Gestación de la Cabra
Cuánto dura la gestación de la cabra
El período de gestación en cabras dura en término medio alrededor de 150 días, Sin embargo, puede variar según la raza de la cabra y el individuo, con valores de desde 144 a 151 días.
En el mismo se pueden diferenciar dos períodos de importancia central que son: Gestación 1 (G1: los primeros 100 días) y Gestación 2 (G2: los últimos 50 días) los cuales son necesarios tenerlos en cuenta porque las necesidades nutricionales de estos dos períodos son totalmente distintas.
Servicio e inicio de la gestación de la cabra (G1)
Durante el servicio su estado corporal debe ser bueno lo que facilita la implantación del embrión, fijación del feto a la placenta, y ofrece un buen punto de partida para transitar las restricciones invernales.
Durante el primer trimestre de la gestación, tanto la oveja como la cabra dependen de la funcionalidad del cuerpo lúteo para llevar a cabo la gestación. Posteriormente la placenta pasa a ser la fuente principal de progesterona en la oveja, mientras que el cuerpo lúteo en la cabra es indispensable para mantener la gestación.
A diferencia de otras razas caprinas, la cabra Angora presenta abortos tardíos, asociados a una disfunción de la glándula adrenal materna. Probablemente la causa se deba a la alta presión de selección ejercida sobre esta raza para la producción de pelo mohair (van Rensburg, 1970).
Esta característica de las cabras se asocia a la presentación de abortos espontáneos tardíos. Así por ejemplo un estrés nutricional puede producir una hipoglucemia persistente en la hembra y en el feto y activar el eje hipotálamo hipofisiario fetal alterando el funcionamiento endócrino placentario. La prostaglandina liberada por la placenta, causa la regresión del cuerpo lúteo de la preñez, con la consiguiente expulsión de uno o más fetos.
El aborto en la cabra es precedido por una disminución en el nivel sanguíneo materno de cortisol, que produce un aumento en la liberación de cortisol fetal, desencadenante de los partos prematuros. De esta forma, cualquier situación de estrés, ya sea nutricional, de manejo (confinamiento) o climática (tormentas,nieve), puede provocar una insuficiencia adrenal, que induce abortos en grado variable.
Las cabras en esta etapa deben ser bien manejadas, proporcionando energía y proteínas adicionales para que se encuentren en excelentes condiciones en el momento del apareamiento y durante el primer mes de gestación, porque cualquier aumento o reducción de los niveles nutricionales en este período influirán en la supervivencia y la migración de los embriones.
También debe evitarse que la cabra engorde, o esté en condición a 4 (característico de cabaña), porque el engorde reduce el crecimiento de la placenta y consiguientemente el tamaño de los embriones.
En G1, el/o los fetos, sólo se desarrollan el 30 % del peso que tendrán al nacimiento, por lo cual, los requerimientos de la madre son solo de mantenimiento, siendo necesario ofrecerles alimentos que cubran sus necesidades nutricionales.
Segunda etapa de la gestación (G2) de la cabra
El último tercio de la gestación y el inicio de la lactancia son periodos muy críticos. Durante las últimas 6 semanas de preñez se produce un aumento exponencial del 70% de crecimiento del feto, con lo cual también lo hacen las necesidades nutricionales, en estos momentos la madre exige alimentos nutritivos adicionales, pero como la capacidad del rumen está disminuida en un 50 % por el tamaño del feto que lo comprime, es recomendable suplementar con concentrados energéticos y proteicos; la adición de estos elementos debe hacerse mediante alimentos concentrados, si en esta fase la cabra sufre carencia energética pierde tejido de las ubres de la cabra, lo que afectará considerablemente el crecimiento de los chivitos nacidos.
Un buen estado nutricional asegura el nacimiento de una cría fuerte, y que la madre cuente con leche en cantidad y calidad suficiente. Es de destacar que la cabra, a diferencia de la oveja, tiende a abortar ante restricciones nutricionales fuertes durante la gestación. Debido a esta circunstancia, problemas nutricionales en esta etapa puede dar menor número de nacimientos disminuyendo la prolificidad del hato.
La proporción de proteína bruta durante las 3 últimas semanas de la gestación y las 3 primeras de la lactancia, debe ser del 17 % para alcanzar los mejores resultados. Las necesidades de energía metabolizable son mayores durante la lactancia que al final de la gestación.
Durante la gestación, la futura madre debe acumular reservas corporales que permitan después del parto la cabra tener una buena producción de leche, la cabra mal alimentada produce menos leche y manifiesta menor instinto maternal que las madres bien alimentadas.
Para garantizar una buena lactancia, la cabra debe recibir suficiente alimento de buena calidad, lo que se logra destinándose los mejores potreros a las cabras con crías. Las necesidades nutricionales de las madres con mellizos son 30% más elevadas que las de las madres con una sola cría.
La capacidad de consumo de las cabras durante el último tercio de gestación, varían de 820 g a 2,1 Kg de MS por día, estando disminuida en relación con el peso vivo (PV) o el peso metabólico (PV 0.75).
En resumen, para lograr la meta de un número elevado de cabritos nacidos vivos, debe lograrse que la chiva llegue al servicio en la mejor condición corporal posible, pudiendo reservarse un buen potrero para uso exclusivo durante el servicio y la parición. Eventualmente, se puede pensar en una suplementación.
En el potrero de reserva deberían estar presentes especies de buena calidad forrajera. Durante el servicio, los animales pueden aprovechar el crecimiento de la temporada anterior de estos pastos, y durante la parición los primeros rebrotes de primavera.
Diagnóstico de preñez de la cabra
El diagnóstico temprano de gestación, menor a 60 días de gestación (DG), se determina por:
Las cabras durante la estación reproductiva no retornan en celo entre los 19 a 21 días del último estro o celo de la cabra.
El nivel de progesterona sanguínea, a partir de los días 19 a 22 post estro, se mantiene en valores superiores a 1 ng/ml. Niveles de progesterona inferiores a 1 ng/ml determinan que no hay gestación.
La detección de los latidos fetales por ultrasonido es posible a partir de los 40 DG. La no auscultación de los latidos significa la ausencia de preñez.
La técnica ecográfica determina la preñez a partir de los 26 DG, siendo efectiva en un 100% a partir de los 30 DG.
Entre los 60 a 110 DG se pueden realizar las siguientes determinaciones:
Colocando la cabra en decúbito dorsal, mediante la colocación en el recto de una varilla de plástico de sección redonda (30 cm longitud), se eleva el útero grávido hacia la pared abdominal, para realizar la palpación del contenido uterino. En el animal no gestante se palpa la varilla. Con experiencia a los 70 a 100 DG el diagnóstico tiene un elevado índice de acierto.
La utilización de equipo de ultrasonido tipo A que se utiliza en cerdos puede ser empleado entre los 65 a 100 DG, con una eficiencia del 85 al 90%.
El diagnóstico de una preñez avanzada, 100 a 120 DG, se realiza con la cabra sentada; el feto se palpa colocando ambas manos en las inglesas y realizando movimientos para detectar partes duras del mismo.
Referencias Bibliográficas
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Excelente publicacion me gustaria recibir sus publicaciones
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Excelente post, felicitaciones a los creadores de este porta web.
Un artículo pragmático, me encantó.