que pueden ocultar el mencionado surco.
Este surco o depresión aparece así:
Se observan en la parte superior y media del extremo superior.
A los 15 años el surco se ha extendido más o menos hasta la mitad vertical del incisivo.
En el ejemplar adulto, a los 20 años el surco es completo y ha llegado hasta el borde libre del diente, parece como si el incisivo se hubiera partido en dos porciones: una anterior y otra posterior.
Salida de los premolares.
Temporales o de leche.
Los premolares 1: aparecen al nacimiento del ejemplar o durante la primera semana de vida.
Los premolares 2: aparecen en la segunda semana. Los premolares
3: aparecen entre las 3 – 4 semanas
Permanentes.
Los primeros premolares mudan entre los 2 ½ a 3 años.
Los segundos premolares mudan entre los 3 y 4 años.
Los terceros premolares mudan entre los 4y 5 años.
Salida o nacimiento de los molares o muelas.
Los molares son 12 en total: (6 arriba y 6 abajo). Son permanentes esto es que nacen una sola vez y no son remplazados.
El primer par de molar nace entre los 9 y los 12 meses.
El segundo par molar nace más o menos a los 12 años.
El tercer par molar nace entre los 3 y medio a los 4 años.
Nota: como se dijo anteriormente, en algunos casos puede aparecer un pequeño premolar adicional en el maxilar superior denominado “diente lobo”, el cual nace entre los 5 y 6 meses de edad del equino y es de carácter permanente.
En este caso se hablará entonces de 4 pares de premolares en el maxilar superior y la numeración de adelante hacia atrás será en ese orden, esto es primero a cuarto premolar.
En los equinos suelen presentarse irregularidades o deformaciones de la superficie masticatoria, lo cual hace que el equino mantenga la “boca sucia”, esto es con residuos de forraje, no se tritura bien este y por consiguiente haya desperdicio y el animal se vea en mal estado nutricional.
En otros casos los premolares y molares, especialmente los del maxilar pueden presentar posiciones anormales o ectopias (fuera de su sitio natural) que traen como consecuencia problemas en la masticación o aún dificultades respiratorias.
Resumen para saber la edad del caballos
8 días: Primer par de dientes de leche inferior aparecen.
8 semanas: Segundo par de dientes de leche inferior aparecen.
8 meses: Aparece el tercer par de dientes inferior.
2.5 años: El primer par de dientes permanentes inferiores reemplaza los dientes de leche.
3.5 años: El segundo par de dientes permanentes inferiores reemplaza a los dientes de leche.
4.5 años: el tercer par de dientes permanentes inferiores reemplaza a los dientes de leche.
5 años: el diente canino aparece. (Sin embargo, no todos los caballos, mulas o burros desarrollan dientes caninos).
Nota: Después de 5 años, la estimación de la edad es menos exacta.
6 años: Comienza a aplanarse la superficie del primer par de dientes inferiores, la cavidad en el diente desaparece.
7 años: Comienza a aplanarse la superficie del segundo par de dientes inferiores. En algunos caballos se desarrolla un gancho, en el tercer par de dientes superiores.
8 años: Se aplana la superficie del tercer par de dientes inferiores.
10 años: En algunos caballos, aparece una línea marcando el lado superior del tercer par de dientes superiores.
15 años: En caballos que desarrollan la línea en el tercer par de dientes superiores, la línea se extiende hasta la mitad del diente.También los dientes comienzan a cambiar de forma ovalada a forma triangular.
20 años: En caballos con la línea, la línea se extiende por todo el diente.
25 años: En caballos con la línea, la mitad superior de la línea desaparece.
En general:
En caballos jóvenes, los dientes son verticales y tienen forma ovalada.
En caballos de mediana edad, los dientes comienzan a inclinarse y cambian de forma.
En animales viejos, los dientes son bastante inclinados y son triangulares.
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