Enfermedades metabólicas en vacas lecheras

Enfermedades metabólicas en vacas lecheras

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Enfermedades metabólicas en el ganado

En este artículo hablaremos de las Enfermedades metabólicas del ganado siendo estas muy comunes en los establos lecheros y corrales de engorda donde la salud y digestión de los bovinos son de máxima importancia. Sin embargo, el constante estrés al que se enfrentan exige una meticulosa atención a sus necesidades metabólicas. Cuando el equilibrio, entre la dieta y los requerimientos fisiológicos se desequilibra, pueden surgir alteraciones metabólicas que requieren detección y corrección inmediata.

Es vital que el ganadero esté atento a los signos reveladores de problemas. Una disminución del apetito, falta de aumento de peso o reducción en la producción de leche pueden ser alertas tempranas de enfermedades metabólicas. Nuestro compromiso es actuar a tiempo para evitar consecuencias desafortunadas que, si se descuidan, pueden tener un trágico desenlace en cuestión de días.

A continuación, presentamos las enfermedades metabólicas clásicas en el ganado bovino, aquellas que debemos conocer y enfrentar con determinación:

Hipocalcemia bovina

La hipocalcemia, comúnmente conocida como fiebre de la leche, es una enfermedad metabólica que afecta principalmente a vacas lecheras después del parto. Esta afección se caracteriza por niveles bajos de calcio en la sangre y puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente.

Signos y Síntomas: Los síntomas de la hipocalcemia incluyen debilidad generalizada, temblores musculares, dificultad para levantarse y falta de apetito. En casos más severos, las vacas pueden experimentar convulsiones y presentar un estado de confusión.

Causas: La principal causa de la hipocalcemia es la rápida demanda de calcio durante la producción de leche después del parto. El organismo de la vaca no siempre puede ajustar su capacidad para movilizar suficiente calcio desde el esqueleto a la sangre para satisfacer esta demanda, lo que provoca una deficiencia de calcio.

Tratamiento: El tratamiento de la hipocalcemia debe ser rápido y efectivo. La administración intravenosa de calcio es la intervención más común para elevar los niveles de calcio en la sangre de manera inmediata. Además, ajustar la dieta para proporcionar una cantidad adecuada de calcio y suplementos durante la transición del parto es fundamental para prevenir futuros episodios.

Para mas informacion lee nuestro articulo Hipocalcemia en vacas lecheras

Hipomagnesemia Bovina

La hipomagnesemia, una enfermedad metabólica caracterizada por bajos niveles de magnesio en sangre, representa un desafío económico significativo, siendo la principal causa de mortalidad en vacas de cría, con un 5% de mortandad en hatos afectados (Cseh, 2003).

Síntomas: Los síntomas de esta enfermedad incluyen pérdida de apetito, agresividad, marcha tambaleante, temblores musculares y, en casos graves, la mortal “Crisis de tetania” que puede ocurrir cuando se manipula al animal o se lo mantiene confinado durante períodos prolongados.

Prevención y Tratamiento: Dado que la hipomagnesemia se asocia a animales con altas demandas de producción, como vacas en gestación o lactancia, es crucial suministrar magnesio diariamente con la dieta. Durante el último tercio de la gestación, cuando la vaca necesita mayor cantidad de magnesio para el crecimiento fetal, y durante la lactancia, cuando se pierde magnesio por la leche, se debe garantizar una suplementación adecuada.

Para prevenir la enfermedad, es recomendable proporcionar a las vacas óxido de magnesio o sales de magnesio mezcladas con el alimento, sales magnesiadas en comederos, agua de bebida y piedras para lamer. Es esencial tener en cuenta que el magnesio debe incorporarse al animal por vía oral, ya que los productos inyectables solo se utilizan para tratamientos curativos una vez que la hipomagnesemia ya ha afectado al animal.

El manejo adecuado también es crucial para prevenir la obesidad en el ganado antes del parto. Restringir el consumo de alimento un tiempo antes del parto y guardar pastura para el momento en que la vaca tenga el ternero al pie asegura que reciba la cantidad adecuada de magnesio con la ración diaria (Cseh, 2003).

Requerimientos Diarios: Para animales adultos, el requerimiento diario total de magnesio es de 30 gramos, mientras que para los terneros es de 6 a 7 gramos (Cseh, 2003).

La prevención y el cuidado adecuado en los momentos críticos de demanda de magnesio asegurarán la salud y el bienestar del ganado, evitando pérdidas económicas y garantizando una producción sostenible.

Hipofosfatemia bovina

La hipofosfatemia es una enfermedad metabólica que afecta al ganado, caracterizada por niveles bajos de fósforo en la sangre. Esta condición puede tener graves consecuencias para la salud del animal si no se trata adecuadamente.

Signos y Síntomas: Los signos más comunes de hipofosfatemia incluyen pérdida de apetito, agresividad, marcha tambaleante, caídas, temblores musculares y, en casos graves, incluso la muerte. Una forma severa de la enfermedad, conocida como “Crisis de tetania”, puede ocurrir cuando el animal es sometido a estrés, como durante el manejo, vacunación o encierro prolongado (Forchetti, 2006).

Causas: La hipofosfatemia puede ocurrir en situaciones de estrés metabólico con altas demandas energéticas, como durante el crecimiento, la gestación, el parto y la lactancia. Además, una ingesta dietaria insuficiente de fósforo puede contribuir a esta condición. El fósforo es un nutriente esencial para la formación y función de los huesos, músculos y tejido nervioso, y su deficiencia puede afectar negativamente la salud del ganado.

Tratamiento: El tratamiento de la hipofosfatemia es crucial para evitar complicaciones graves. En casos leves, se puede administrar suplementos de fósforo en la dieta del animal. Sin embargo, en situaciones más severas, se puede requerir la administración intravenosa de fósforo para elevar rápidamente los niveles en sangre.

Prevención: La prevención es fundamental para evitar la hipofosfatemia en el ganado. Asegurarse de proporcionar una dieta equilibrada y adecuada en fósforo es esencial. Durante etapas críticas, como el último tercio de la gestación y la lactancia, se debe garantizar una suplementación adecuada de fósforo para cubrir las demandas metabólicas (Forchetti, 2006).

Cetosis bovina

La cetosis, también conocida como acetonemia o enfermedad de las cetonas, es una afección metabólica que afecta al ganado, especialmente a vacas lecheras en lactancia temprana y animales de alto rendimiento. Esta condición se presenta cuando el balance entre la producción de energía y el consumo de nutrientes se desequilibra, lo que lleva a la acumulación de cuerpos cetónicos en la sangre.

Signos y Síntomas: Los signos más comunes de cetosis en el ganado incluyen la disminución del apetito, pérdida de peso, debilidad, falta de coordinación, respiración rápida y un olor dulce o afrutado en el aliento debido a la presencia de cetonas (Gélvez, 2010).

Causas: La cetosis puede ser desencadenada por varios factores, como una dieta desequilibrada que carece de suficiente energía o un exceso de nutrientes que no se utilizan adecuadamente para la producción de leche. Además, el estrés asociado con el parto y la producción láctea puede aumentar el riesgo de desarrollar cetosis.

Tratamiento: El tratamiento de la cetosis debe ser abordado de manera oportuna para evitar complicaciones graves. Esto incluye ajustar la dieta del ganado para proporcionar un equilibrio adecuado de nutrientes y energía. En algunos casos, se puede administrar propilenglicol u otros suplementos orales para aumentar la ingesta de energía.

Prevención: La prevención de la cetosis es fundamental y se basa en proporcionar una dieta adecuada antes y después del parto. Asegurarse de que el ganado reciba suficiente energía y nutrientes durante la lactancia temprana es esencial para evitar esta afección metabólica.

Hígado Graso en el Ganado

El hígado graso, también conocido como lipidosis hepática, es una condición metabólica que afecta al ganado y se caracteriza por una acumulación excesiva de lípidos (grasas) en el hígado. Esta afección puede afectar a diversas especies de animales, incluyendo al ganado vacuno.

Causas: El hígado graso en el ganado puede ser provocado por diferentes factores, siendo la ingestión excesiva de carbohidratos una de las principales causas. Cuando el ganado consume una dieta rica en carbohidratos, el hígado puede no procesarlos adecuadamente y terminar almacenando las grasas en exceso. Además, situaciones de estrés, como cambios bruscos en la dieta, enfermedades, o períodos de ayuno prolongado, pueden contribuir al desarrollo de esta condición.

Signos y Síntomas: Los síntomas del hígado graso en el ganado pueden variar y, en muchos casos, no son fácilmente detectables en etapas tempranas. Sin embargo, algunos signos comunes incluyen pérdida de apetito, disminución en la producción de leche, pérdida de peso y en casos más avanzados, puede presentarse ictericia (coloración amarillenta de las mucosas y piel).

Tratamiento y Prevención: El tratamiento del hígado graso en el ganado puede ser un desafío y generalmente se centra en abordar la causa subyacente. Reducir la ingesta de carbohidratos en la dieta y proporcionar una alimentación más equilibrada son medidas esenciales.

La prevención del hígado graso es fundamental y se logra a través de una dieta adecuada y un manejo óptimo. Evitar cambios bruscos en la dieta, proporcionar un suministro constante de forraje y ajustar las raciones para satisfacer las necesidades nutricionales específicas del ganado, especialmente en periodos de gestación y lactancia, son estrategias eficaces.

Timpanismo en el Ganado

El timpanismo, también conocido como hinchazón o meteorismo, es un trastorno digestivo que afecta al ganado, especialmente a rumiantes como las vacas. Esta condición se caracteriza por una acumulación excesiva de gases en el rumen o retículo del animal, lo que resulta en una distensión anormal del abdomen.

Causas: El timpanismo puede ser desencadenado por diversas razones. Una de las principales causas es la fermentación excesiva de los alimentos fibrosos en el rumen, lo que produce una mayor producción de gases. Esto puede ocurrir cuando el ganado consume grandes cantidades de forraje de alta calidad, como alfalfa, en un corto período de tiempo.

Además, el consumo de ciertos alimentos o plantas tóxicas, como las leguminosas que contienen saponinas, también puede aumentar el riesgo de timpanismo.

Signos y Síntomas: Los síntomas del timpanismo en el ganado incluyen distensión abdominal, respiración rápida y dificultosa, inquietud, rechazo a alimentarse, y en casos más graves, dificultad para respirar debido a la presión del gas sobre el diafragma.

Tratamiento: El tratamiento del timpanismo debe ser rápido y efectivo para evitar complicaciones graves. En casos leves, se puede realizar un masaje suave en el costado del animal para liberar los gases acumulados. Sin embargo, en situaciones más graves, puede ser necesario realizar una punción en el costado para liberar el exceso de gases.

Prevención: La prevención del timpanismo es esencial y se basa en un manejo adecuado de la alimentación del ganado. Evitar cambios bruscos en la dieta, proporcionar un suministro constante de forraje y controlar el acceso a alimentos tóxicos son medidas importantes para reducir el riesgo de timpanismo.

Literatura citada

  • “Enfermedades metabólicas en el ganado bovino productor de leche”. Curso internacional e distancia. www.perulactea.com.
  • MVZ, MSc., DCV Mario Medina Cruz. “Clínica de bovinos I” Hipocalcemia. Departamento de reproducción FMVZ, UNAM.
  • v  Cseh, 2003. “Primera causa de mortalidad en vacas de cría” Hipomagnesemia. Dra. Susana Cseh, julio 2003. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. CLICK AQUI
  • v  Forchetti, 2006. “Hipofosfatemia y fragilidad osmótica eritrocítica” Forchetti O., Maffrand C., Vissio C., Boaglio C., Cufré G. Universidad Nacional de Río Cuarto Fac. de Agr. y Veterinaria
  • v  Gélvez, 2010. “Animales y Producción” Cetosis. Lilian Damarys Gélvez 2010.

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3 comentarios

  1. Hola tengo una vaca que ella come bien,boñiguea,rumea bien pero tiene paso lento y anda eriza,y tira unos eructos súper fetidos,ya la desparacité y le puse vitaminas y nada,es lechera y tiene casi 5 meses de gestación,no se que pueda tener

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