La diarrea viral bovina es una enfermedad viral infecciosa de curso agudo, que se caracteriza por producir hemorragias y erosiones en la mucosas oral, gástrica e intestinal, además de diarrea.
Tiene alta morbilidad y baja mortalidad. La enfermedad se originó en EE.UU.
La diarrea viral bovina Es una enfermedad viral producida por un Pestivirus de la familia Flaviviridae. Este virus presenta antigenicidad cruzada con el virus del cólera porcino.
La única especie afectada son los bovinos, aunque se ha observado un padecimiento análogo en venados y búfalos. Aunque son susceptibles bovinos de cualquier edad, su incidencia es mayor en los jóvenes, vacas al final de la gestación, y animales entre ocho meses y dos años de edad.
La enfermedad típica suele presentarse en una granja y desaparecer después, lo que hace suponer el desarrollo de inmunidad en la vacada. La enfermedad es más frecuente en invierno, observándose ésta en animales estabulados y en pastoreo.
La diarrea viral bovina —o enfermedad de las mucosas— se transmite fácilmente por ingestión de material procedente de animales enfermos.
En condiciones ordinarias, la propagación se produce por contacto directo (animales enfermos o portadores) e indirecto (por fomites o alimentos contaminados con secreciones, orina, heces, fetos abortados y placentas), siendo los visitantes un medio común.
La diseminación es muy rápida y en dos o tres días la vacada presenta los signos clínicos. Por lo que toca a la incubación, esta va de 1 a 3 semanas, siendo variable el tiempo de presentación de los signos.
La infección transplacentaria ocurre en hembras susceptibles infectadas durante la preñez. Si el feto es infectado por biotipos NCP antes de adquirir competencia inmunológica (antes del día 125 de gestación, aproximadamente) desarrollará una infección persistente.
Pese a la eleva tasa de mortalidad de los animales PI en su primer año de vida (más de 50%), muchos alcanzan la madurez sexual y se reproducen 2 . Hembras PI siempre dan terneros PI. La transmisión vertical también ocurre luego de la transferencia embrionaria si el recipiente es PI, o la vaca donante es PI y no se realiza el correcto lavado del embrión.
El contacto directo con animales PI, especialmente contacto nariz–nariz, es el modo más eficiente de transmisión en condiciones naturales. El contacto directo con animales que cursan una infección aguda también puede transmitir el virus
A menudo, la enfermedad se presenta en forma subclínica, pero cuando lo hace en forma clínica, se observa una amplia variedad de signos: fiebre, depresión, salivación (a consecuencia de las úlceras), anorexia, descarga nasal seromucosa, tos y polipnea, dando lugar después a diarreas profusas de olor fétido que pueden contener moco y sangre, esto también a consecuencia de las úlceras en estómago
e intestino. En casos agudos, la muerte se presenta en 48 horas.
La enfermedad puede durar de 3 a 7 semanas y hasta varios meses de forma intermitente, provocando que el ganado quede anoréxico a consecuencia del daño a las mucosas, de lo que gradualmente se recupera.
En algunas ocasiones se puede complicar con infecciones secundarias como necrobacilosis o micosis. En 10% de los casos se presenta cojera, enrojecimiento con inflamación de piel y tejidos subyacentes de la pezuña, cursando frecuentemente con laminitis. En las hembras gestantes produce aborto.
Las posibles consecuencias reproductivas de la infección incluyen (Figura 3):
- Repetición de clores: ooforitis (inflamación del ovario), reducción en tasa de concepción hasta en un 50%.
- Ciclos irregulares: por ooforitis e inadecuada formación del cuerpo lúteo.
- Mortalidad embrionaria: alteración de la leche endometrial.
- Aborto, principalmente en el segundo tercio de gestación (un incremento hasta en un 40%).
- Defectos congénitos (infección entre 100 y 150 días de gestación).
- Nacimiento de terneros débiles.
- Nacimientos de animales PI.
Se ha reportado una disminución en los parámetros reproductivos posterior a inseminación artificial o monta natural con semen infectado con DVB. La disminución en la fertilidad se puede asociar a un efecto directo en los ovarios (ovaritis), a alteraciones endocrinas o por reducción en la tasa de concepción.
Los principales efectos que se presentan en el feto y en la hembra bovina cuando esta se infecta con DVB durante la gestación, se relacionan a continuación:
0-40 días: Mortalidad embrionaria: sin alterar el ciclo de la vaca o prolongándose el retorno al celo.
40-120 días: Aborto de la vaca. Momificación.
Persistentemente infectado (PI): nace anormal, asintomático, virus positivo en sangre y serología negativa al nacimiento.
90-160 días: Defectos congénitos. Aborto.
>160 días Aborto. Ternero normal al nacer: desarrolla inmunidad a la infección y nace con títulos para DVB; no es PI.
Terneros débiles.
En los casos de aborto, el virus de la DVB no causa lesiones específicas y por ende los abortos pueden asociarse con la presencia de cualquier agente abortifaciente (IBR, DBV, Brucelosis bovina, Leptospirosis bovina, Neosporosis, Tricomoniasis bovina, Campilobacteriosis, entre otras). Los fetos abortados por el virus de DVB pueden estar autolisados (descompuestos), momificados o frescos.
Al nacer, los terneros infectados pueden ser normales, débiles o tener anomalías congénitas como problemas nerviosos (hipoplasia cerebelar, hidranencefalia, poliencefalia, microencefalia, hidrocefalia, defectos en la medula espinal, cataratas), alopecias, braquignatia, hipoplasia tímica, hipoplasia pulmonar y retardo en el crecimiento. Generalmente hay una alta mortalidad perinatal de estos terneros.
Las vacas PI tienen una alta posibilidad de generar terneros PI y es una de las principales vías de perpetuación del virus dentro de un hato.
Los terneros PI se enferman fácilmente de otras enfermedades comunes a los terneros como diarreas y neumonías y mueren. Los terneros se mantienen en las fincas porque en muchas ocasiones se piensa que el problema es de manejo asociado a diarreas y neumonías y no con DVB. Igualmente los terneros PI son los que presentan la forma severa de la enfermedad de DVB cuando el virus no citopático (entre los 6 y 24 meses de edad); de esta manera el animal presenta “la enfermedad de las mucosas” que produce los síntomas con los que se caracterizó inicialmente a la DVB (diarrea hemorrágica y ulceras del tracto digestivo y la cavidad oral).
Los pocos terneros PI que sobreviven (17-50%) son aparentemente normales y diseminan el virus a sus compañeros, incrementando la susceptibilidad a otras infecciones como neumonía o diarrea. En aquellos casos donde el hato esté libre de la enfermedad o los niveles de inmunidad sean bajos y se introduzcan un animal PI, se pueden presentar brotes de DVB con una alta mortalidad.
En muchos casos, los animales PI se comportan como diseminadores del virus creando un nivel de tolerancia al virus en el resto de animales (vacunación natural). Cuando se ha llegado a un equilibrio, las manifestaciones clínicas en el hato están más relacionadas con una disminución en la eficiencia reproductiva y un incremento en el porcentaje de diarreas y neumonías en animales jóvenes. En algunos hatos con títulos de DVB no se ha demostrado un efecto negativo en la producción.
Desde el punto de vista clínico, es sumamente difícil establecer diferenciación entre las enfermedades que producen erosiones de la mucosa bucal, aun con la necropsia, ya que se puede confundir con fiebre aftosa o con peste bovina, por ello cobra gran importancia el diagnóstico diferencial.
En cuanto al diagnóstico final, este se realiza mediante una prueba de inmunofluorescencia a partir de exudado nasal, sangre, heces, mucosa recolectada durante la necropsia, etcétera, con el objeto de realizar el aislamiento del virus y lograr así su identificación.
En este caso, se debe considerar que en ocasiones puede no haber anticuerpos debido a una inmunosupresión o a una incapacidad para producir anticuerpos. Otra prueba útil es la seroneutralización.
Es de vital importancia considerar el diagnóstico inicial para tomar medidas inmediatas en caso de sospechar que se trate de un problema más grave. El diagnóstico definitivo debe basarse en la pruebas mencionadas para dar el tratamiento específico o, en su defecto, tomar las medidas de control pertinentes.
Diagnóstico diferencial
Con estomatitis erosiva, peste bovina, fiebre catarral maligna, fiebre aftosa y lengua azul.
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Como se mencionó anteriormente, el virus de la DVB puede causar directamente problemas reproductivos que son relativamente medibles; pero además es un virus inmunosupresor que hace que el animal sea más propenso a sufrir otras enfermedades. Por esta razón el impacto económico tiende a ser subvalorado. De acuerdo a algunos autores, el impacto de la DVB en términos de las pérdidas que ocasiona es tan importante como el de la mastitis.
Las pérdidas económicas se ven representadas por:
? Disminución en la tasa de concepción (TC) debido a la alteración en la función ovárica (falla en la fertilización) o mortalidad embrionaria temprana, en la cual el animal repite celos en promedio cada 21 días (TC de 44% en vacas con DVB versus 70% en vacas negativas).
? Aumento en la tasa de abortos: la mayor pérdida económica se presenta cuando una vaca aborta con una gestación avanzada (15% en vacas con DVB versus 6% en vacas negativas), pues no solo se pierde el valor de la cría, sino que además estas vacas están propensas a ser descartadas debido a la prolongación de días abiertos y a la demora en volver a preñar; además, dejan de producir leche.
? Aumento en la tasa de descarte.
? Mortalidad en terneros y animales de levante.
? Incremento en el costo de animales tratados.
Las pérdidas son difíciles de cuantificar, porque también depende del estado de DVB presente en la finca. Las pérdidas son desastrosas cuando el hato es libre y entra por primera vez un PI. Se presentan tormentas de aborto y se incrementa la mortalidad en terneros debido a diarreas y neumonías. Posteriormente el hato se va infectando y va tomando inmunidad, “formación de anticuerpos”; a medida que esto ocurre, los problemas disminuyen. Cuando se llega a un estado de equilibrio, los problemas se estabilizan y los propietarios pueden pensar equivocadamente que los problemas reproductivos debidos a DVB ya se resolvieron y que si queda algún problema, es por otra razón, como nutrición, calidad del semen, detección de celos o situaciones de manejo,
entre otras.
No existe un tratamiento específico, pero pueden disminuirse las pérdidas y la duración del periodo de convalecencia mediante terapia de sostén a base de astringentes digestivos y de soluciones parenterales de electrólitos.
Prevención y control
Se debe vacunar a los terneros de entre 6 y 10 meses de edad y a las vacas no gestantes. Los animales que ya están padeciendo la enfermedad deben ser aislados. Se deben tomar medidas sanitarias efectivas, como es la desinfección de locales, evitar las visitas, eliminar vectores, etcétera.
Otras medidas importantes: Lotificar a los animales por edades, vacunar a las hembras en período abierto y a las vaquillas que van por primera vez a servicio.
Es importante recordar que la vacunación en hembras gestantes provoca efectos teratogénicos.
Existen vacunas vivas e inactivadas: Las vacunas modificadas son peligrosas si se usan en vacas gestantes.
A la fecha no se puede especificar con precisión el tipo de vacuna ideal en cualquier circunstancia.
Detección de la presencia de la enfermedad en el hato. La prevención inicia con un adecuado diagnóstico de la enfermedad. Las enfermedades que afectan la reproducción no ocasionan signos característicos y por consiguiente el diagnostico no se puede basar solamente en la sintomatología.
Es importante contactar al médico veterinario para que realice un adecuado plan diagnostico donde incluya varias patologías asociadas a los problemas de la finca. Un primer paso es el diagnostico serológico. En hatos que experimentan abortos se observa un incremento de hasta cuatro veces de los anticuerpos neutralizantes contra DVB.
También se pueden utilizar animales seronegativos (no vacunar un 5% de los animales jóvenes) que si muestran positividad a una prueba posterior, indicaría que hay una actividad viral de campo. Se considera que si un hato no vacunado tiene una seropositividad mayor al 60%, tiene altas posibilidades de tener un PI. Recientemente, se está utilizando la detección de anticuerpos o del virus en tanque de leche para monitorizar los hatos, no solo para DVB sino también para otras enfermedades como brucelosis e IBR, entre otras.
Otra parte importante del programa de prevención es evitar que entre a la finca un animal enfermo con DVB o un PI. El ideal es que el hato sea cerrado; es decir, que no se compren animales. Si esto no es posible, se debe realizar cuarentena de los animales que ingresen y pruebas específicas para detectar un PI antes de comprado (vacas y toros de cualquier edad).
El riesgo es aún mayor si la vaca esta gestante, porque la vaca puede ser negativa o positiva por serología pero el ternero puede ser PI. Por esta razón, si se compran vacas gestantes, no solo se debe muestrear la vaca sino también el ternero al nacer. Dentro del programa de bioseguridad deben estar incluidas las Buenas Practicas Ganaderas formuladas por el ICA.
El trabajo de prevención nunca termina, debe haber un monitoreo constante de la enfermedad. Anualmente se debe muestrear los animales de la finca para seguir la enfermedad y detectar los PI que hayan escapado a muestreos anteriores.
Debido a la distribución masiva de este virus, es improbable mantener una finca libre del virus sin medidas de prevención, como cuarentena, muestreo de animales que ingresan a la finca y vacunación, entre otras. También es importante conocer el estatus sanitario de los predios vecinos, puesto que ser libre de esta enfermedad y que los vecinos no lo sean es un riesgo muy alto.
Ganancias obtenidas con la prevención
Las ganancias dependen de la virulencia del virus. Hay hatos que están en equilibrio con el virus y las pérdidas económicas son difíciles de valorar. Una vez se establecen medidas preventivas, se pueden comparar el costo-beneficio. Hay explotaciones que tienen muchos factores afectando la producción-reproducción de sus animales y por consiguiente no es fácil ver el efecto positivo de los programas de control. También se debe recalcar que algunos efectos se ven a corto plazo, pero la mayoría de los mismos toman varios meses, incluso años, en detectarse.
En conclusión, las ganancias que se observan por las medidas de control dependen de que se haya realizado un adecuado diagnóstico de la enfermedad y que se tengan parámetros productivos-reproductivos antes de implementar las medidas de control. De esta forma se puede posteriormente comparar la eficacia de estas medidas y observar cambios en reducción de los casos de aborto, de días abiertos e inclusive detectar una disminución en las tasas de morbilidad y mortalidad de enfermedades comunes en el hato.
La erradicación de la diarrea viral bovina a nivel de rebaño es posible y, manteniendo el rebaño cerrado, mejora sustancialmente su salud y productividad. Las estrategias de erradicación dependen de la seroprevalencia, uso de vacuna, densidad poblacional y prácticas de manejo.
Erradicación sin vacunación.
En regiones donde la seroprevalencia y la densidad poblacional es baja y no se emplean vacunas, la erradicación se basa en: 1) identificación de los rebaños con infección activa; 2) eliminación de animales PI del rebaño; y 3) medidas de bioseguridad o mantener rebaños cerrados para evitar la infección de rebaños libres.
Erradicación con vacunación.
En poblaciones bovinas con alta prevalencia de la enfermedad, donde no es posible mantener un rebaño cerrado o con estrictas medias de bioseguridad, las estrategias de control deben incluir:
1) identificación de rebaños con infección activa; 2) eliminación de animales PI y 3) programa de vacunación en vacas y vaquillas. La vacunación por sí sola no elimina el virus del rebaño y su finalidad es proveer protección contra infecciones transplacentarias que den origen a terneros
Experiencia europea.
El impacto económico que causa el vDVB ha llevado a numerosos países europeos a iniciar programas de erradicación. La isla de Shetland fue la primera región libre de diarrea viral bovina.
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Un agradecimiento al Dr Kevin Gonzalez por dar a aconocer en forma detallada todas estas patologias que en muchos casos puedenpasar desapercibidos por esto la importancia de tomar muestras de laboratorio
Muchas gracias German. Dios te bendiga y espero que nos recomiendes
Es muy interesante para los profesionales de la salud animal . Me ayuda mucho en mi trabajo como medico veterinario
Muchas gracias Oscar. Dios te bendiga y espero que nos recomiendes
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