Alimentación de becerros.

Alimentación de becerros.

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Alimentación de becerros.

En la alimentación del becerro se consideran dos fases: Desde el nacimiento hasta el destete y después del destete. Durante la primera etapa el objetivo del productor es garantizar que la cría no muera y evitar enfermedades que puedan afectar su crecimiento.

Este artículo pertenece al módulo Terneras de reemplazo.

Al nacer y hasta el cuarto día el becerro debe ser alimentado con calostro, para protegerlo de enfermedades en la primera semana de vida. El calostro de la vaca es una mezcla de leche y otros constituyentes que se han acumulado en la ubre en la vaca antes del parto bovino. En comparación con la leche tiene un contenido alto de proteínas, principalmente inmuno lactoglobulinas y otros anticuerpos, y una alta concentración de vitaminas.

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Luego de este periodo hay dos sistemas de crianza de becerros: La crianza artificial y el amamantamiento, siendo este último el más utilizado.

La Crianza Artificial de terneros.

Es la modalidad más utilizada con vacas de alta producción en países templados y ha sido adoptada en muchas de nuestras explotaciones especializadas, en algunos sistemas de doble propósito. La práctica más frecuente consiste en ofrecer leche o un sustituto lácteo por 8 a 12 semanas con un total no menor a los 200 litros, ofrecido en 2 Tomas diarias utilizando baldes o con mayor frecuencia en sistemas automatizados.

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La oferta de alimento líquido se aumenta hasta alcanzar 4 a 5 litros por día durante la segunda semana y este nivel se reduce progresivamente después de la cuarta semana de edad y hasta el destete. La segunda semana se ofrece en los puestos un concentrado para becerros y forraje o un heno de buena calidad.

En otras latitudes también se utiliza el destete precoz a las 3 a 5 semanas de edad, con la finalidad de ahorrar leche o sustitutos lácteos, mano de obra y puestos en la becerrera, pero experiencias realizadas en el país se ha observado esta práctica incide negativamente en el crecimiento del becerro.

Otra alternativa para reducir los requerimientos de mano de obra consisten en ofrecer la leche o sustituto sólo una vez al día.

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Los sustitutos de leche son elaborados mezclando leche descremada con grasas animales o vegetales y otras materias primas (almidón, fuentes proteicas, antibióticos) mediante tecnologías que permitan obtener un tamaño reducido de partículas de grasa y una mezcla fácil de producto. Las ganancias de peso pueden ser iguales o inferiores a las obtenidas con leche entera, pero Su costo es también inferior a esta última.

Amamantamiento de  los becerros.

El sistema más utilizado en animales doble propósito. Consiste en el uso parcial de la leche para amamantar al becerro y permitir el ordeño del resto, la denominada leche vendible. Tiene muchas modalidades que varían en función de:

  • La duración total del amamantamiento: 3 meses, toda la lactancia, etc.
  • El tiempo de permanencia del becerro con la madre: Media hora, 6 horas, etc.
  • Y la producción de la leche de la obra ofrecida al becerro: Una de Teta, la residual, etcétera.

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Sobre la base de ellos se pueden dividir en dos grandes grupos: Tradicional y restringido (Preston et al., 1995). En el amamantamiento tradicional se permite al becerro mamar de cada teta Por poco tiempo antes del ordeño y luego acompañan a la madre a los potreros por varias horas, en algunos casos hasta el final de la tarde. El ordeño puede ser completo o parcial (ejemplo: 3 de las 4 tetas) en función de la producción de la madre y el desarrollo del becerro. Esta modalidad tiene una serie de desventajas:

  • El potencial de producción de leche de la vaca no explota en su totalidad.
  • Expone al becerro a endoparásitos y exoparásitos.
  • Induce al anestro de las vacas por la estrecha relación con su cría.

Amamantamiento restringido en terneros.

Esta es una variante de la anterior y consiste en limitar el amamantamiento después del ordeño a sólo 15 a 30 minutos y así reducir algunos de los efectos negativos antes señalados: La producción de leche vendible aumenta, el período en anestro se reduce la incidencia de parásitos en los becerros disminuye. Lógicamente, los consumos de leche por las crías también disminuyen y si no se ofrece un concentrado sustitutivo sus garantías de pesos son menores.

Algunas ventajas y desventajas de este sistema en animales de doble propósito son las siguientes:

Producción de leche.

Hay bastante información que señala aumentos en la producción de leche asociados al amamantamiento tanto con animales de razas europeas como en cruces con razas cebuinas. Los resultados de Ugarte y Prestón (1972) en Cuba son clásicos, obteniendo incrementos en la producción de leche de 45% Holstein y de 73% en f1 Holstein por Brahmán (cuadro 11.1). Este momento parece estar relacionado a un incremento en la liberación de prolactina debido al estímulo del amamantamiento. La prolactina es una hormona segregada en la pituitaria que promueve la síntesis de leche.

Composición química de la leche vendible.

La leche residual consumida por el becerro tiene más grasa y proteína que el resto, por lo cual la leche vendible en estos sistemas puede alcanzar niveles bajos y ser penalizado su precio. Sanh et al. (1995) observaron valores de grasa de 3.36 y 5.78% en la leche vendibles y residual de vacas con amamantamiento restringido.

Duración de la lactancia de la vaca

El amamantamiento puede incrementar la duración de lactancia del bovino, especialmente en animales de doble propósito con genes cebuínos. Los resultados de Alvarez et al. (1980) demuestran este efecto (Cuadro 11.2).

Un grupo de 33 vacas cruzadas de Holstein o pardo Suizas por Cebú se ordeñaron sin el becerro en la primera lactancia, 17 de las cuales se secaron antes de 100 días. Durante la segunda lactancia estas vacas fueron ordeñadas con el apoyo del becerro, mientras que las restantes continuaron ordeñándose sin las crías. Tanto la duración de la lactancia como la producción de leche aumentaron en las vacas con apoyo.

Mastitis bovina.

Varios estudios han demostrado que la incidencia de mastitis en la vacas disminuye con el amamantamiento, no observándose diferencias entre vacas sin y con  amamantamiento solo cuando la presencia de mastitis en el rebaño es muy baja. En tres trabajos donde se evalúa este efecto en vacas europeas y cruces con cebú se observa que las mastitis subclínicas fueron entre 3 y 4 veces más frecuentes en las vacas ordeñadas sin becerros (Ver Preston et al. 1995)

Reproducción de la vaca.

Esta es una de las principales desventajas del amamantamiento con relación a la crianza artificial. A pesar de que algunos trabajos señalan que no hay diferencias en los intervalos parto-primer celo o parto-concepción entre ambos sistemas, muchos han demostrado que estos periodos se prolongan en los animales con amamantamiento.

Los resultados obtienes con vacas Holstein por Velazco et al (1983) midiendo los niveles de progesterona en el animal demostraron que los animales amamantados presentaban los estros hormonales al igual que las no amamantadas, pero estos eran menos acentuados y los celos no eran exteriorizados (celos silentes) (Cuadro 11.3).

Ganancias de peso de los becerros.

La mayoría de los trabajos comparativos entre crianza artificial y amamantamiento han demostrado que las ganancias de peso de los becerros son mayores en este último. Pero las diferencias son muy variables y dependen principalmente de la cantidad de leche consumida, la cual suele ser mayor en los animales amamantados y de la presencia o no de un buen concentrado ofrecido a voluntad.

Entre menos leche bebe un becerro, más concentrado consume y así compensa parcialmente el menor consumo de leche. Pero aun en igualdad de condiciones y con consumos similares de leche, las ganancias de peso y la eficiencia de utilización del alimento son superiores con los animales mamando. Esto se da por dos razones:

  • La leche mamada tiene una mayor concentración de nutrientes.
  • Su utilización es mejor.

Esto último es debido a que el becerro amamantado mantiene la fisura esofágica y la leche pasa al abomaso (último estómago antes del intestino), donde es aprovechada con mayor eficiencia que la leche que se desvía hacia el rumen. En el Cuadro 11.4 se presentan algunos resultados comparativos de la eficiencia en los dos sistemas.

Diarreas en terneros.

Si las condiciones higiénicas de alimentación del becerro son óptimas, la incidencia de diarreas en cualquier sistema es baja. Sin embargo, la realidad en muchos de nuestros sistemas de producción no es la ideal y en estas condiciones las ventajas son para el sistema con amamantamiento.

En un trabajo realizado por Carias y Vaccaro (1983) se observó que la incidencia de diarreas en becerros Holstein era cinco veces mayor con cría artificial que con amamantamiento, a pesar de que se procuró limpiar adecuadamente y mantener alejados de las moscas a los utensilios para ofrecer la leche en baldes.

Entre las modalidades de amamantamiento restringido utilizables en rebaños de dos ordeños, dos variables importantes son: el número de amamantamientos por día y el lapso de tiempo durante el cual se practica.

La información con animales europeos es abundante y señala que con dos amamantamientos diarios el consumo de leche por el becerro es muy alto y no se justifica. Con animales cruzados de doble propósito la información es más escasa. En un trabajo realizado por Mejías et al (1990) con 22 vacas Holstein o Pardo Suizas y 22 Brahmán x Holstein se observó que no había diferencias en las ganancias de peso de los becerros amamantados por media hora sólo en la mañana durante 55 días en comparación con dos amamantamientos durante los primeros 25 días de este período (Cuadro 11.5).

En otro trabajo realizado en el mismo Instituto con vacas Brahmán x Holstein ordeñadas dos veces diarias y con un amamantamiento, se evaluaron tres periodos de amamantamiento de 56, 112 y 168 días. Los resultados (Cuadro 11.6) indican que hay pocas diferencias entre los dos primeros tratamientos con relación a los dos productos principales, la leche vendible y la ganancia de peso de los becerros, mientras que la leche vendible disminuye bastante en el tercer tratamiento. Sin embargo, el intervalo parto – concepción fue inferior en el amamantamiento por 56 días.

Concentrado iniciador en la alimentación de terneros.

El uso de un concentrado alto en proteína y minerales (iniciador) es recomendable, tanto en animales amamantados como los que reciben leche en balde, durante los primeros meses de vida. Los consumos del becerro son relativamente bajos y los costos de esta práctica tienen poca incidencia en los costos totales de la finca. Es de leche al becerro. La ingestión de concentrado aumenta a medida que el consumo de leche disminuye (ver Cuadros 11.3 y 11.6).

El concentrado se debe ofrecer en pequeñas cantidades a partir de la segunda semana de edad y se puede enseñar al becerro a consumirlo estrujándolo en el morro. Diariamente se debe retirar el alimento no consumido, el cual se puede suministrar a animales mayores. El consumo de alimento sólido (forraje, heno o concentrado) promueve el desarrollo del rumen y se debe inducir lo más temprano posible.

La oferta debe ser generosa y se debe alcanzar un consumo aproximado de 1 kg / día a los 3 meses. El iniciador debe contener 18 % de PC y se recomienda aumentar este valor si el forraje ofrecido es de baja calidad. Las mezclas contienen generalmente 75-80 % de cereales o sus subproductos, 15-20 % de harinas de oleaginosas y 5 % de una mezcla de vitaminas y minerales. También puede incluir un 10 % de harinas de origen animal (pescado, carne y hueso, etc.) y en es este caso se puede reducir el porcentaje de minerales. En el balanceo del iniciador se pueden utilizar los procedimientos descritos en el capítulo correspondiente. La mezcla no debe tener urea y es recomendable granularlo u ofrecerlo gruesamente molido.

Forraje para los terneros.

Es recomendable ofrecer un forraje tierno o un heno de buena calidad desde la segunda semana, pues el consumo de pequeñas cantidades se inicia alrededor de la tercera semana. El alimento fibroso favorece el desarrollo del rumen y la salivación, evitando esta que se acidifique mucho el rumen por la fermentación rápida del iniciador. El heno y el forraje rechazado se deben retirar diariamente y se pueden ofrecer a animales mayores. No se recomienda el pastoreo en becerros jóvenes.

Becerros después del destete.

Después del destete, o a los tres meses de edad, el animal se puede levantar a pastoreo. Este es el sistema de levante más económico, pero presenta la desventaja de que los animales se contaminan rápidamente con parásitos gastrointestinales y las ganancias pueden disminuir. Para reducir la incidencia de parásitos se recomienda utilizar un sistema de rotación en 4 a 6 potreros, utilizar cargas bajas para mantener una oferta alta de pasto y segar los potreros al salir los animales.

El animal recién destetado está sometido a un estrés ocasionado tanto por la separación de la madre como por la ausencia de la leche en la dieta y es una etapa en la cual los animales usualmente pierden peso. Para reducir las caídas de peso se debe ofrecer un suplemento después del destete y reducirlo a medida que los animales se adaptan al pastoreo. En un ensayo realizado en pasto pará con bovinos de carne, cruces de Charolais, Simmental y Brahmán con animales acebuados, se observó que las ganancias después del destete efectuado a los 7 meses con 154 kg de peso eran similares si se ofrecía 1 kg/día de alimento por 30, 60 o 90 días, pero estas eran superiores a la de aquellos no suplementados (Cuadro 11.7)

La alimentación de novillas de reemplazo entre los 6 meses y el primer parto es más sencilla. El crecimiento diario debe estar entre 500 y 700 g/día. Ganancias superiores pueden tener efectos desfavorables sobre la reproducción, la producción de leche y la longevidad.

El crecimiento promedio anterior se puede alcanzar con ganancias inferiores en las épocas con restricciones de pasto y ser compensadas con ganancias superiores en períodos con pasto abundante de buena calidad. En todos los casos, las novillas deben recibir un suplemento mineral a voluntad.

Si el recurso fibroso es escaso o de baja calidad se pueden aumentar las ganancias mediante el uso de suplementos. Los procedimientos para formular un concentrado para novillas son los mismos descritos para vacas lecheras. En las tablas apéndices se presentan los valores de requerimientos de los principales nutrientes para estos animales

Este artículo hace parte del módulo Terneras de reemplazo.

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