Alimentación de la ternera de reemplazo
Autores: Rodrigo Morales Pavez y Jorge Ramírez Retamal
Este Articulo hace parte del tema de la Cría y manejo de la novilla de reemplazo
Dieta láctea para terneras
Un adecuado desarrollo del ternero se inicia con la ingesta de calostro en el menor tiempo posible post nacimiento, lo cuál ha sido tratado en este articulo: Calostro de la vaca.
1. En términos generales, el plan de alimentación para el manejo de terneras de reemplazo que propone el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), está dirigido a incentivar el consumo de concentrado desde temprana edad.
Como se muestra en la Figura 1, la dieta láctea se mantiene por 80 días. Durante la primera semana se suministra 4 litros de calostro tibio (37ºC) dos veces al día. Una vez cumplido ese periodo existe la alternativa de mantener el suministro de calostro.
En caso de no disponer de suficiente calostro para acidificarlo, una vez cumplida la primera semana de edad, la dieta láctea se puede continuar con sustituto lácteo. El programa de crianza que propone INIA considera la opción de que este sustituto sea suministrado en doble concentración una vez al día, a temperatura ambiente y acidificado, como una forma de simplificar el sistema de crianza sin afectar los resultados productivos.
Este planteamiento se sustenta en dos antecedentes bibliográficos: en el trabajo realizado por Lanuza et al., (1987), quienes demostraron que el ternero presenta una ganancia de peso similar si la leche se suministra a 35ºC o a temperatura ambiente, eso sí, la temperatura de suministro de la leche siempre debe ser la misma durante el período de dieta láctea; y en la información que señala Hernández (1995), quien indica que terneros menores a un mes de edad se debe suministrar leche a 38ºC, pero mayores a esta edad, se puede dar a temperatura ambiente o fría.
De Blas et al., (1987), señala que al suministrar leche a temperatura que fluctúan entre 6º y 15ºC se obtienen crecimientos igualmente aceptables, aunque suelen ocurrir diferencias entre animales en lo que se refiere al grado de aceptación.
La condición de doble concentración, se refiere básicamente a cambiar la dilución tradicional de125 gramos de sustituto a 250 gramos por litro de agua, y de esta preparación suministrar solo dos litros en la mañana.
Los resultados obtenidos por la aplicación de esta estrategia se presentan en el Cuadro 1, donde se destaca como aspecto positivo que la ganancia de peso haya sido prácticamente similar entre suministrar la leche una vez, o dos veces al día. Cabe señalar que en esta evaluación se consideró, además, realizar la oferta de heno desde los 30 días de edad.
Junto con suministrar la dieta láctea fría en doble concentración, está la alternativa de prepararla una vez a la semana, lo que requiere el uso de un preservante que evite el crecimiento de bacterias y hongos que afecten la calidad de la leche, en este sentido el conservante que se utilice debería provocar la disminución del pH de la leche a 4,0, evitando de esta forma el crecimiento de gérmenes y reduciría el riesgo de diarreas, ya que la acidez regula la flora intestinal (Hernández, 1995).
Al respecto se presenta en el Cuadro 2, alguna de las bacterias que se inactivan al encontrase en un medio cuyo pH es menor o igual a 4,0.
Inicialmente se utilizó como preservante ácido fórmico con muy buenos resultados, sin embargo, por lo complejo que resulta su manipulación se reemplazó por el ácido acético técnico, el cual se utiliza en una dosis de 15 cc/litro de sustituto preparado en doble concentración (250 gramos por litro de agua).
Cabe señalar que este producto también se puede utilizar como preservante en sustituto preparado en relación de 125 gramos de sustituto por litro de agua y/o en leche entera, en este caso la dosis a utilizar es de 12 cc de ácido/litro. Al utilizar aditivo, el sustituto sobre el cual se aplicará debe estar frío o a temperatura ambiente.
Cabe señalar que durante el período de suministro lácteo los cambios de temperatura de la leche provocan cuadros diarreicos, además, cuando el número de tomas se incrementa aumenta el aprovechamiento de la leche (no más de 3 litros cada una), pero hace más trabajoso el proceso. Una sola toma al día es buena solo si la cantidad no es mayor a 3 litros (Inchausti, 1970).
En el Cuadro 3, se presentan los resultados productivos obtenidos en ensayos en donde se suministró sustituto lácteo en doble concentración, frío (temperatura ambiente) y acidificado, en una ración de 2 litros diarios solo en la mañana.
La leche preparada con este preservante si se mantiene en un lugar fresco y en envases cerrados, permite una adecuada conservación durante siete u ocho días, aún en el verano. Esta ventaja permite, por lo tanto, tener la opción de preparar sustituto una vez a la semana el volumen que se requiere para los terneros durante los siete días. Esto también reduce las posibilidades de errores en la dosificación con el preservante.
En la práctica, el traspaso de calostro a leche fría acidificada en doble concentración puede ser gradual durante tres o cuatro días, vale decir, iniciar con un 1/3, luego 2/3 y finalizar con 100% leche fría. Esto implica una mayor demanda de tiempo y cuidado por parte del personal.
Una opción intermedia es cambiar un 50% el primer día y luego de dos días cambiar a un 100% leche fría. Por último, está la alternativa más drástica, hacer el cambio de un día para otro, el inconveniente es que podrían aparecer algunos casos de diarrea, el cual no supera el 5%, pero que pueden ser rápidamente solucionables.
Cabe señalar, que independiente del método que se utilice, durante el primer día que reciben la leche 100% fría presentan un cierto rechazo e incluso no beben toda la cantidad que debieran, sin embargo al segundo día ya es consumida completamente.
Dado que la aplicación de este sistema de alimentación de leche fría es durante todo el año, aquellas mañanas de invierno con bajas temperaturas, se ha observado que algunos terneros luego de su ingesta presentan movimientos corporales como síntomas de enfriamiento (tiritones), sin embargo al cabo de un periodo máximo de media hora se han superado. Esta es una de las razones por las cuales se suministran solo dos litros de leche fría. Un manejo complementario a esta práctica de suministrar leche fría, es que los terneros dispongan de una cama abundante de paja seca.
La aplicación de este sistema de alimentación láctea tiene la ventaja de incentivar un mayor consumo de concentrado, reducir requerimiento de mano de obra, disminuir los gastos de energía en preparar leche y bajar en un 50% las probabilidades de trastornos digestivos por mala dilución o cambios de temperatura de la leche. Este último punto es relevante sobre todo cuando se lleva a cabo el reemplazo del ternerero, ya que el personal que lo sustituye solo debe revolver la leche antes de suministrarla al ternero.
Un aspecto que se debe considerar en este procedimiento, se refiere al uso de una máquina que asegure una adecuada dilución del sustituto lácteo con agua fría, como puede ser una lavadora tradicional. Esta última debe tener como condición un sistema de aspas que permita agitar el agua en las dos direcciones, sea de fácil lavado y manipulación (Figura 2).
El procedimiento para la preparación de sustituto lácteo frío acidificado en doble concentración se detalla a continuación:
? Incorporar a la lavadora 20 litros de agua fría, luego hacerla funcionar.
? Gradualmente agregar 12,5 kilos de sustituto y agua hasta completar los 50 litros.
? Una vez completada las cantidades antes indicadas mantener en funcionamiento la lavadora al menos 3 – 5 minutos adicionales.
? Si existen aún grumos hágala funcionar un par de minutos adicionales.
? Vaciar y filtrar el sustituto preparado en envases plásticos que puedan ser cerrados.
? Aplicar el ácido acético en el envase donde está almacenado el sustituto, la dosis a utilizar es de 15 ml por cada litro de sustituto lácteo.
? Agitar el envase o revolver con una paleta de madera.
? Una vez mezclado, puede ser suministrado a los terneros inmediatamente.
? Los envases durante su almacenamiento se deben mantener cerrados.
Elección del sustituto lácteo y uso de leche de descarte.
Ante la decisión de utilizar sustituto lácteo o leche de descarte en la dieta es necesario tener algunas consideraciones que son relevantes para lograr su adecuada utilización en el ternero, algunas de la cuales se indican a continuación.
En el caso del Sustituto Lácteo se debe tener en cuenta el contenido proteico del sustituto lácteo, que puede fluctuar entre 18% y 22%, y es el responsable de suministrar los aminoácidos esenciales para la síntesis del tejido muscular en los animales.
En la elaboración del sustituto son diversas las opciones empleadas para alcanzar este contenido proteico, teniendo claro que dependiendo la fuente puede variar su biodisponibilidad para el animal. Al respecto, en el Cuadro 4 se mencionan las más adecuadas y recomendadas.
En cuanto al porcentaje de grasa del sustituto, éste fluctúa entre 10% y 22%, constituyendo una fuente de energía concentrada, que es capaz de suministrar 2,25 veces más energía que la generada por carbohidratos.
El nivel de contenido graso del sustituto lácteo está asociado directamente a las condiciones ambientales en que son mantenidos, por lo general se sugiere para climas fríos utilizar sustitutos con altos niveles de grasa, la cual debe contar con una alta digestibilidad. Para el caso de climas con bajas temperaturas se sugieren sustitutos con al menos un 20% de grasa.
Otro componente del sustituto es el porcentaje de fibra, y al respecto, se debe tener en claro que se refiere al contenido de carbohidratos insolubles y por lo tanto no utilizables para el ternero en esta etapa de su vida. Sin embargo, se debe destacar que el contenido de fibra de un sustituto está indicando indirectamente la fuente de proteína utilizada en su formulación. Por lo tanto, cuando el contenido de fibra es mayor a 0,2% indica que la proteína es de origen vegetal como por ejemplo soya, lo cual no es deseable.
Durante el primer mes de vida del ternero, los requerimientos de proteína y energía para cubrir gastos de mantención provienen de la leche, por lo tanto cobra mayor relevancia las características nutricionales que posean los sustitutos lácteos considerando que ellos deben remplazar el aporte nutricional de la leche materna. Al respecto, y en base a la calidad nutricional del sustituto (proteína, grasa y fibra) se determinó que para suministrar la misma energía que entrega la leche entera se requiere entre 1,4 y 1,7 litros de sustituto lácteo (Mella, 2014).
Para la Leche de Descarte, en primera instancia es necesario señalar que se entiende como leche de descarte aquella que cumpla con algunas de las siguientes condiciones:
? Calostro con sangre, la cual proviene de los primeros días de ordeña después del parto
? Leche con alto recuento de células somáticas pero sin antibióticos
? Leche con alto recuento de células somáticas proveniente de vacas en tratamiento con antibióticos
? Leche con bajo recuento de células somáticas proveniente de vaca en tratamiento con antibióticos por alguna patología (cojera del ganado, problema digestivo, etc)
En la condición de utilizar leche con alta carga de patógenos se recomienda no suministrarla a terneras por la posible transmisión de patógenos, sin embargo es un alimento que puede ser ofrecido a terneros machos luego de un tratamiento que permita reducir su carga bacteriana.
Según la información del Cuadro 2, existen bacterias que se inactivan cuando el sustrato en que se encuentran presenta un pH inferior a 5,0 y otras bajo 4,4. Por lo tanto, la opción de utilizar la leche de descarte como un alimento higiénicamente seguro es viable siempre que la leche tenga un pH inferior a 4,5, lo cual se puede lograr mediante la aplicación de ácido fórmico o ácido acético (Figura 3).
Preparación de leche acidificada para terneras
En estudios llevados a cabo en INIA Remehue, se ha determinado que para lograr esta condición de pH inferior o igual a 4,0, es necesario aplicar 3,3 cc de ácido fórmico/ litro de leche o bien 13 cc de ácido acético/litro de leche, siendo este último producto el que entrega una mayor seguridad en su manipulación.
Cabe señalar que el uso de sustituto lácteo frío acidificado implica que la leche debe estar a temperatura ambiente al momento de aplicar el aditivo, para ello y como una forma de simplificar la preparación, se sugiere el uso de una lavadora para facilitar la dilución del sustituto en agua fría, el cual debe ser vaciado en un envase plástico donde se aplicara el aditivo (Figura 4).
Una vez preparado la leche debe ser mantenida en un lugar fresco y en un envase plástico tapado, y cada vez que se suministre la dieta láctea, la leche debe ser agitada para obtener un producto más homogéneo, el cual será ofrecido a temperatura ambiente.
Entre las ventajas que tiene el uso de la leche acidificada se pueden señalar:
? La leche siempre será suministrada a la misma temperatura
? La leche puede ser suministrada por cualquier persona, solo debe preocuparse de agitar la leche, suministrarla y asegurarse que todos los terneros beban
? La preparación de leche se puede realizar solo una vez a la semana
Al evaluar el efecto del uso de leche acidificada fría en la dieta de terneros machos de biotipo lechero, se obtuvo que la ganancia de peso diaria no se vió afectada, lo cual resulta ser positivo ya que ello implica simplificar el sistema de crianza. (Cuadro 5).
Considerando los resultados obtenidos y con el objetivo de simplificar el esquema de crianza, pero sin afectar los resultados productivos, se llevo a cabo otra experiencia que consideró reducir la frecuencia de suministro de leche, esto significó aumentar la concentración de sustituto al doble, vale decir la relación agua:sustituto paso de 1:8 a 1:4, y de esta mezcla ofrecer diariamente solo 2 litros en la mañana a temperatura ambiente.
Como resultado se obtuvo una mayor ganancia de peso e ingesta de concentrado, siendo esto último favorable para acelerar el desarrollo ruminal.
Concentrado, agua y heno para la ternera de reemplazo.
Es evidente que una de las metas de la etapa de crianza de ternera, es el lograr un destete precoz sin afectar la ganancia de peso del ternero. Para ello es necesario desarrollar la funcionalidad del rumen a temprana edad lo cual se logrará solo con el consumo de concentrado y una alternativa para lograrlo es disminuir la frecuencia de suministro de leche.
Existen varios criterios de destete de terneras: cuando el ternero dobla su peso vivo inicial, cuando alcanza los 70 kilos, o bien, cuando tenga un consumo de concentrado que asegure mantener una alta ganancia de peso. Respecto a esto último, existe distintas versiones respecto a cuanto debería ser este consumo (valor promedio de cinco días consecutivos): González (1990) propone que sea mínimo 1 kg., mientras que Church et al., (2003) indica que debería fluctuar entre 0,680 y 0,900 kg. Sin embargo, en base a los trabajos realizados en INIA Remehue, se considera más adecuado que el ternero tenga un consumo mínimo de 1,1 kg para realizar el destete y asegurar su normal crecimiento.
El consumo de alimentos sólidos determina el aumento de peso y de volumen del rumen del ternero. Los productos de la fermentación ruminal (ácidos grasos volátiles y amoníaco) por la población bacteriana son la causa del desarrollo de la pared interna del rumen y, en particular, de las papilas que lo recubren. Cabe desatacar que el aumento de volumen del rumen es mayor cuando el ternero recibe forrajes en lugar de concentrado o grano, sin embargo, son estos últimos los que aseguran la adecuada ganancia de peso post destete, debido a su mayor aporte energético (González, 1990).
El objetivo de incentivar un consumo de concentrado desde temprana edad es básicamente para estimular el desarrollo de las papilas ruminales y con ello mejorar el aprovechamiento de la ración sólida de la dieta que se suministre (grano, concentrado, heno o forraje fresco).
Al respecto Cheeke (2005), indica que existe considerable evidencia que sugiere que el ternero no presenta un consumo importante de alimentos sólidos hasta la tercera o cuarta semana, sin embargo, dando acceso se puede estimular su consumo que permita el desarrollo ruminal para realizar un destete precoz.
Por otro lado, De Blas et al., (1987), indica que a partir de los 14 días los terneros comienzan a consumir cantidades crecientes de alimentos sólidos (concentrado y forraje), que son fermentados por la población bacteriana de retículo-rumen iniciando así la producción de ácidos grasos volátiles, responsable del desarrollo de las papilas ruminales. Para que al ocurrir esto, el ternero a la semana 10 o 12 de edad ya posea la capacidad de ingestión suficiente para alimentarse en base de forraje y concentrado, sin que ocurra una caída en el crecimiento.
Respecto al tipo de alimento sólido a suministrar, se debe tener en cuenta que el desarrollo de la funcionalidad de rumen, dado por el crecimiento de las papilas, se logra con la producción de ácidos grasos volátiles dentro de éste y que se obtiene principalmente por la fermentación del concentrado y no del heno (Church, 1977). Según Church et al., (2005) dentro de los ácidos grasos volátiles, el butirato es el más efectivo, le sigue el propiónico y finalmente el acético.
Además de la reducción de la frecuencia de suministro de leche, existe la opción de incluir la melaza como un aditivo, considerando la buena palatabilidad y la apetencia que tiene el bovino por ella o en general por alimento que tenga un sabor dulce (Church, 1977). La aplicación de melaza se lleva a cabo desde la segunda semana de edad, utilizando una pequeña cantidad, básicamente que recubra el concentrado. Como se aprecia en la Figura 3, la aplicación de la melaza permitió incrementar el consumo desde los primeros días de ofrecida, sobre el sistema tradicional. Cabe señalar, que en esta experiencia el suministro de leche era dos veces al día. Complementario a lo anterior, la práctica de suministrar leche una vez al día, es una práctica que incentiva el consumo de concentrado, como se muestra en la Figura 5.
En base a estos resultados en esta experiencia (Figura 5 y 6), y si se asume un criterio de destete cuando el ternero consume un kilo de concentrado al día, la aplicación de esta estrategia permitiría suprimir la leche de la dieta a los treinta y cinco días de edad. En tanto, con la dieta tradicional, se podría llevar a cabo solo a los cuarenta y dos días de edad.
Considerando que esta etapa es relevante para el desarrollo posterior del ternero, sea macho o hembra, se considera que realizar un destete demasiado prematuro solo puede traer efectos contrarios, se sugiere no destetar con menos de 60 días, de esta forma un mayor consumo de concentrado solo permitirá aumentar el peso vivo al destete.
Si bien existe la alternativa de utilizar melaza como aditivo para estimular consumo de concentrado desde temprana edad, tiene la complejidad de incorporarla todos los días, teniendo la precaución además, de agregar entre un 4% y 6% (Church et al., 2003), dado que puede provocar problemas digestivos generando diarrea en algunos casos por alto consumo.
Un aspecto a considerar en cuanto a la oferta de concentrado, se refiere a la forma física que éste presente para estimular consumo. Según Church et al., (2003), los concentrados de textura muy gruesa o comprimidos son más apetecidos que el tipo harina. En caso de ofrecer concentrado finamente molido, se apelmazará en la boca del ternero y causará que éste rehúya del alimento, mientras que los granos de éstos tienen buena aceptación cuando son partidos o aplastados, e incluso si son tratados con vapor pueden ser más apetecidos (Church, 1977; Church et al., 2003).
Un punto de bastante controversia durante la crianza de terneros es la oportunidad y la importancia de suministrar agua desde los primeros días de vida. Se debe tener en cuenta que los terneros deben disponer en forma permanente de agua limpia y renovada, al ser necesaria para su funcionamiento digestivo y metabólico y especialmente para una ingestión normal de alimentos sólidos (González, 1990).
Al respecto, se puede mencionar algunas interacciones que ocurren entre algunos alimentos y que pueden afectar el objetivo final de esta etapa, que es lograr un rápido crecimiento del ternero. Según muestra la Figura 7, existe una relación inversa entre la ingesta de leche y la de agua, y de acuerdo a la Figura 8, hay una relación directa entre consumo de agua y concentrado. Por lo tanto, considerando ambas interacciones, y tomando en cuenta el objetivo de incentivar el consumo de concentrado, el disminuir la frecuencia de suministro de leche (una toma versus 2 tomas al día) permitiría un aumento en el consumo de agua y por ende, un mayor consumo de concentrado.
El programa de crianza de terneros INIA, sugiere que exista oferta de agua desde los primeros días de edad, poniendo especial cuidado en que ésta sea limpia y fresca. Para lograr esto, existen bebederos pequeños (Figura 9), que permiten un abastecimiento permanente de agua limpia y fresca, sin que exista el riesgo de mojar las camas de los terneros y lo mejor de todo es que funciona independiente si existe o no personal en la ternerera. Este mismo bebedero puede ser instalado en el exterior, montado sobre una estructura que le dé una altura de 50 cm y que evite que caiga ante el movimiento y/o roce de los animales (Figura 10). La ventaja de este sistema es que se ajusta bastante bien a un sistema de pastoreo rotativo, es de fácil traslado y no requiere vaciar el agua cada vez que se muevan los animales.
Respecto a la oferta de heno, se debe considerar que proveer forrajes en esta edad tiene un efecto limitado en el desarrollo del epitelio ruminal, así como en su actividad y función. Si bien, el forraje es importante para promover el crecimiento de la capa muscular del rumen y para mantener la salud del epitelio, la presencia de ácidos grasos volátiles son más relevantes para permitir el desarrollo de las papilas ruminales, es decir, promover la funcionalidad del rumen.
Considerando que los terneros en su etapa inicial de desarrollo tienen requerimientos energéticos muy altos, y por consiguiente, si consumen cantidades significativas de heno, el consumo de concentrado va ser limitado, y con ello se afectará negativamente su crecimiento. Además, la mayoría de terneros no ingiere cantidades significativas de heno si se ofrece simultáneamente grano o concentrado.
El mayor consumo de heno ocurre entre 6 y 7 semanas de edad (Gómez y Fernández, 2008). Se debe dejar presente la necesidad de incluir dentro de la ración, forraje para evitar que las papilas formen capas de keratina, las cuales pueden también inhibir la absorción de ácidos grasos volátiles, pero ello debe ser considerado una vez que se haya logrado el desarrollo de las papilas ruminales.
En base a los antecedentes antes expuestos, el programa de crianza INIA propone comenzar con la oferta de heno desde los 45 días.
Paralelo al manejo de alimentación que se ha expuesto anteriormente, el programa de crianza propone que los terneros tengan libre acceso a la pradera a partir de los 15 días de edad, condición que se mantiene en cualquier época del año. Con esto se pretende un proceso de adaptación gradual a la temperatura externa y que el ternero comience a consumir forraje fresco lo más pronto posible. Una actividad obligatoriamente complementaria a este manejo es la desparasitación que se debe realizar a los 30 y 60 días contados desde su primera salida a pradera, otro manejo sanitario estará supeditado a la aparición de casos puntuales.
Cabe señalar que siempre el ternero debe tener libre disponibilidad de salida y entrada hacia la pradera y hacia la ternerera, de esta forma en el momento que llueve, estos puedan ingresar libremente a la ternerera sin necesidad que haya una persona preocupada de ello. Para aquellos terneros que han sido destetados y que no tienen acceso a la ternerera se les ha construido una estructura que cumple la función de techo para reparo (de la lluvia, viento y sol) y comedero. La característica de esta estructura es que es móvil, de forma que se va desplazando con el pastoreo rotativo. En las Figuras 11 y 12 se presentan los prototipos construidos.
La aplicación de este programa que considera entregar calostro durante la primera semana de edad; suministrar de leche fría acidificada en doble concentración desde la semana de edad hasta los 80 días; ofrecer concentrado y agua luego de una semana de nacido y heno desde los 45 días; acceder a pradera desde los 15 días de edad y realizar una desparasitación a los 30 y 60 días desde el momento de su primera salida a la pradera, ha permitido obtener, como promedio de la temporada, terneros con 85 a 91 kilos de peso vivo al destete. En el Cuadro 6, se muestran los pesos de destete de los terneros nacidos en los distintos meses del año que han sido sometidos a este programa de crianza.
La aplicación de este programa de crianza permitió, durante el año 2010, reducir la mortalidad al 2,1% y mejorar el peso de destete de los terneros. Por lo tanto, la determinación del costo de la crianza se realizó en base a los antecedentes de un año completo, en donde el costo de la fertilización de la pradera y de la mano de obra fue dividido por los 328 terneros que fueron criados durante ese año.
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