Neumonía en becerras
La neumonía en becerras jóvenes es una enfermedad multifactorial que ocurre principalmente en dos diferentes sistemas: en becerras para leche mantenidas en estabulación para terneras de reemplazo, o en becerras mantenidas en estabulación para carne en un rebaño diferente al rebaño de origen.
Las becerras para leche son más propensas a sufrir la enfermedad a cualquier edad; se manifiesta como neumonía crónica con tos, o como una neumonía enzoótica aguda. Las becerras para leche mayores también son vulnerables tras estar estabuladas en el otoño. Las becerras lactantes son más propensas a sufrir enfermedades respiratorias entre 2 y 5 meses de edad, siguiendo las de destete o transporte de un rebaño a otro.
Las becerras lactantes para carne mantenidas en exteriores pueden ser severamente afectadas por neumonía. En becerras mayores, principalmente en las lactantes en edades de 6 meses a 2 años, la enfermedad respiratoria es más probable tras el transporte u otro estrés del medio ambiente y es llamada
generalmente fiebre de embarque o de tránsito.
Una enfermedad respiratoria viral causada por el virus de rinotraqueitis bovina es incluso más significativa en animales mayores y se discute bajo su propio título.
Signos de la neumonia en becerra
La neumonía enzoótica en terneras jóvenes puede ser una enfermedad crónica con muy poco signos clínicos, aparte de tos seca y ligero incremento en la frecuencia respiratoria. La forma aguda de la enfermedad se manifiesta como una epidemia,
involucrando a varias terneras que sucumben a la enfermedad en un periodo de 48 horas.
Fiebre, aletargamiento, inapetencia y tos, comúnmente asociado a descarga nasal, son los síntomas más comunes.
Etiología
La neumonía enzoótica en becerras es una enfer- medad multifactorial. Agentes infecciosos, el medio ambiente, manejo y el estado inmunológico de las becerras son factores muy importantes que determinan el resultado de una infección. Una multitud de agentes infecciosos incluyendo virus, bacterias y micoplasmas están involucrados en diferentes combinaciones en diferentes granjas.
Comúnmente se sugiere que los agentes micoplasmáticos y virales producen las infecciones primarias y los agentes bacterianos causan la infección secundaria en animales con defensas debilitadas por la primera infección. Los agentes virales aislados más comunes de casos de neumonía enzoótica son el virus sincitial respiratorio, virus de parainfluenza I (P13), virus de rinotraqueitis infecciosa bovina y virus de diarrea viral bovina.
Generalmente, los agentes micoplasmáticos son considerados los más comunes para provocar la forma crónica de la neumonía enzoótica, a pesar de que, incluso el Mycoplasma bovis también ha sido identificada como el agente causal de muchas epidemias agudas.
Los organismos bacterianos comúnmente aislados son subespecies de Pasteurella y Haemophilus. Los principales factores medioambientales que predisponen a las becerras a la enfermedad respiratoria es la mala ventilación en estabulamiento, el frío, condiciones húmedas, cambios repentinos en la temperatura del aire, estrés debido a diferentes causas y cambio en el medio ambiente también han sido asociadas con epidemias de neumonía en becerras jóvenes.
La ingesta inadecuada de calostro, o calostro de mala calidad, afectará las defensas de las becerras contra agentes respiratorios haciéndolas más susceptibles a la infección. Lactancia de becerras antes de las 5 semanas de edad se ha asociado con incremento en enfermedad respiratoria.
Sistemas de mantenimiento donde las becerras de distintos orígenes se mezclan, sufren de altos niveles de enfermedad respiratoria. Amplios espacios de aire compartidos por becerras de distintas edades y pobre sanitización entre los lotes de terneras, generalmente hace estos sistemas aun más vulnerables. Las terneras que han sufrido de diarrea están más predispuestas a sufrir de enfermedad respiratoria.
El estrés asociado a procedimientos de manejo, como descorne y castración, también pueden estar asociado con una alta incidencia de la enfermedad respiratoria.
Métodos de control y prevención de la Neumonía en becerras
El periodo de tiempo es importante para identificar a los agentes infecciosos en epidemias de neumonía enzoótica con bases firmes para dirigir la prevención y el control de esta compleja enfermedad, hay algunos procedimientos comunes para cría y manejo que bien pueden reducir la incidencia de neumonía enzootica, independiente a los factores causantes.
Estos procedimientos pueden ser divididos en 3 áreas:
1. Mantenimiento de la resistencia a la enfermedad.
2. Reducción del estrés.
3. Reducción de la exposición.
Incremento de la resistencia a la enfermedad
Para proveer a la becerra de una protección inmune pasiva antes de que su sistema inmune esté totalmente funcional, la becerra necesita recibir cantidades adecuadas de calostro con una cantidad óptima de inmunoglobulinas. Ha sido recomendada una cantidad de 3-4 litros de calostro que contenga de 50 a 150 g/L de inmunoglobulina IgG en las primeras 24 horas de vida.
Como muchas becerras fallan al tomar cantidades adecuadas de calostro sin ayuda, proporcionar el calostro en botella provee de niveles más altos de inmunoglobulinas, evidentes en el suero de las becerras.
Se ha demostrado que becerras que maman directamente de la madre tienen una tasa incrementada de absorción de inmunoglobulinas en intestino. Vacas de primer y segundo parto tienen niveles significativamente menores de inmunoglobulinas en su calostro que vacas de más partos.
También se ha demostrado que vacas en periodos secos menores de 4 semanas producen calostro con niveles bajos de inmunoglobulinas. También se ha demostrado que una gran proporción de becerras lecheras son provistas de cantidades inadecuadas de calostro después de nacer, lo que resulta en una absorción inadecuada de inmunoglobulinas.
El periodo para la transferencia de inmunidad materna es importante, pues no protege a la becerra contra patógenos respiratorios después de 2 a 3 meses de edad, cuando la concentración de anticuerpos en el suero materno es baja y el sistema inmune de la becerra todavía no es totalmente funcional; en muchos rebaños, la más alta incidencia de la enfermedad respiratoria ocurre durante este periodo, y la prevención debería concentrarse en reducir el estrés en ese momento.
Otro factor limitante de la protección inmune contra enfermedades respiratorias es que algunos de los patógenos son inmunosupresivos; tanto Mycoplasma bovis y el virus respiratorio sincitial bovino pertenecen a esta categoría y, cuando son endémicos en un rebaño, pueden reducir la habilidad de la becerra para resistir la enfermedad.
La erradicación del Mycoplasma bovis de un rebaño lechero ha demostrado mejorar la salud de las becerras. Las vacunas son ampliamente utilizadas para elevar la inmunidad de la becerra contra muchos patógenos respiratorios. También hay vacunas combinadas contra los virus.
Las vacunas deberían usarse como parte de un programa de prevención de enfermedades que también se dirija a los factores medioambientales y de manejo de la granja. Las vacunas pueden ser usadas para erradicar algunas enfermedades respiratorias en rebaños problema, sin embargo, su eficacia varia significativamente
entre granjas, y es difícil establecer programas de control que funcionen de manera continua.
Lasvacunas también pueden ser usadas exitosamente en los inicios de una epidemia una vez que los primeros animales afectados han sido diagnosticados y el agente identificado. El uso profiláctico de antibióticos también ha sido exitoso en unidades de mantenimiento para becerras, administrandolos en todos los animales que llegan. Esta práctica es, sin embargo, prohibida bajo los estándares orgánicos.
Reducción del estrés
Lactancia gradual, tiempos de descorne y castración que no coincidan con la lactancia, reducción de transporte de los animales, evitar mercados de ganado y el estrés por frío, han sido procedimientos recomendadas para reducir el estrés en becerras jóvenes.
Las enfermedades respiratorias comúnmente siguen un patrón en un rebaño; su registro de aparición y tratamientos pueden ayudar para establecer si es que tal patrón existe. Si se identifica un patrón, también pueden reconocerse eventos potencialmente estresantes alrededor de los picos de la enfermedad y las practicas de manejo pueden ser cambiadas para reducir el estrés.
Sobrepoblación, mala ventilación y alta humedad provocan agobio respiratorio a las becerras y las hace más susceptibles a la enfermedad respiratoria. Proveer del espacio razonable y de buena ventilación reducirán este agobio y disminuirán la frecuencia de la neumonía.
Reducción de exposición a la infección
El contacto cercano entre animales permite que los agentes de la enfermedad respiratoria se esparzan con facilidad. Las casetas individuales pueden reducir la presentación de la enfermedad respiratoria, a diferencia de las becerras estabuladas en grupo, además, limitar el número de animales dentro de un mismo espacio de aire puede contrarrestar la propagación de la infección.
De forma similar, mantener grupos separados por edades y por tamaño, reduce la frecuencia de la enfermedad respiratoria. La introducción de animales de otros rebaños acarrea el riesgo de transferir la enfermedad, incluso en rebaños virtualmente cerrados, donde sólo se introducen reemplazos ocasionales.
Como medidad de control, se recomienda mantener a los animales de reciente adquisición separados del rebaño por 23 semanas para asegurar que no estén incubando una enfermedad respiratoria.
Tratamiento de la Neumonía en becerras
En los inicios de un brote de neumonía enzoótica o cuando se reconoce un problema crónico dentro del hato, es importante la identificación de los agentes causantes y de los factores de manejo y medioambientales que inciden en el problema para implantar las medidas correctivas y preventivas.
Ante la presentación aguda de la neumonía enzoótica, en todos los regímenes de tratamiento, la cría y el aislamiento de las becerras afectadas es un procedimiento de gran importancia. Las vitaminas pueden ser administradas como terapia de soporte, y una multitud de tratamientos, desde antihistamínicos hasta expectorantes, han sido efectivos para aliviar la condición.
Generalmente, la principal línea de tratamiento son los antimicrobianos y los antinflamatorios, tanto esteroidales como no esteroidales. Los antibióticos se utilizan en todos los animales que están en contacto con los afectados.
Ocasionalmente las vacunas pueden ser utilizadas para animales que están en contacto; éstas han demostrado proveer de protección cuando el agente causal es identificado rápidamente. Aunque por un tiempo es inaceptable el uso de antibióticos y/o medicamentos esteroidales a manera profiláctica, es importante usar todos los medios efectivos para aliviar la condición durante un brote.
En los inicios de un brote, es justificable el uso de antibióticos en animales asintomáticos pero en contacto con los enfermos para evitar otra propagación de la enfermedad si la separación, el aislamiento y el monitoreo cerrado son imposibles.
Sin embargo, la necesidad de antibióticos para animales en contacto puede reducirse, si existe un área de aislamiento y los animales afectados son removidos inmediatamente del resto del rebaño. Muchos de los antibióticos usados en el tratamiento de la neumonía enzoótica particularmente los que brindan protección a los animales en contacto son fórmulas de larga duración con largos periodos de retiro, establecidos hasta por 60 días.
La utilización de fluoroquinolona enrofloxacina es muy conveniente para el tratamiento de la neumonía enzoótica en granjas orgánicas dado su corto periodo de retiro (14 días). Los periodos de retiro de un medicamento rara vez son considerados para la selección del tratamiento de los animales jóvenes.
Se debe evitar el uso de fluoroquinolonas en granjas orgánicas cuando existen antibióticos alternativos. Las fluoroquinolonas son antibióticos cuyo uso en animales de producción causa gran preocupación con respecto a la transferencia de resistencia antimicrobiana de animales a humanos.
La presentación aguda de la neumonía enzoótica normalmente no es tratada a menos que la becerra tenga tos severa. Los antibióticos, cuando se escogen cuidadosamente, son efectivos. Debería, sin embargo, notarse que la neumonía enzoótica en becerras es un problema de rebaño.
Cuando la condición se vuelve lo suficientemente grave para requerir tratamiento, es necesario identificar las causas de la condición. Se require mejorar el manejo y el medio ambiente o erradicar el o los agentes etiológicos con la ayuda de un amplio plan de control de enfermedades.
Buenas prácticas
Las buenas prácticas para el control y prevención de la neumonía enzoótica de becerras jóvenes puede dividirse en 3 áreas de acción: reforzamiento de la resistencia a la enfermedad, reducción de la exposición a agentes infecciosos y reducción del estrés.
Mantenimiento del estado inmunológico
- No separar a la madre hasta 24 horas después de amamantar a la cría
- Proveer de una cama adecuada que permita a la cría pararse sin dificultad.
- Asegurar la alimentación temprana, asistir con mamila en caso necesario, monitorear la ingesta lo más cerca posible (máxima supervisión, mínima interferencia).
- Mantener un suministro de calostro congelado, en caso de que la madre gotee calostro antes de amamantar.
- Evitar estrés y exposición a nuevos agentes de enfermedades cuando es inmadura la capacidad inmunológica (2 a 4 meses de edad).
- Erradicar los patógenos respiratorios inmunosupresivos reconocidos en el rebaño.
- Vacunar estratégicamente como parte de un amplio plan de control de enfermedades.
Reducción de la exposición
- Proveer del número adecuado de corraletas de crianza, limpiarlas y desinfectarlas.
- Mantener becerras de diferentes edades en cuarto separados o con separaciones adecuadas.
- Cuarentenar por 2 o 3 semanas a los animales comprados, antes de introducirlos al rebaño.
- Proveer de buena ventilación en cobertizos de becerras.
Reducción del estrés
- Evitar sobrepoblación de corraletas para becerras.
- Brindar buena ventilación en albergues cerrados.
- Asegurar que las becerras tengan buena cama durante el clima frío y que no estén expuestas a corrientes de aire.
- Proveer refugio durante el frío prolongado y ante condiciones húmedas de pastoreo.
- Evitar transporte o introducción a nuevos ambientes entre las 2 y 4 semanas de edad.
- Distanciar el tiempo de castración y descorne de la lactancia.
- Que la época de otoño sea alejada de la castración y el descorne.
- Los cambios de dieta deben ser introducidos de manera gradual, particularmente al tener a las crías en encierro.
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muy buena informacion