Muchas veces relacionamos la alimentación ecológica con los alimentos obtenidos de la agricultura biológica, como frutas, verduras o cereales. Pero lo cierto es que dentro de la alimentación ecológica también hay que hablar de la carne, la leche o los huevos, y estos también pueden ser ecológicos si la forma de explotación ganadera se ciñe a los requisitos estipulados
La revista British Journal of Nutrition publicó los resultados sobre la composición de la leche ecológica y la de producción convencional. Los hallazgos fueron claramente favorables para los productos ecológicos, ya que contienen hasta un 50% más de ácidos grasos omega 3, que están relacionados con la salud cardiovascular (entre otras razones, porque reducen las cifras de colesterol), más vitamina E (que mejora el sistema inmune) y más CLA (ácido linoleico conjugado, una grasa saludable). Chris Seal, profesor de la Universidad de Newcastle y coautor del trabajo, traslada los resultados al consumo diario aproximado de una persona: “Medio litro de leche entera orgánica proporciona el 16% de las recomendaciones de omega 3 (39 miligramos) frente al 11% (25 miligramos) de la leche de producción convencional”.
Algunos de los aspectos de la ganadería ecológica son:
La alimentación Ecológica
La normativa vigente exige una alimentación a base de pastos, forrajes y alimentos obtenidos conforme a las normas de la agricultura ecológica (salvo excepciones autorizadas), preferentemente procedentes de la propia explotación, para lo cual es imprescindible ajustar la carga ganadera a la disponibilidad de recursos agrícolas propios, ya que es imprescindible tener cubiertas las necesidades nutricionales de los animales y respetar al máximo sus comportamientos alimentarios, con una alimentación acorde al nivel de producción, variada y basada en el consumo de alimentos directamente del campo Sin embargo, la satisfacción de las necesidades nutricionales de los animales con recursos de la propia explotación puede verse limitada según época del año y/o etapa fisiológica del animal. Por ello, la normativa vigente permite emplear determinados minerales, oligoelementos y vitaminas en condiciones bien definidas para responder a los requisitos nutricionales básicos de los animales. En los mamíferos recién nacidos es imprescindible el consumo de calostros, que aportan los anticuerpos necesarios para la adaptación del neonato al medio en el que se va a desarrollar. La lactación posterior debe tener al menos la duración mínima que exige la normativa (3 meses para bovinos, y équidos, 45 días para ovinos y caprinos y 40 días para porcinos). El pastoreo proporciona una dieta barata, variada, rica en vitaminas y minerales, suficiente para cubrir las necesidades de mantenimiento y cierto nivel de producción de los rumiantes. Los omnívoros (porcino, aves) deben alimentarse fundamentalmente con concentrados, pero deben añadir a su dieta alimentos forrajeros (frescos, desecados o ensilados), sin olvidar los nutrientes que ingieren al consumir directamente del campo lombrices, insectos, pequeños mamíferos y alimentos vegetales (raíces, tubérculos, pastos….) que les permite enriquecer su dieta.
Los animales no deben estar hacinados ni encerrados
En las instalaciones los animales deben disponer del suficiente espacio que les permitan cubrir sus necesidades biológicas y etológicas, tener fácil acceso a la alimentación y el agua. El aislamiento, caldeo y ventilación de los locales deberán garantizar la circulación del aire, un nivel bajo de polvo, una temperatura y humedad adecuada y la concentración de gases nocivos debe mantenerse por debajo de los niveles que no afecten la salud de los animales.
Los corrales de trabajo, las zonas de ejercicio al aire libre y los espacios abiertos deberán ofrecer protección suficiente contra la lluvia, el viento y las temperaturas extremas, siempre teniendo en cuenta las razas que se traten; por ese motivo el uso de razas locales o rústicas en muchos casos puede reducir las inversiones en instalaciones
Medidas de bioseguridad e higiene en los alojamientos ganaderos ecológicos
Limpieza y desinfección: Los alojamientos en sistemas ecológicos deben estar construidos con materiales de fácil limpieza y desinfección y garantizar las condiciones ambientales de temperatura, ventilación, humedad, luz, etc., que proporcionen un ambiente confortable e higiénico a los animales. A fin de evitar infecciones y el desarrollo de portadores de gérmenes, los alojamientos, equipos y utensilios deben limpiarse y desinfectarse conveniente y exclusivamente con alguno de los productos que aparecen recogidos en el anexo VII del Reglamento (CE) 889/2008, como jabón de potasa y sosa, cal, lejía, sosa cáustica, esencias naturales de plantas, alcohol, formaldehído, etc. El estiércol, la orina y los alimentos derramados o no consumidos deberán retirarse con la frecuencia necesaria para reducir al máximo los olores y no atraer insectos o roedores. Podrán utilizarse rodenticidas (únicamente en trampas) y los productos como piretroides para eliminar insectos y otras plagas de los locales y demás instalaciones en las que se mantenga el ganado.
Reproductivo
Es conveniente no forzar las producciones y mucho menos los ciclos de reproducción: mantener todo el año los machos en el rebaño permite ahorrar trabajo y minimizar el intervalo entre partos, aunque hay que tener en cuenta el riesgo de que se queden preñadas hembras demasiado jóvenes o no recuperadas completamente del ciclo anterior (primer celo postparto). Por ello es aconsejable programar las parideras para racionalizar el trabajo y atender mejor a las necesidades del mercado. Aunque el principal método de cubrición es la monta natural, la inseminación artificial está permitida siempre que no se utilicen sustancias hormonales (sincronización de celos, superovulación, etc.).
Salud animal
En la ganadería ecológica, la gestión sanitaria se apoya en la prevención de enfermedades con prácticas de manejo adecuadas, tanto de la agricultura biológica como de los animales, combinadas con medidas higiénicas y de bioseguridad satisfactorias (incluida una correcta profilaxis) que eviten la aparición y, de ser el caso, propagación de cualquier incidencia sanitaria.
Zoonosis en ganaderías ecológicas: Las zoonosis son enfermedades que afectan a las personas y que se pueden contraer a través de los animales o sus productos, por vía directa (cutánea, digestiva, respiratoria, sanguínea,…) o mediante vectores (parásitos, insectos, roedores, aves, otros animales domésticos o salvajes distintos al del foco de infección, utillaje de la explotación e incluso, otras personas).
Las principales zoonosis en ganadería ecológica (transmisibles de los animales al hombre y viceversa) son:
- Víricas: viruela (vacuno), glosopeda o fiebre aftosa (vacuno, porcino), dermatitis postular contagiosa (ovino), enfermedad de newcastle (aves).
- Bacterianas: brucelosis (bovinos), Carbunco (rumiantes, porcino, equino), erisipela (cerdos), salmonelosis (todas las especies), tuberculosis (vacuno), tétanos (equino, vacuno, ovino).
- Parasitosis: toxoplasmosis (todas las especies), sarna (todas las especies), hidatidosis (vacuno, ovino, porcino), triquinosis (porcino).
Se pueden reducir e incluso evitar la entrada, diseminación y transmisión de agentes causantes de enfermedad y sus vectores y, por tanto, la probabilidad de transmisión de enfermedades a los trabajadores, mediante unas buenas medidas de biseguridad que incluyen acciones o actividades preventivas a seguir, tanto en los aspectos técnicos (actuaciones sobre el foco o el medio de transmisión) como en los aspectos sanitarios (vacunación, educación en la salud,…).
Profilaxis
No está permitida la aplicación sistemática, preventiva ni rutinaria de antibióticos, antiparasitarios y/u otras sustancias de síntesis química o alopática que conllevan eliminación de residuos en los productos pecuarios y deyecciones, salvo circunstancias sanitarias excepcionales y nunca más de un tratamiento por ciclo productivo hasta un máximo de tres al año. En este caso, el tiempo de espera desde la administración del tratamiento hasta la venta del producto será el doble que el prescrito para los productos convencionales (como mínimo 48 horas). Sin embargo, si es aconsejable fortalecer las defensas inmunológicas y, por tanto, la capacidad de respuesta ante posibles alteraciones fisiológicas para lo cual es imprescindible vacunaciones oficiales (se recomiendan autovacunas preparadas con agentes bióticos aislados de la propia explotación) y un control estricto del ganado, con una evaluación periódica del estado sanitario de los animales, que incluye análisis clínicos rutinarios, así como correcto manejo del pastoreo (parcelando y estableciendo un sistema rotacional de cultivos y pastos para control de los endo y ectoparásitos, controlando tiempos de pastoreo, cortes de hierba, etc.) en función de la oferta forrajera en cada momento. El ejercicio regular y acceso a los pastos de calidad tiene el efecto de estimular la defensa inmunológica natural de los animales. Está demostrado que un organismo patógeno que ataca a un animal resistente, en un entorno higiénico y saludable es menos capaz de provocar enfermedades que otro menos virulento que ataca a un ser débil, en un ambiente poco higiénico. En la cría de animales en lotes, es recomendable realizar vacíos sanitarios para limpiar y desinfectar los locales y el material utilizado, a fin de romper los ciclos biológicos de parásitos e inactivar a los agentes patógenos que ocasionan efectos negativos en el bienestar de los animales y en la calidad de sus producciones. La higienización de las deyecciones mediante la técnica correcta del compostaje es una práctica agrosanitaria necesaria para anular las infecciones transmitidas por los estiércoles (sólidos y líquidos) al ganado y evitar la contaminación biótica del suelo agrícola.
Mercado actual y futuro de los productos ecológicos
La ganadería ecológica está adquiriendo un protagonismo cada vez mayor en nuestro sistema productivo y cubre una demanda sensibilizada con los sistemas agrarios tradicionales, sostenibles y saludables, preocupados por el agotamiento de los recursos renovables, riesgos potenciales para la salud humana de los productos de origen animal, la reducción de la calidad de los productos pecuarios, el excesivo consumo de energía y una ganadería éticamente inaceptable. Con la ganadería ecológica se garantiza la obtención de productos alimentarios de origen animal de máxima calidad, saludables, con alto valor nutritivo, sin residuos químicos de ningún tipo y obtenidos en sistemas de producción tradicionales y respetuosos con el medio ambiente.
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