Manejo del cabrito
Parto de la cabra
Conocida la fecha de encaste, se estima la fecha probable del parto, considerando
que los animales criollos tienen una preñez de 148 a 150 días. Cerca del momento de parto se puede observar cambios en la vulva, glándula mamaria y el comportamiento de la cabra.
La vulva se observa enrojecida y con secreciones, la glándula mamaria está llena de calostro y la cabra busca lugares tranquilos. Con estos signos, y cercana la fecha probable de parto, la cabra debe mantenerse en un lugar limpio, seco y protegido de las condiciones ambientales, tales como viento o lluvias.
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Es conveniente tener una maternidad con corrales individuales, agua y alimento a libre disposición. Los corrales no deben tener más de 1,5 m2 por animal y usarse, exclusivamente, para los dos a tres primeros días de parición. En general, la cabra no necesita ayuda durante la parición, a no ser que existan dificultades durante el parto.
El hecho de conocer la fecha probable de parto permite estar atento para asistirla si fuera necesario. También es conveniente ayudar a secar la cría con un paño limpio y desinfectar el cordón umbilical sumergiéndolo en yodo o utilizando un algodón. La cría recién nacida, para sobrevivir y posteriormente desarrollarse, debe consumir la primera leche, llamada calostro.
El calostro no solo aporta los componentes de la leche, sino que también inmunoglobulinas y lípidos. Las inmunoglobulinas son proteínas que participan en el sistema inmunológico de la cría para defenderse de infecciones y enfermedades que las afectan desde sus primeras horas de vida.
Los lípidos son fuente de energía necesaria para la cría, la cual nace con muy pocas reservas corporales, por lo que esta fuente energética ayuda a la termorregulación durante las primeras horas.
El calostro comienza a sufrir variaciones en su composición, hasta que comienza la producción normal de leche. Este proceso de cambios de composición demora aproximadamente tres días. En vísperas del parto es importante limpiar los pezones
con un paño y asegurarse que el canal del pezón no esté tapado con materia grasa y tierra para que la leche pueda salir libremente. Las crías a medida que pasan las horas de vida disminuyen su capacidad de absorber calostro, por ello es importante que lo consuman lo antes posible.
Una forma de ayudar a que las pariciones se desarrollen de buena manera, es la utilización de celdillas localizadas en los corrales, idealmente bajo techo, donde la hembra permanezca desde antes del parto hasta que la cría esté más firme, de 3 a 4 días. Así disminuye la mortalidad en comparación con cuando las crías nacen a campo abierto. Durante el período que esté en la celdilla es necesario disponer de agua y alimentación para la hembra.
Las celdillas no deben ser fijas, se apoyan a una muralla y unas con otras, de modo que el panel más corto quede al frente para que la cabra pueda salir.
Las ventajas de usar celdillas son: menos preocupación a que la parición ocurra en el campo; se puede supervisar los nacimientos fácilmente; facilita el ahijamiento; ante una emergencia se reacciona rápido; disminuyen las pérdidas por daño de perros, zorros y otros; la cría ubica fácilmente a la madre para su alimentación, entre otras.
Desarrollo del sistema digestivo de la cría
El conocimiento del desarrollo del aparato digestivo de las crías caprinas es de importancia para comprender su crianza. Al igual que el del animal adulto, está compuesto de cuatro compartimentos: retículo, rumen, omaso y abomaso, pero solo el abomaso presenta un desarrollo funcional. Los otros (retículo, rumen y omaso) no están en condiciones fisiológicas para cumplir sus funciones.
La leche consumida por la cría llega al abomaso (estómago verdadero) desde la cavidad bucal a través del esófago. Luego, por una prolongación del esófago, denominada gotera esofágica, la leche pasa al abomaso sin pasar por el rumen. La gotera esofágica es como un tubo que se forma durante los primeros meses de vida solo con el reflejo de la succión de alimentos líquidos. La leche es digerida en el abomaso mediante enzimas como la renina, la pepsina y el ácido clorhídrico.
Al nacimiento, los diferentes compartimentos presentan un tamaño semejante. Sin embargo, el desarrollo del aparato digestivo se estabiliza a los dos meses de edad, cuando alcanzan una proporción de 10% para el retículo, 60% para el rumen, 11% para el omaso y 19% para el abomaso.
Al comienzo la cría tiene un rumen poco desarrollado, al igual que las papilas ruminales que se encuentran en su interior, pero su tamaño aumenta rápidamente y en mayor proporción que los otros compartimentos. Las papilas ruminales son de un tamaño no superior a 1 milímetro, pero después de la octava semana alcanzan su tamaño y funcionalidad normal.
Después del período inicial de vida, en el rumen se produce la fermentación de la fibra vegetal y la absorción de los ácidos grasos volátiles y amonio, a través de las papilas ruminales.
Las crías comienzan a consumir forraje en las primeras semanas, pastoreando en pequeña cantidad hasta que su único alimento llegue a ser el forraje o concentrado. El consumo de forraje desde las primeras semanas de vida estimula el desarrollo y funcionalidad más rápido de las papilas, que las de los animales que no tienen acceso a dieta sólida.
Manejo durante la lactancia
Una vez finalizado el parto, la cría es secada por su madre y el instinto animal la lleva consumir calostro. Para que la cría reciba el calostro existen dos modalidades de manejo: dejar a la cría con la madre o, inmediatamente de nacida, separarla de su madre y entregarle el calostro con biberón o chupete, para después alimentarla con sustituto lácteo.
Dejar a la cría con su madre tiene la ventaja de ser de bajo costo. No obstante, este sistema dificulta el aprendizaje de la cría cuando se cambia al sistema de alimentación con chupetes.
La experiencia indica que las crías aprenden más rápido a tomar leche con chupete cuando se separan con mayor antelación de la madre y el cambio se facilita por el aprendizaje social que se produce cuando un grupo grande de crías está bajo el mismo sistema. La desventaja de esta forma de alimentación radica en la mayor necesidad de mano de obra para manejar a las crías los primeros días de vida. Por otra parte, estas crías deben ser mantenidas protegidas del viento, humedad y bajas temperaturas.
Debido a la importancia económica de la leche, se debe utilizar la menor cantidad posible en la crianza del cabrito y usar alimento sólido lo antes posible. El destete debe realizarse aproximadamente a los 60 días, con un peso de la cría de 10 kilos, aunque a veces se puede llegar a destetar con 8,5 kilos o 2,5 veces el peso de nacimiento. Esto último si la cría ya consume dieta sólida.
En la siguiente figura se observa el crecimiento de crías destetadas a los 20, 30 y 40 días, comparado con el testigo, correspondiente a crías no destetadas antes de los 60 días. El rango de peso, entre 8,5 y 10 kilos, se obtiene entre los 45 y 50 días, aproximadamente.
Las ganancias diarias de peso de las crías no destetadas anticipadamente se incrementan con el tiempo, alcanzando el máximo entre los 52 y 61 días . En cambio, en las destetadas temprano (a los 30 y 40 días) se produce una disminución de peso, resultado del estrés por el cambio del sistema de alimentación, a pesar de la disponibilidad de alimento a partir de los 10 días.
Destetes a los 20 días no es posible debido a que los animales no logran sobrevivir. El consumo de leche es muy variable, siendo mayor mientras más tardío es el destete.
Días de Ganancia de peso diario en diferentes períodos destete 1-19 20-19 30-39 40-51 52-61 |
|||||
60 (control) | 110 | 129 | 168 | 151 | 204 |
20 | 115 | 194 | – | – | – |
30 | 116 | 113 | 30 | 70 | 77 |
40 | 113 | 130 | 147 | -2 | 29 |
Ganancias diarias promedio de peso de crías destetadas a diferente edad (g/día).
Para disminuir el estrés del destete por el cambio brusco de un sistema de alimentación líquida a otro sólido, es necesario incrementar el consumo de alimento sólido (concentrado) antes del destete, pero en ese período existe el problema de aceptabilidad de este tipo de alimento.
El acceso a heno de buena calidad puede ayudar a incrementar el consumo de alimento sólido, lo que a su vez incrementa el desarrollo funcional del rumen. La otra dificultad que se presenta además del rechazo, es el aprendizaje de cómo consumir el alimento. Una buena medida es colocar animales más grandes entre las crías, que solo consumen alimento sólido, de esta forma, se produce un aprendizaje a través del contacto social entre los animales.
Algunas consideraciones de la crianza
De acuerdo con el consumo promedio diario de leche , las crías destetadas a los 61, 30 y 40 días consumen en promedio 73, 26 y 53 litros de leche, respectivamente. El destete precoz, a los 30 y 40 días, representa un ahorro de leche del orden de 64 y 27% respectivamente, que puede utilizarse en la elaboración de quesos, que en la actualidad tienen más valor que la carne.
En la crianza es muy importante tomar algunas decisiones en cuanto a la forma de manejo de la crianza de los cabritos. Si un cabrito, para alcanzar 10 kilos de peso, consume 73 litros de leche, el costo total de su alimentación es de
$32.850, considerando un precio de la leche de $450 por L (valor a septiembre de 2016). El consumo de 73 L de leche, transformado en carne (10 kilos), equivale a un valor entre $15.000 a $20.000. Por este motivo, conviene más vender la leche como queso que venderla como carne. Empresarios agrícolas que así lo han entendido, disminuyen costos de producción comercializando o regalando todos los machos al nacimiento, criando solamente a las hembras de reemplazo.
Periodos (días) 3-10 11-19 20-29 30-39 40-50 50-61 |
||||||
Promedio diario (L) | 0,57 | 1,0 | 1,10 | 1,33 | 1,45 | 1,56 |
Variación (%) | 0,13 | 0,07 | 0,10 | 0,26 | 0,17 | 0,23 |
Consumo de leche de crías caprinas entre el día 3 y el día 61 de vida.
Crianza después del destete
Los animales son destetados cuando ya están en condiciones de cubrir todos sus requerimientos nutritivos solo con el forraje que consumen. En situaciones de pastoreo en clima mediterráneo, como el existente en la región de Coquimbo, el destete se produce muy cerca de la máxima producción de forraje de la pradera y a no más de un mes de su maduración completa.
Después de este período, la disponibilidad de forraje y nutrientes comienza a ser limitante para el crecimiento de las crías, siendo la etapa de verano y otoño la más crítica. Por consiguiente, el crecimiento de los animales es limitado, especialmente entre enero y junio, pero luego se vuelve a incrementar, como consecuencia de la nue- va temporada de producción de forraje.
Las crías nacidas en años secos son las más afectadas en su crecimiento, comparadas con las que nacen en años normales o lluviosos, debido a la baja disponibilidad de forraje durante la primera estación de primavera que enfrentan. En cambio, las crías nacidas en temporada lluviosa encaran la primavera con mayor disponibilidad de forraje y llegan al verano con mayor peso corporal, condición fundamental para el crecimiento de las hembras de reemplazo en la segunda primavera, ya que en el primer verano siempre es nulo.
Este comportamiento fue evaluado en la región de Coquimbo en condiciones de sequía, normal y lluviosa . También en las tres condiciones se vio que el peso de encaste alcanzado por los animales es igual o algo superior al peso mínimo requerido para cruzar las cabritillas o primerizas. Para obtener mejor crecimiento, necesariamente se debe recurrir a la suplementación de verano y otoño con forraje cosechado o conservado para este objetivo.
Crecimiento de hembras de reemplazo entre destete y encaste, bajo diferentes condiciones de precipitación, en tres temporadas anuales.
La suplementación de los animales con forraje extra predial implica un costo adicional en el crecimiento de los reemplazos. Por ello es necesario establecer claramente los objetivos que se persiguen. Si la meta es lograr el encaste de los reemplazos, para tener éxito es necesario que los animales hayan alcanzado un desarrollo y una condición nutricional determinada. En ese sentido el manejo debe ser orientado según el tipo de sistema: extensivo o intensivo.
En sistemas extensivos, el encaste se realiza cuando los animales cumplen 18 meses, aproximadamente. En esa fecha, las cabritillas o animales de reemplazo deben tener como mínimo un 75% del peso de un adulto; es decir, no menos de 33 kilos.
A diferencia del anterior, en condiciones de producción intensiva el encaste de los animales de reemplazo puede ser realizado a partir de los 8 meses de edad. Para lograrlo se requiere alcanzar, a la edad de dos meses, 10 kilos de peso y ganancias mínimas promedio diarias de 127 gramos durante los siguientes seis meses.
En ambos casos, una hembra primeriza que haya sido encastada continúa su desarrollo, por lo que es necesario entregar no solo los nutrientes requeridos por el feto, sino que, también, los requeridos por la madre para terminar su desarrollo.
De preferencia la suplementación debe ser entregada en la tarde en comederos que minimicen la pérdida de alimento.
En el siguiente cuadro se indican, de manera referencial, las necesidades de heno de alfalfa de buena calidad para suplementar crías de reemplazo durante el período seco y lograr pesos adicionales de crecimiento. Por ejemplo, si en noviembre la cría ha alcanzado 15 kilos de peso y se desea llegar al mes de agosto con 28,5 kilos, se requieren ganancias adicionales diarias de 50 gramos, eso significa que se debería suplementar con 0,212 kilos diarios de alfalfa durante 9 meses, siendo necesario disponer de 57,24 kilos por animal.
Esto será efectivo solo si los requerimientos de mantención de los animales son cubiertos con el pastoreo. El suplemento debe ser entregado de forma que los animales dejen muy poco rechazo en el comedero. Si el rechazo es demasiado (más del 10%) o si el animal engorda mucho, se debe disminuir el suplemento ofrecido, ya que el exceso de condición corporal puede ser más negativo que positivo.
Incremento de ganancia diario (g) Heno de alfalfa (kg) | |
50 | 0,21 |
60 | 0,26 |
70 | 0,29 |
80 | 0,34 |
90 | 0,38 |
100 | 0,43 |
Requerimientos de forraje suplementario para alcanzar diferentes incrementos de peso diario.
En los sistemas intensivos, para alcanzar peso de encaste a los 8 meses, además de suplemento forrajero, se debe usar alimentos concentrados, ya que el volumen de forraje que contenga los nutrientes requeridos sobrepasa la capacidad de consumo diario del animal.
En la suplementación es importante el tipo de comedero con el objetivo de disminuir al máximo las pérdidas de alimento que cae fuera y que no es consumido por los animales. Este alimento no consumido, después de una temporada, puede ser de un valor económico importante.
Evaluaciones de consumo realizado con cabras criollas han demostrado que puede perderse cerca del 30% de lo ofrecido. Además, existen casos que los animales, cuando se les ofrece heno, solo seleccionan las hojas y rechazan los tallos. En la actualidad, de ser factible, es conveniente la adquisición de chipeadoras que permiten cortar el heno a un tamaño de 5 centímetros o menos, lo que evita la selección y disminuye las pérdidas que se pueden producir en el comedero.