Recuperando la Diversidad Genética Perdida en la Raza Holstein
La cría selectiva ha sido una herramienta poderosa para la industria ganadera y animal en general, pero también ha tenido efectos secundarios no deseados, como la pérdida de diversidad genética.
La raza Holstein, conocida por su alta producción de leche, es un ejemplo claro de esto. Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Estatal de Pensilvania, encabezados por Chad Dechow y Wansheng Liu, están trabajando para reintroducir valiosa variabilidad genética en esta raza.
Imaginen esto: todas las vacas Holstein son genéticamente idénticas entre sí. Esto no solo limita la capacidad de seleccionar vacas con mejor rendimiento, sino que también las hace más susceptibles a enfermedades y vulnerables a los cambios ambientales. Debido a que las Holstein producen más leche que cualquier otra raza lechera, su salud y bienestar son cruciales para la industria y, por extensión, para nosotros como consumidores.
La historia de la raza Holstein en Estados Unidos se remonta a mediados de la década de 1850 cuando fueron importadas por primera vez desde los Países Bajos. Desde entonces, la inseminación artificial ha jugado un papel clave en su reproducción. En la década de 1960, dos toros, Arlinda Chief y Round-Oak Rag Apple Elevation, tuvieron un impacto descomunal en la población actual de Holsteins, con la mayoría de las vacas macho rastreando su linaje hasta ellos.
Pero, ¿qué sucede cuando esta base genética se estrecha tanto? La respuesta es una mayor endogamia, que puede llevar a defectos genéticos, mala salud y menor producción de leche. Los investigadores Dechow y Liu se enfrentaron a la tarea de diversificar el acervo genético de la raza. Su primera parada fue el Programa Nacional de Germoplasma Animal en Fort Collins, Colorado, donde encontraron semen de dos linajes Holstein perdidos.
Con estas muestras, fertilizaron óvulos de hembras Holstein élite, creando embriones que fueron implantados en novillas sustitutas en la granja lechera de Penn State. El resultado: tres terneros y tres terneras saludables nacidos en abril. Estos terneros están siendo evaluados para determinar cómo se comparan con otros linajes, y se esperan diez terneros adicionales para finales de año.
Ver a estos terneros nacer fue emocionante para el equipo de investigación. Aunque su apariencia física no es lo más importante, el potencial de reintroducir diversidad genética perdida es un gran avance. Según Dechow, estos terneros representan una oportunidad para mejorar la diversidad genética de la raza Holstein, lo cual es crucial para la salud y productividad futura de estas vacas.
Liu, por su parte, enfatiza la importancia de este proyecto no solo para la investigación en genética de ganado, sino también para la industria láctea en general. La posibilidad de mejorar la diversidad genética y, por ende, la salud y producción de las vacas Holstein, es un objetivo compartido por muchos en el sector.
Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de varias instituciones y empresas, incluyendo la Facultad de Ciencias Agrícolas de Penn State, el Programa Nacional de Germoplasma Animal, Trans Ova, Select Sires Inc., la Universidad de Minnesota y ABS Global. Sin embargo, Dechow subraya que los verdaderos héroes son el equipo directivo y los empleados de la granja lechera de Penn State, quienes cuidan a los terneros diariamente.
La reintroducción de estos linajes perdidos es un esfuerzo de toda la industria que, según Dechow, aumentará la diversidad genética y mejorará la administración de los recursos genéticos. Este trabajo no solo busca preservar la historia genética de las Holstein, sino también asegurar un futuro más saludable y productivo para la raza y la industria láctea en su conjunto.
Fuente: Artículo original