Dermatitis atópica en perros

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Dermatitis atópica en perros

Definición de Dermatitis atópica en perros

La dermatitis atópica (atopia, enfermedad atópica, dermatitis inhalatoria alérgica)  e caracteriza en la bibliografía veterinaria como una tendencia hereditaria a desarrollar anticuerpos IGE y dar lugar a una alergia clínica ante alérgenos del entorno.

Etiologia Y Patogenesis  de Dermatitis atópica en perros

La patogénesis de la dermatitis atópica es compleja, y todavía se están descubriendo nuevos con ceptos sobre la etiología de la enfermedad. En las personas se ha demostrado que la dermatitis atópica está asociada con una elevada activación de los linfocitos T, células de Langerhans hiperestimuladoras, inmunidad celulomediada deficiente, y sobreproducción de IGE en las células B.

Además, la respuesta bioquímica anómala y la secreción de mediadores a cargo de los monocitos, mastocitos, y eosinófilos contribuye a la dermatitis. También es posible que la inflamación cutánea se autoperpetúe debido al continuo rascado y cambios cutáneos secundarios, incluso en ausencia del alérgeno.

Características Clínicas  de Dermatitis atópica en perros

Generalmente los signos clínicos de la dermatitis atópica se observan por primera vez cuando los animales tienen entre 1 y 3 años. Sin embargo, se ha observado la enfermedad por primera vez en animales muy jóvenes (aproximadamente 12 semanas) y muy viejos (aproximadamente 16 años). Si la hipersensibilidad se desarrolla ante el polen, es probable que el cuadro sea estacional. Sin embargo, muchos animales presentan la enfermedad de forma perenne, un reflejo de la importancia de la alergia ante los ácaros del polvo doméstico y el propio polvo.

La predisposición racial a la dermatitis atópica variará en función de la genética local, pero en USA, GB y Europa se describen una serie de razas como de riesgo particularmente elevado. Entre estas se incluyen los Cairn Terrier, West Highland Terrier blanco, Scottish Terrier, Fox Terrier de pelo duro, Dálmata, Setter Inglés y Setter Irlandés, Labrador y Golden Retriever, Pastor Alemán, Newfoundland, Boxer, Boston Terrier, Bulldog inglés, Beagle, Schnauzer Miniatura, y Shar Peí Chino3.

Entre los gatos no hay predisposición racial. Clínicamente los animales presentan prurito aunque su grado puede variar en distintos periodos de tiempo y de un individuo a otro. Se pueden observar eritema y cambios cutáneos secundarios, tales como hiperpigmentación y liquenificación, a nivel interdigital, en las orejas (especialmente en la cara cóncava del pabellón y en el canal vertical), a lo largo de todo el abdomen, en el periné, en las axilas (12-14) sobre la cara (especialmente en la zona periocular, y ocasionalmente sobre los labios).

La alopecia puede presentarse en cualquiera de las áreas afectadas dependiendo de la duración y el grado de la inflamación. Es frecuente que se produzca una infección secundaría con Staphylococcus intermedias o Malassezia pachydermatis.

La infección por estafilococus acostumbra a ser una píoderma superficial y es típico que presente pápulas eritematosas que pueden transformarse en pústulas, pero con mayor frecuencia progresan hacia pequeñas costras o áreas  circulares de alopecia con bordes descamados (collares epidérmicos). Con frecuencia se observa una otitis externa eritematosa crónica. Un eritema prolongado a menudo dará lugar a una hiperplasia de los tejidos del interior del pabellón y del canal auricular.

También predispone a un aumento de la secreción de las glándulas que recubren los canales auriculares, que pueden actuar como medio de cultivo para bacterias y levaduras, predisponiendo a la otitis externa. Entre los dedos pueden aparecer pequeñas pápulas intradérmicas, que se transforman en quistes y que acaban rompiéndose y drenando un líquido seroso sanguinolento. Después de esto pueden aparecer granulomas interdigitales.

Los Cocker Spaniel, Springer Spaniel, West Highland Terrier blanco, y Scottish Terrier a menudo presentan áreas de alopecia, eritema, hiperpigmentación y descamación grasa de la zona central del cuello, que con frecuencia sufren una infección secundaria con M. pachydermatis.

Diagnostico Diferencial  de Dermatitis atópica en perros

Hipersensibilidad a la picadura de pulgas
Sarna sarcóptica
Intolerancia dietética
Dermatitis por Malassezia pachydermatis
Piodenna superficial
Cheyletelosis
Pediculosis
Dermatitis de contacto
Dermatitis por Peladera strongyloides.

Pruebas Diagnosticas  de Dermatitis atópica en perros

El historial médico y los síntomas clínicos pueden permitir una sospecha de diagnóstico. Si se realiza adecuadamente la prueba cutánea intradérmica, proporcionará resultados positivos que concordarán con la anamnesis en el 85% de los casos aproximadamente. Para evitar resultados inexactos, se tienen que eliminar los esteroides de acción breve, tales como la prednisona, prednisolona o metilprednisolona tres semanas antes de la prueba, y el resto de esteroides inyectables durante 6-8 semanas antes.

Los antihistamínicos se tienen que interrumpir 7-10 días antes de la prueba, para controlar el prurito durante ese tiempo, se puede bañar al animal cada 1-3 días utilizando champús emolientes y humectantes, champús a base de avena y paroxamina, o de forma alternativa un simple champú seguido de la aplicación de un acondicionador que contenga paroxamina si se dispone de él.

Las lociones o vaporizadores que contengan hidrocortisona al 1% se pueden aplicar sobre la piel inflamada y pruriginosa dos veces al día siempre y cuando no se aplique sobre la zona de piel que se utilizará para la prueba. Pueden hacerse pruebas serológicas de alergia (RAST, ELISA, una prueba inmunoenzimática en fase líquida) para determinar si han aumentado las concentraciones de IGE alérgeno específicos.

El problema de estos métodos es su elevada tasa de resultados falsos positivos. Casi  todos los perros normales, perros con enfermedades cutáneas, y todos los perros con dermatitis atópica reaccionan por lo menos a una y a veces varias sustancias. Un estudio demostró que la prueba de alergia serológica basada en RAST no podía diferenciar entre perros normales y perros que habían pasado por una dermatitis atópica.

 

Tratamiento sintomatico

Glucocorticoides

La metilprednisolona (0,05-0,1 ml/kg) es el agente preferido para el control del eritema y el prurito. También puede utilizarse prednisolona y prednisona (0,1 -0,2 ml/kg) pero es más probable que provoquen poliuria, polidipsia y polifagia en algunos perros.

Se tienen que administrar dosis de inducción dos veces al día durante 8 días, después una vez al día por la mañana durante 8 días, y después a mañanas alternativas. También  la dosis se irá bajando un 20% cada 8 días para determinar la dosis mínima que permite al animal estar cómodo.

Alcanzado ese punto, se pueden administrar anihistamínicos o suplementos de ácidos grasos esenciales en un intento de reducir aún más la dosis (ver más abajo). También hay que advertir al cliente que la dosis mínima puede cambiar si el animal es expuesto a pulgas, contrae una infección secundaria, se expone a un entorno más cálido y húmedo, o si se enfrenta a una dosis superior de antígeno.

En todo caso, si no se puede restablecer rápidamente el control de un prurito que previamente había estado bien controlado, se tiene que sospechar rápidamente una infección secundaria con S. intermedias o M. pachydermatis, por lo que no se debe permitir que se vayan incrementando las dosis de glucocorticoides sin una nueva exploración del animal.

Generalmente no se recomienda la aplicación del acetato de metilprednisolona (0,25-1,0 mg/kg i.m.) o betametasona (0,08-0,4 mg/kg) por vía inyectable, debido a su prologada supresión del eje hipófisis-adrenal. Sin embargo el uso ocasional de estos esteroides inyectables puede ser necesario si la dermatitis es extraordinariamente grave, o si solamente se necesitan de 1 a 3 inyecciones al año para controlar una alergia estacional, o si el cliente no puede administrar medicación oral al animal.

Antihistamínicos

La terapia con antihistamínicos puede ser aditiva (o incluso sinérgica) con suplementos de ácidos grasos. Puesto que los suplementos de ácidos grasos presentan un periodo prolongado hasta que se observan sus efectos máximos, puede ser beneficioso retrasar la terapia antihistamínica durante cuantas semanas. Si el prurito y el eritema no son graves se puede utilizar para controlarlos clorfeniramina (0,4 mg/kg p.o. q 8 h), difenhidramina (2-4 mg/kg p.o. q 8 h), e hidroxicina (2 mg/kg p.o. q 8 h).

Se indica a los clientes que deben probar cada uno de ellos independientemente durante dos semanas para determinar cual presenta el mejor efecto con los menores efectos colaterales. También pueden ser útiles el fumarato de clemastina (0,05 mg/kg p.o. q 8 h) y el ketotifeno (2-4 mg/kg p.o. q 8 h), pero su coste es bastante más elevado. No se ha podido demostrar que la terfenadina, astemizol, y lortadina sean útiles en el tratamiento del prurito a debido a las alergias en el perro.

Agentes antibacterianos

Para controlar una infección bacteriana secundaria, deben administrarse los agentes antibacterianos adecuados durante un periodo de 2-3 semanas

Champúes

Si existe una infección bacteriana secundaria, tienen que emplearse champúes que contengan peróxido de benzoilo cada 4-7 días, dependiendo de la gravedad de las lesiones. Los champúes que contienen peroxidina o etil lactato no son tan irritantes como los que contienen peróxido de benzoilo y pueden ser más adecuados para los animales que presentan una piel gravemente inflamada. Si se observan levaduras en los frotis de impresión o en los raspados cutáneos, se aplicarán champúes que contengan miconazol o ketoconazol. La caspa tiene que tratarse con champúes que contengan brea y ácido salicílico, a menos que sea debida a una xerodermia (ver más abajo).

Acondicionadores y humectantes

Se ha observado que el uso de acondicionamientos cutáneos y del pelaje, así como humectantes tras el baño es beneficioso para evitar el secado de la piel (xerodermia) y reducir la irritación de la dermatitis del animal. En estos casos están indicados los champúes emolientes y humectantes. Se ha observado que es particularmente  beneficioso un acondicionante  que contenga avena y paroxamina.

Antipruriginosos tópicos

Las áreas focales de inflamación pueden tratarse con pulverizadores o lociones que contengan hidrocortisona al 1% o una crema a base de neomicina, acetato de isoflupredona, y tetracaína. Este último se utiliza cuando el eritema es más grave.

Suplementos de ácidos grasos

Los suplementos que contienen ácidos grasos 3 y/o 6 pueden ser útiles en los casos en los que el prurito es mínimo, o como terapia adjunta en casos más graves.  La respuesta a los suplementos de ácidos grasos depende de la dosis (cuanto más se administran, mejor efecto producen) y existe un periodo de hasta 12 semanas hasta que se alcanza la máxima respuesta.

 Inmunoterapia

Se ha comprobado que la hiposensibilización es útil en el 50 a 80% de los perros con dermatitis atópica . Además, aproximadamente el 75% de los perros atópicos pueden controlarse sin recurrir  a glucocorticoides sistémicos cuando la hiposensibilización se  combina con otros tratamientos no esteroideos.

En la experiencia de los autores, el 60-65% de los perros ató picos se pueden mantener solamente con hiposensibilización, otro 15-20% se pueden mantener con hiposensibilización más otro tratamiento no esteroideo, mientras que el 20-25% no se benefician de la hiposensibilización.

Hay animales que pueden necesitar hasta 6-12 meses para responder a la inmunoterapia, y por ío tanto no debe hacerse ninguna evaluación clínica crítica hasta que ha pasado ese tiempo. El porcentaje de perros con una respuesta excelente a la hiposensibilización parece ser mayor cuando la terapia se basa en pruebas intradérmicas más que serológicas y cuando la hiposensibilización se basa en un patrón de reacción fuertemente intradérmico en animales de 2 a 6 años. Los animales viejos con una enfermedad crónica de larga duración parece que son los que peor responden.

Resumen

El control de los perros atópicos tiene que adaptarse individualmente a cada paciente. Hay que advertir a los propietarios de que no es posible predecir qué perro responderá ni a qué terapia. Se debe intentar minimizarel uso de glucocorticoides y controlar bacterias, levaduras, pulgas y xerosis.

Se puede sugerir el siguiente plan de acción que engloba todas estas condiciones:

1. Recete inmunoterapia.
2. Inicie suplementos con ácidos grasos.
3. Inicie una terapia con glucocorticoides sí los perros presentan una afección grave.
4. Después de cuatro semanas (con glucocorticoides a la mínima dosis posibles y cuando los ácidos grasos hayan empezado a hacer su efecto), inicie una terapia de prueba  con antihistamínicos.
5. Inicie la inmunoterapia y sí es posible elimine cualquier otro tratamiento.
6. Tienda a minimizar el uso de glucocorticoides.
7. Son esenciales las exploraciones de control posteriores y regulares.

Puntos claves

• La atopia es frecuente, puede que estén afectados hasta el 5% de los perros.

• En el 55% de los perros con atopia se presenta otitis bilateral externa.

• En los perros atópicos es frecuente que haya una pioderma superficial recurrente e infección con Malassezici.

• El prurito acostumbra a responder a la terapia con esferoides.

Video de la dermatitis atopica en perros 


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