Comportamiento de las cabras
Comportamiento de la cabra
EL COMPORTAMIENTO ANIMAL es la reacción de los animales a ciertos estímulos del ambiente que los rodea. La ciencia que estudia este comportamiento se llama Etología. El criador de cabros debe conocer y entender los aspectos únicos del comportamiento de sus animales, de forma tal que el sistema de manejo que se ponga en práctica no cause trastornos en las formas de comportamientos naturales del hato.
El entendimiento de este comportamiento puede asegurarle al criador de cabros un doble beneficio. Primero, lo estimulará a proveerle a su hato un manejo más completo y eficiente y a obtener un mayor conocimiento del comportamiento de sus animales. Le ayudará, además, a lograr una mayor apreciación y disfrute de esta especie.
Se han reconocido ocho tipos de comportamiento animal. Estas son: ingestiva, sexual, investigativa, eliminativa, maternal, antagonista (combate), gregaria y protectiva. Los tipos de comportamiento ingestiva y sexual son los más estudiados por su conocida importancia económica.
1 Comportamiento ingestivo
Comportamiento del Pastoreo de la cabra
Los cabros se diferencian de otros rumiantes por el hecho de que son ramoneadores, más que apacentadores. Bajo condiciones naturales no destruyen la vegetación, ya que caminan grandes áreas ramoneando selectivamente. Bajo confinamiento hacen lo contrario y consumen casi todo lo que encuentren ya que bajo esta condición se le reduce la variedad de fuentes de forrajes. Se ha determinado que los cabros incluyen en su dieta natural más de 25 especies de plantas.
Los cabros sufren una menor incidencia de timpanismo (desorden digestivo de los rumiantes, caracterizado por la acumulación de gas en el rumen) que otros rumiantes como los ramoneadores (que ramonean o se alimentan de las ramas), pues no sobrepastorean pastos muy suculentos. Su fuente principal de forraje la obtienen de las espigas de arbusto, pastos y malezas. Otro comportamiento interesante de estos animales es que cuando están confinados rehúsan comer alimentos o forrajes contaminados con el olor de orina y heces fecales. Desde un punto de vista evolutivo es significativo este comportamiento ya que limita su infestación con parásitos.
Los cabros tienen la capacidad de distinguir entre lo amargo, lo salado, lo dulce y lo agrio. Esto les permite alimentarse de una variedad de alimentos que son más amargos que los forrajes en general. Por ser más selectivos que otros rumiantes, bajo condiciones naturales utilizan hasta 11 horas diarias comiendo y caminando de una planta a otra.
Consumo de agua
Los cabros están adaptados a consumir pequeñas cantidades de agua en cortos períodos. En promedio, consumen 188 mililitros (6½ onzas) por cada kilogramo (2.2 lbs.) de peso cada 24 horas. En ocasiones no consumen agua cuando el contenido de humedad en los forrajes es de 60 por ciento o más. Durante períodos de mucho calor (38 C; 100 F o más), la perdida de agua por transpiración y respiración se reduce.
Así también merma la cantidad de agua escretada en la orina y las heces fecales. Sin embargo, en el caso de las cabras productoras de leche la demanda de agua es mucho mayor. Requieren éstas, al menos, una igual cantidad de agua a la de leche producida, sin incluir la necesaria para otros procesos de sus cuerpos.
2 Comportamiento sexual
La eficiencia reproductiva se considera como una de las mejores indicadoras de adaptación al medio ambiente tropical. Las razas de las cabras que provienen de climas templados (Alpina, Saanen, y otras) tienden a ser estacionales en su ciclo reproductivo. Estas presentan la mayor proporción de concepciones entre los meses de junio a octubre. Aun en el caso de animales adaptados al trópico, la época de mayor actividad reproductiva ocurre entre los meses antes mencionados. En el caso de los machos, se han llevado a cabo estudios que demuestran una mayor cantidad y movilidad del semen durante dicho período.mas informacion de la reproducción de la cabra
A Puerto Rico se han importado principalmente razas que provienen del clima templado, por lo que el patrón antes indicado se ha podido observar. Sin embargo, en otros países donde predominan las razas nativas de los trópicos o subtrópicos, la actividad reproductiva ocurre todo el año. Lamentablemente, no existe aún información sobre los cruces de razas nativas y de climas templados que demuestren el patrón de actividades reproductiva entre la progenie y hijos producidos de dichos cruces. Además, factores como la nutrición y las enfermedades pueden afectar la eficiencia reproductiva de cualquier hato.
La conducta sexual está regida por hormonas (feromonas) odoríferas que causan el fuerte olor característico de los cabros. Estas hormonas le sirven de estímulo a la hembra durante el celo. Antes de la copulación, la hembra trota su cuerpo al del macho, y éste huele las partes genitales de ella. Esto le indica si su pareja está receptiva (en celo de la cabra).
Durante la época de celo, el macho es más agresivo para evitar que otro macho invada su territorio; por lo que se debe ejercer cautela en su manejo. Otros signos de que hay una hembra en celo es el hecho de que el macho extienda su cuello tratando de detectar en el aire los olores que emite la hembra, así como también los orines de ésta. En el caso de las hembras, se sabrá si están en celo si tratan de montarse unas a otras.
3. Comportamiento investigativo
Los cabros, especialmente cuando son pequeños, son muy curiosos e inquisitivos. Muestran curiosidad por cualquier cosa o animal extraño. Los primeros en investigar son el macho y la cabra reina (cabresta). La primera vez que un extraño perturba la manada, los animales corren, se dispersan y se mantienen atentos al movimiento del intruso. Vuelven a reagruparse una vez pasa el peligro.
En el caso de los cabritos jóvenes, el grado inicial de comportamiento investigativo disminuye a medida que van madurando y adquiriendo experiencia. Aún así, los cabros siguen siendo los más aventureros, caprichosos e investigadores de los animales de la finca.
4. Comportamiento eliminativo
A diferencia de muchos otros animales, no se ha encontrado que los cabros marquen su territorio con heces fecales. Sin embargo, el macho puede detectar una hembra en celo por su orina. Cuando pastorean, evitan áreas contaminadas con heces fecales, pero cuando están en confinamiento dicha conducta disminuye.
Cuando orina la hembra asume una postura similar a la de la perra. Todos los cabros mueven la cola hacia adelante y hacia atrás cuando defecan. Se desconoce el motivo de estos movimientos.
5. Comportamiento maternal
Después del parto, la cabra remueve las membranas placentarias y humedad de los cabritos recién nacidos. El lazo maternal entre ambos es muy fuerte. La cabra defiende sus crías de cualquier atacante. El otro es muy importante para mantener el vínculo maternal.
Si una cría se remueve al nacer y se le devuelve a la madre dos horas más tarde, probablemente la aceptará. Sin embargo, si transcurre un lapso mayor, ésta lo puede rechazar. Si por alguna razón una cabra rechaza su cría, se le puede pasar parte de la placenta sobre el cuerpo del animalito u orines de la cabra para que vuelva a aceptarlo. Esta práctica se puede utilizar también para que una cabra adopte una cría que no es suya.
6. Comportamiento antagonista
Los cabros machos combaten para determinar quién será el jerarca o jefe de la manada. Los combatientes se paran a una distancia de entre cuatro y cinco pies entre sí y se golpean las cabezas con los cuerpos en ángulo recto. Con el establecimiento de la jerarquía o jefatura social entre estos animales se selecciona el cabro dominante o Alfa, que será responsable de la seguridad y reproducción del hato.
Los demás machos, debido a que no procrean, se les conocen como cabros “socialmente castrados”. Si el cabro dominante no es muy fértil o infértil, no habrá cambios en la reproducción del hato, aunque haya machos fértiles.
El desarrollo del dominio se acentúa más con la sobrepoblación o cuando las áreas de alimentación son limitadas. Una vez establecido el dominio, éste permanece así por años.
Cuando están alarmados (bajo condiciones naturales) los cabros tienden a formar una línea frontal a corta distancia del extraño potencialmente hostil. Si son perseguidos, se dispersarán, lo que hace difícil pastorearlos con perros como se hace con las ovejas. En el caso de los cabritos, estos tienden a paralizarse totalmente, lo que puede causar que un depredador lo detecte.
Hay ocasiones en que una cabra se asusta por algún motivo y entra en un estado catatónico*, tendiendo a ser menos frecuente cuando el consumo de agua le es restringido. Se desconocen con exactitud las razones para esta conducta.
7. Comportamiento gregario
El comportamiento gregario se refiere a la tendencia de formar rábanos. Los cabros no son muy gregarios. Sin embargo, por ser animales más listos, en algunos países se usa una cabra llamada “judas”, para servir como líder en un rebano de ovejas para facilitar agruparlas con el propósito específico que el dueño del rebaño desee.
8. Comportamiento protectivo
Los cabros son animales generalmente fuertes y se adaptan a condiciones ambientales desfavorables. Sin embargo, no toleran la lluvia; y corren a protegerse de ella, incluso antes de que las primeras gotas caigan. También muestran rechazo por áreas pantanosas. Probablemente en el transcurso de la evolución han “aprendido” a mantenerse libres de parásitos al evitar los pozos de agua en zonas pantanosas.
Aunque el clima cálido no les causa mayores problemas a los cabros, la humedad les causa estrés. Esto ocasiona pérdida de peso y menos producción de leche, así como también mayor hostilidad en la manada.
Los cabros tienden a congregarse o agruparse cuando viven en lugares desprovistos de sombra natural o artificial, durante las horas de mayor radiación solar. Esta agrupación ocurre cuando el calor que recibe el cuerpo del animal es mayor que el que puede disipar. De esta forma la cantidad de calor que reciben por la radiación es menor y reflejan más de ésta. Este comportamiento también puede ocurrir cuando hay exceso de frío o como un intento para defenderse de las moscas.
Bibliografía
- Devendra C., M. Burns. “Goat Production in the Tropics”. Departamento de Agricultura del Gobierno. Bucks, Inglaterra. 1983.
- Ensminger, E. & R.O. Parker. “Sheep and Goat Science”. 5ta Edición, “Interstate Printers and Publishers, Inc.”, Danville, Illinois. 1986.
- Haenlein, G.F.W., D.L. Ace “Extension Goat Handbook” Servicio de Extensión, Departamento de Agricultura de los E.E.U.U. Washington, D.C. 1984.