Palpación rectal de la vaca
La garantía del éxito económico de producción en cualquier explotación ganadera, está condicionada a una buena eficiencia reproductiva, medida por la obtención de un becerro por vaca cada año, meta principal a obtener por todos los ganaderos en sus explotaciones. Esto significa lograr el mayor número de gestaciones posibles, por lo cual la nueva preñez se debe establecer en el menor tiempo posible. Alcanzar esta meta se basa en un buen manejo, el cual no implica únicamente obtener excelentes resultados, sino tener la posibilidad de medirlos en forma temprana con el fin de cuantificar la eficiencia reproductiva lograda con ese manejo.
Para medir la eficiencia reproductiva, resulta ilógico que el ganadero espere el momento del parto de las hembras servidas. Afortunadamente se dispone de diferentes métodos para el diagnóstico temprano de preñez. En este sentido, el productor tiene acceso a herramientas de comprobada efectividad y algunas de bajo costo, como lo es el examen ginecológico post-servicio de los vientres. A través de esta técnica es posible saber cuáles vacas están preñadas y cuáles no, lo que permitirá tomar importantes decisiones de manejo en forma anticipada.
Diagnostico de preñes de la vaca
Para realizar el diagnóstico de gestación, el ganadero debe disponer de los servicios de un profesional de la Medicina Veterinaria, único capacitado para ofrecer un diagnóstico precoz de gestación preciso y confiable, pero éste debe tener un entrenamiento mínimo a fin de reducir al máximo los posibles errores de diagnóstico.
La importancia de un diagnóstico temprano reside en identificar a las hembras vacías sin necesidad de esperar el período de parición. Esta información temprana posibilita tomar la decisión de volver a servir a las vacas, tratarlas o eliminar los vientres improductivos, estimando en forma temprana la necesidad de reposición.
El Médico Veterinario puede utilizar varios métodos para el diagnóstico precoz de la gestación, entre los cuales están:
No Retorno en celo (NR) de la vaca. Una vaca que no retorna al celo 21 días luego de la inseminación o monta natural puede presumirse de que esté preñada. Aún así, una vaca puede no retornar al celo debido a un quiste ovárico, problemas uterinos o a una falla en la detección del celo en la vaca, de manera que éste método es poco confiable, debido a que proporciona muchos falsos positivos y negativos. Sin embargo, cuando no se dispone de ningún otro método de diagnóstico, una vaca se declara generalmente preñada por NR cuando no se ha observado en celo por lo menos en 60 ó 90 días (2-3 ciclos normales).
Determinación de los niveles de Progesterona. Se puede medir en leche, suero o plasma de muestras simples o pareadas. Durante la preñez, el ciclo estral se interrumpe debido a que el cuerpo lúteo se mantiene y continúa secretando progesterona a lo largo de la preñez. El incremento de los niveles de progesterona 20–25 días después del servicio puede ser utilizado como un método de diagnóstico. Sin embargo, estos pueden ser asociados con ciclos prolongados, mortalidad embrionaria temprana, patologías ováricas y uterinas, siendo posible también que la vaca esté en la mitad del ciclo estral debido a errores en la detección del celo o apareamiento. Se debe tener claro que esta prueba es un indicador exacto del estado de no gestación de los animales, con una exactitud del 95-98%.
Ecografía de ultrasonido. Es un excelente método que puede ser utilizado a partir del día 26, en casos que el objetivo principal es el diagnóstico temprano pero es más exacto entre 30 y 75 días de gestación. La reproducción bovina cuenta con esta prueba diagnóstica directa que provee información precisa de las estructuras del tracto reproductivo, lo que permite mejorar o confirmar el diagnóstico y aún monitorear un tratamiento. Mediante el ultrasonido pueden detectarse problemas reproductivos, ya que puede diferenciar pus y líquidos y hacer un diagnóstico definitivo. Además favorece la determinación del sexo fetal (aunque es más difícil y consume tiempo), la que se logra cuando las vacas tienen entre 55 y 75 días de preñez. El diagnóstico mediante esta técnica es más costoso, ya que requiere un gran capital inicial por parte del Médico Veterinario para adquirir el equipo, limitando el uso de esta técnica; así mismo, el operador debe estar entrenado en el manejo del equipo de ultrasonografía. Por estas razones, éste método está más destinado a otros usos en la práctica reproductiva (determinación del sexo, diagnóstico de patologías, recuperación de ovocitos, etc.), siendo la palpación rectal el método de uso masivo a nivel del campo.
Palpación rectal de la vaca. Es el método más comúnmente usado, rápido, preciso, efectivo, seguro, precoz, de bajo costo e ideal en el diagnóstico de preñez en vacas. Este examen debe ser realizado entre 45 y 60 días posteriores al servicio por inseminación artificial o monta natural (o antes de acuerdo con la experiencia del operador) y permite poner en evidencia una serie de signos clínicos que posibilitan definir con exactitud si la hembra está vacía o preñada, y en este caso, la edad de la gestación. Un profesional experimentado puede en unos instantes integrar la información conjunta del aparato genital obtenida a través de la palpación rectal con los datos procedentes de la evaluación clínica general del animal para establecer un diagnóstico preciso del estado reproductivo y la edad precisa de gestación. Este hecho facilitaría realizar un manejo nutricional y sanitario diferencial de las vacas preñadas.
La exactitud depende del entrenamiento, destreza y experiencia del examinador.
La exactitud es elevada en estadios tempranos de gestación (30–90 días), aunque hacia la mitad de la gestación, cuando el feto reposa en el fondo de la cavidad abdominal (4–7 meses), no es raro que el clínico difiera en 2 ó aún 4 semanas al estimar la edad de preñez.
Factores para el diagnostico de preñes de las vacas
Antes de comenzar con cualquier maniobra sobre el animal el clínico debe realizar una correcta observación y examen por inspección, no solo de los órganos genitales externos sino también del individuo en general. En las vacas examinadas por infertilidad, pero que gozan de buena salud general, no es necesario hacer un examen clínico completo ?.
Por medio de la observación general del individuo el clínico puede evaluar la conformación externa del animal, pudiendo ésta dar indicios de determinadas patologías, como por ejemplo el freemartinismo, donde el animal afectado tiene similitudes anatómicas a un novillo, o degeneraciones ováricas quísticas, donde el individuo muestra apariencia masculina de cabeza y sacro. Permite además, determinar su condición corporal y estado nutricional, o alguna patología sistémica que sin dudas tendrá repercusiones sobre el normal funcionamiento del aparato reproductor ?.
Antes de la inseminación artificial.
Antes de inseminar a la vaca, es necesario realizar un examen con el espéculo o vaginoscopio, al hacer la evaluación se puede encontrar:
? 1. Que el animal no esté en celo, en cuyo caso se observa el cuello uterino cerrado y seco.
? 2. Que haya pasado el estro, observándose la secreción de moco con un tono cobrizo o manchado de sangre.
? 3. Que estando en estro, presente alguna infección manifestándose esta por presencia de pus, en menor y mayor cantidad, como en el caso de la metritis y la piometra.
? 4. Que el animal esté en estro, presentando el cuello uterino abierto, rojizo brillante y con abundante secreción cristalina, en este caso se insemina.
Después de la inseminación artificial
Las hembras sometidas a inseminación artificial deben examinarse mediante palpación rectal a los 40 ó 50 días después del último servicio, con el propósito de establecer el diagnóstico de preñez y detectar posibles alteraciones reproductivas.
El registro de estos eventos permite controlar la eficiencia reproductiva del rebaño y aplicar los correctivos que sean necesarios.
Despues del parto de la vaca
Las vacas deben ser examinadas ginecológicamente 28 días después del parto, con el propósito de poder determinar el estado de sus órganos reproductivos. Este procedimiento permite determinar si existe alguna infección y si ha comenzado la actividad de los ovarios, antes de que entren en servicio. Los chequeos periódicos después del parto son de gran utilidad para aumentar la eficiencia reproductiva de los animales sometidos a inseminación artificial.
Para el análisis y discusión de los resultados de la eficiencia reproductiva de un rebaño bovino, se deben establecer índices reproductivos, los cuales proporcionarán la base para lograr objetivos a largo plazo y para evaluar el programa de inseminación artificial.
Los índices considerados de mayor importancia sobre el particular son los siguientes:
1. Porcentaje de preñez al primer servicio: sus valores deben estar entre 50 – 60 %.
2. Porcentaje de preñez por revisión: se consideran valores satisfactorios para este índice, valores mayores al 70%.
3. Intervalo entre partos de la vaca: ha sido uno de los índices más comúnmente utilizados para valorar la reproducción de los hatos bovinos. Se consideran valores normales promedios de 13 a 14 meses de intervalo entre partos.
4. Intervalo parto-preñez (días abiertos): es el número de días que las vacas necesitan para preñarse, representa un índice de gran utilidad para valorar la eficiencia reproductiva. En Estados Unidos, consideran que 100 días es el tiempo normal para que la vaca alcance la preñez. En nuestro medio existen diversas opiniones, estimándose como rango normal entre 100 y 120 días.
5. Número de servicios por concepción: este es un índice muy importante ya que está íntimamente relacionado con el porcentaje de fertilidad global del rebaño. Los valores normales están comprendidos entre 1.5 a 1.8; porcentaje de fertilidad global: se espera que en las fincas con adecuadas normas de manejo reproductivo, se obtengan valores por encima del 50%.
Palpación rectal de la vaca
El examen rectal representa uno de los métodos más prácticos para la evaluación clínica y la valoración de las alteraciones de los órganos genitales de las vacas en edad reproductiva, así como para el diagnóstico precoz de gestación.
El diagnóstico consiste en la evaluación clínica del aparato genital mediante un examen a través del recto, el cual se utiliza como si fuera un guante, aprovechando la posición paralela de los genitales y del recto. El diagnóstico de gestación se basa en la observación al tacto de cambios a nivel del útero, lugar donde se asienta la gestación en la vaca. De ahí que algunos de los signos secundarios del diagnóstico se apoyan en la detección de una asimetría de los cuernos uterinos (el gestante aumenta de tamaño, a partir de los 30 días), la fluctuación de líquidos fetales y un menor tono (el gestante es más blando y gelatinoso).
El examen debe hacerse con calma, delicadeza y evitando ejercer demasiada presión sobre el recto y las estructuras útero-ováricas, sobre todo cuando el animal presente ondas peristálticas.
Esta técnica de palpación rectal tiene que efectuarse de manera metódica, tomando como base ciertas estructuras anatómicas (figura 1) y las medidas de seguridad pertinentes, para no poner en peligro la integridad física del operador, sobre todo cuando se trate de animales nerviosos o que se les maneje poco.
En ganado especializado en producción láctea es común realizar el examen rectal sujetando a la hembra del cuello (figura 2). La capacidad para identificar las estructuras se adquiere con la práctica, pues la destreza manual, la fuerza en el brazo y la suavidad con la que se les explora se obtienen después de a plicar este método de manera constante
Equipo necesario para la palpación rectal
La persona que lleve a cabo la palpación debe contar con el equipo necesario, el cual consiste en un guante protector y ropa apropiada (overol, delantal y botas, figura 3); el guante deberá lubricarse para poder facilitar la introducción de la mano por el recto y evitar así que éste se irrite. Es posible utilizar como lubricante vaselina sólida, glicerina, lubricantes comerciales o simplemente agua con jabón neutro.
Técnica de la palpación rectal
Es necesario que la persona que realice la palpación rectal tenga conocimientos de anatomía del aparato reproductor de la vaca, mas informacion aquí, .
El guante debe ponerse en la mano contraria a la de escribir y sujetarlo a la hombrera del overol, para evitar que se deslice al momento de realizar la palpación. Para mejorar la sensibilidad al momento del examen rectal se recomienda cortar la punta de los dedos del guante de palpación y, una vez colocado, utilizar encima un guante de látex, ya que éste se adhiere mejor a la mano, y evita que se llene de aire el guante de palpación.
Para introducir por el ano la mano enguantada, previamente lubricada, es necesario juntar los dedos como si se tomara con la punta un poco de arena (en forma de pico de pato. Para evitar errores en la palpación es necesario retirar las heces, en caso de que sean abundantes, ya que constituyen un obstáculo para la palpación.
Al introducir el brazo por el recto es frecuente provocar contracciones peristálticas; cuando esto sucede, es recomendable no mover la mano y dejar que pase la contracción, para evitar una irritación de la mucosa rectal; otra manera es relajar el recto introduciendo un par de dedos (índice y medio) a través de la luz intestinal, para dar un masaje con un movimiento de avance y retroceso.
Después se procede a identificar al tacto los puntos anatómicos de referencia, el piso de la pelvis es la mejor opción, por ser un hueso fijo. En un estado fisiológico normal, la pelvis forma una cavidad que alberga al aparato reproductor; durante la gestación, el útero tiende a desplazarse a la cavidad abdominal.
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El siguiente punto que se va a localizar es el cuello del útero (cérvix); esta estructura se reconoce como un órgano fibroso formado predominantemente por tejido conectivo con pequeñas cantidades de tejido muscular liso.
Para continuar con la exploración ginecológica necesitamos seguir la longitud del cérvix en dirección craneal y ventral, hacia donde están ubicados el cuerpo y los cuernos del útero; siguiendo longitudinalmente los cuernos uterinos, encontramos las últimas estructuras del examen, que son los ovarios.
En ocasiones se dificulta seguir el cérvix, útero y cuernos, debido a su longitud; por ello se practica la retracción del útero, para lo cual pueden utilizarse distintas técnicas. Una es la forma directa, que consiste en sujetar el cérvix por su parte dorsal aplicando tracción y reteniéndolo firmemente, y tomar el útero por la bifurcación intercornual, concluyendo así la retracción, y hacer, entonces, la inspección.
Los cuernos deben ser examinados en toda su extensión, para determinar su textura, consistencia, volumen y contenido.
Los ovarios deben ser palpados al final y tendrán que sujetarse entre los dedos medio e índice para facilitar la diferenciación de las estructuras presentes, como los folículos, cuerpos lúteos y quistes.
Diagnostico de preñez con palpación rectal
El diagnóstico precoz positivo se basa en 4 signos: tres de ellos ligados a la detección de las membranas placentarias fetales que lo rodean y otro, al propio feto. A partir de 28-30 días del servicio es posible detectar el escurrimiento de la membrana corioalantoidea y el deslizamiento de la vesícula amniótica dentro del lumen uterino.
No existe unión de las membranas fetales en las áreas interplacentomales, en las cuales se pellizca ligeramente la pared uterina para comprobar el escurrimiento de la membrana corioalantoidea. Una parte del líquido placentario llena parcialmente el lumen uterino, lo que favorece que la vesícula amniótica se deslice suavemente entre el dedo pulgar e índice, dando una sensación característica en caso de una preñez temprana. Esta sensación es similar a la de deslizar un cordón tenso y delgado entre los dedos. Es sólo a partir de los 75 días que es posible detectar la presencia y desarrollo de los placentomas, al igual que practicar el balotaje interno para detectar la presencia del feto.
Gestación de 30 días: La vesícula amniótica es esférica, presenta un diámetro de 2 cm. Se encuentra fijada en la parte anterior del cuerno uterino y puede ser percibida como un pequeño abultamiento que da la impresión de un huevo de paloma. Hay que tener presente que la maniobra que se realiza para percibir este signo puede traumatizar tanto al embrión como a la vesícula amniótica, ocasionando la interrupción de la gestación. Por ello, se justifica su aplicación únicamente cuando el que diagnostica tiene amplia experiencia y posee una técnica muy refinada.
Gestación de 60 días: El cuerno gestante es netamente fluctuante y la asimetría de los cuernos uterinos se hace evidente. Las membranas fetales se perciben pellizcando la curvatura mayor del cuerno uterino entre el pulgar y el índice y dejándola escapar poco a poco entre los dedos.
Gestación de 90 días: La distensión y la asimetría del útero son netamente perceptibles. El cuerno gestante tiene el doble del diámetro del cuerno vacío. El útero sobrepasa el borde anterior de la pelvis, sacudiéndolo puede percibirse el feto como un cuerpo duro que flota en el líquido. También es posible palpar los placentomas que tienen un tamaño similar al de una nuez.
Gestación de 120-150 días: Los signos precedentes se intensifican, el útero se introduce más en la cavidad abdominal y su distensión es más marcada. El cuello del útero se encuentra sobre el borde anterior de la pelvis. Los placentomas continúan hipertrofiándose y alcanzan el tamaño de una mandarina.
Gestación de 180-200 días: El útero grávido se introduce en la cavidad abdominal y el diagnóstico podría, en este momento, prestarse a equivocaciones dado que a veces no se llega a encontrar más que la arteria uterina media con frémito. A partir de los 7,5 meses el útero comienza a ascender hacia la cavidad pelviana.
Gestación de 240-270 días: Las partes duras del feto pueden ser detectadas delante de la pelvis o en la misma cavidad pelviana. Son fácilmente perceptibles los movimientos fetales y el frémito de la arteria uterina media.
Riesgos del diagnóstico por palpación rectal.
La palpación rectal es una técnica rápida e inocua que no compromete en absoluto la continuidad de la gestación. En manos de un veterinario experimentado puede lograrse el examen de 100 vacas por hora. Un riesgo muy ligero existe en la fase temprana de la gestación (alrededor del día 30), aunque los veterinarios experimentados están en el recto por pocos segundos, minimizando cualquier riesgo. No se deben manipular los ovarios y el cuerpo lúteo como tampoco el feto o bruscamente las membranas fetales.
Los fetos están muy bien protegidos aunque se debe tener siempre en mente que los abortos ocurren normalmente en un 2 al 5% del ganado; los abortos tienen numerosas causas que incluyen los defectos genéticos, las infecciones y los traumas, todas las cuales tienen mayor incidencia en el aborto que la propia palpación rectal.
Siempre ha existido una seria controversia en relación con la seguridad de la palpación rectal y el momento óptimo para su aplicación inocua en las vacas. Muchas de las fallas de exactitud han sido atribuidas a un error humano o a un posible daño sobre el propio conceptus (embrión y membranas anexas) causada por un efecto iatrogénico (error humano por la propia palpación rectal), a pesar de que en la fase inicial de la gestación se han descrito pérdidas embrionarias no relacionadas con la palpación rectal.
Ensayos en vacas doble propósito confirman que no existe mayor daño fetal atribuible a la palpación rectal o al clínico, al reportar pérdidas de 7,6%, muy similar a las observadas en vacas no palpadas. La ausencia de un efecto iatrogénico de la palpación muy precoz se confirma en novillas; las pérdidas probables atribuidas a la palpación rectal entre 24 y 28 d post-servicio que incluye retracción y posterior extensión de los cuernos y el examen de las membranas placentarias no fueron diferentes al compararlos con una palpación rectal precoz (30-42d) o más tardía (43-56d) ni fue evidente un efecto traumático. Una diferencia de 2% entre las vacas palpadas y no palpadas confirma la existencia de pérdidas no vinculadas con la palpación y por supuesto que el examen precoz de gestación es una técnica efectiva y no iatrogénica siempre que sea utilizada hábilmente.
Para emitir un diagnóstico de gestación luego de la palpación por vía rectal se deben tener en cuenta las siguientes reglas de oro:
- Examine el útero cuidadosamente y ambos cuernos en toda su longitud.
- Un diagnóstico positivo de preñez sólo debe ser hecho cuando se detecten los signos de preñez ya descritos. Cuando exista duda, programe un nuevo examen.
- Un diagnóstico negativo sólo puede ser dado una vez que se hayan examinado ambos cuernos en toda su longitud y estén vacíos
- Ninguna vaca debe tratarse a menos que sea diagnosticada vacía
- . Registre todos los hallazgos de inmediato (registros permanentes).
En conclusión, el examen post-servicio de los vientres es una herramienta de manejo de gran utilidad, que aporta mucho a la planificación y evaluación reproductiva de la explotación ganadera. Su utilización brinda una favorable relación costo-beneficio, permitiendo una entrada de dinero por algunos animales que no conviene se conserven en el rebaño, a la vez que favorece un mejor manejo de los vientres preñados.
A pesar que en países desarrollados la palpación rectal ha sido prácticamente reemplazada por los avances en el diagnóstico de gestación por técnicas hormonales, inmunológicas o ecográficas, en nuestro medio el examen del útero por palpación a partir de la cuarta semana se ratifica como el método más tradicional, rutinario, económico e inocuo para identificar los animales vacíos a nivel de campo. Sin embargo, la tecnología nos invita a desechar la idea que el veterinario debe llegar a la finca con el guante colocado en su brazo.
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muy buena informacion
Sr. Kevin, mil y mil gracias por sus aportes tan ilustrativos, son una excelente herramienta.
Excelente artículo, muchas gracias por sus explicaciones y aportes. Felicitaciones
Maldito Wisel