Hepatitis en caninos
La Hepatitis en caninos se define como la inflamación del tejido hepático y por tanto del hígado. Aunque no es una patología tan frecuente en el gato como en el perro, siempre hay que tenerlo en cuenta a la hora de hacer diagnósticos ante síntomas inespecíficos y generales.
La Hepatitis en caninos es una inflamación del hígado
En ese proceso inflamatorio las células que conforman el órgano pueden sufrir distintos tipos de daño.
Etiologia de la Hepatitis en caninos
La inflamación del hígado puede tener múltiples orígenes, por lo que se van a revisar las causas más comunes y frecuentes:
- Hepatitis vírica: No tiene absolutamente nada que ver con la hepatitis humana. Existe determinados virus específicos del gato, que puede ocasionar hepatitis, entre otros muchos síntomas. Así los virus que causan las enfermedades de la leucemia felina y de la peritonitis infecciosa felina puede dar lugar a hepatitis, debido a que los virus destruyen el tejido hepático. Estos agentes patógenos no destruyen únicamente el tejido hepático, por lo que afectarán a otros órganos del organismo del gato.
- Hepatitis de origen bacteriano: Más frecuente en el perro, es excepcional en el gato. El agente causal es la Leptospira.
- Hepatitis de origen parasitario: Lo más frecuente es causada por la toxoplamosis (protozoo) o por filariosis (parásito de la sangre).
- Hepatitis tóxica: Causada por la ingestión de distintos tóxicos, también es muy infrecuente en el gato, debido a su conducta alimentaria. Suele ser debido a la acumulación de cobre en el hígado felino.
- Hepatitis congénita: También es muy infrecuente y suelen ser diagnosticados de forma accidental, buscando otras patologías. Es en caso de los quistes hepáticos congénitos.
Hay distintas razones por las cuales un perro puede padecer hepatitis canina. Estas son:
- Ingesta de orina, heces o saliva de perros que estén contagiados.
- Mala alimentación del perro.
- Intoxicación por comida o medicamentos.
tipos de hepatitis canina
Hepatitis común: la inflamación del hígado se produce debido a la ingesta de medicamentos o de alguna sustancia tóxica que pueda lesionar al hígado. Lamentablemente, los síntomas se presentan cuando la enfermedad está avanzada.
Hepatitis autoinmune: Este tipo se genera a causa de un de ‘error’ en el sistema inmune del perro. El sistema inmune confunde las células del hígado con agentes dañinos y las ataca hasta destruirlas.
Hepatitis vírica canina: También se denomina hepatitis infecciosa canina o enfermedad de Rubarth. Se genera debido a un virus adenovirus del tipo canino tipo 1. Afecta a perros y zorros y se contagia por el contacto con saliva o heces de otros animales infectados.
Síntomas
La hepatitis suele dar distintos síntomas, en función de si se manifiesta de forma aguda o crónica. Un fallo agudo del funcionamiento del hígado suele dar lugar a síntomas de presentación súbita.
El síntoma más frecuente suele ser la inapetencia y letargia, cambios de conducta, marcha anómala e incluso convulsiones
Algunos síntomas de la hepatitis canina son:
Pérdida del apetito, Vómitos y/o diarrea, Sed constante o insaciable, Dolor o inflamación en el área abdominal, Inflamación de los ganglios, Comportamiento errático (pérdida de la coordinación), Coloración amarillenta en ojos y mucosas (ictericia). Este síntoma es muy notable.
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Tratamientos
El tratamiento de la hepatitis suele estar asociado por un lado a su origen, pero debido a que la mayor parte de la veces este es desconocido (idiopático) o bien es causada por virus y tumores, se ponen en marcha el tratamiento sintomático y el manejo nutricional.
El manejo nutricional consiste en el cambio de la dieta del perro (y que va a suponer un problema adicional, debido a que no es tan sencillo realizarlo) ajustando la misma a la enfermedad. Se basa en reducir la cantidad total de proteínas de la dieta y aumentar su calidad.
Hepatitis canina
Tratamiento de la hepatitis común:
Se realiza tratamiento sintomático para evitar el dolor u otras incomodidades. Se podría decir que es el tipo de hepatitis canina más fácil de tratar. El veterinario puede evaluar si hay algún factor influyente para evitar que el perro vuelva a enfermarse. Durante el tratamiento el perro debe seguir una dieta estricta indicada por el especialista.
Tratamiento de la hepatitis Autoinmune:
Se tratan los síntomas, el perro puede recibir medicación con el fin de controlar las funciones de su sistema inmune. Los medicamentos empleados reciben el nombre inmunomoduladores y su función es evitar el daño al hígado.
Tratamiento de la hepatitis virica:
Se le administran antiinflamatorios y antibióticos al perro para combatir las infecciones secundarias. Este virus no se erradica por completo, de modo que es necesario contrarrestar todos los síntomas posibles. Los síntomas que se alivian con medicinas son los vómitos y la diarrea. Además, el canino debe seguir una dieta estricta para afecciones del hígado (baja en proteínas) y guardar reposo mientras presente los síntomas de la enfermedad.
Prevención
Los hábitos saludables del perro evitarán cualquier enfermedad, incluyendo a la hepatitis:
Alimentación balanceada, Ejercicio diario, Tiempo al aire libre, Cariño y atención. Finalmente, hay que reseñar que, en el caso de la hepatitis vírica, la mejor prevención es la vacunación. Por eso es siempre aconsejable llevar el cachorro desde temprana edad al veterinario para que se le administren las vacunas necesarias. De la misma manera, si se adopta un perro adulto, se le debe vacunar.
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