retención de placenta en la vaca

Retención de placenta en bovinos

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Retención de placenta en la vaca

 Autores: Juan Carlos Gutiérrez Áñez, MV; Gustavo Soto Castillo, MV, MSc

Puedes ver los signos y etapas del parto de la vaca aquí

¿Qué es La retención de placenta en el bovino?

En la ganadería bovina, la expulsión de la placenta ocurre normalmente se realiza unas horas después del parto se considera normal entre 8 a 10 horas, si la placenta no es expulsada después de 12 horas se considera retención de placenta ya que las porciones carunculares y cotiledonarias no se desprenden ya que estas son las que unen a las membranas fetales al endometrio y este proceso de no desprendimiento dentro de estas horas se le considera retención de placenta. 

La incidencia de la retención de placenta varía entre 4 y 16,1%, pero puede ser mucho mayor en fincas problemáticas con manejo deficiente, en especial de tipo sanitario y nutricional.

Aunque se ha establecido que factores genéticos, nutricionales, inmunológicos y patológicos complican la separación de la placenta bovina, no se conoce con exactitud los origines de la retención placentaria. Su importancia como problema reproductivo radica en el hecho de producir una disminución de la producción láctea y ser el principal factor que predispone a la aparición de las infecciones uterinas, las cuales comprometen la fertilidad futura de la vaca.

Importancia de la retención de placenta

El comportamiento reproductivo de las vacas en el posparto juega un papel muy importante en la eficiencia reproductiva de la finca, lo cual influye en la producción y en el beneficio de la empresa en general. Este comportamiento ha sido medido a través de parámetros reproductivos, dentro de los cuales el intervalo entre partos (IPP) se ha considerado como uno de los más importantes. En los programas de control reproductivo en las ganaderías mestizas doble propósito, algunos de los objetivos esperados para lograr una eficiencia reproductiva aceptable son obtener un IPP menor a 13 meses y unos días abiertos en vacas (intervalo parto-concepción, IPC) inferior a 120 días.

En ganaderías especializadas de leche se ha establecido que un productor puede perder entre 2 y 4 dólares día de ganancia neta, cuando el IPP es mayor a 12,5 meses por vaca por día vacío, representados en mantenimiento, tratamientos y alimentación adicional.  En cambio, en las ganaderías de doble propósito,  el valor de un día vacío después de los 90 días posparto varía de acuerdo al nivel de producción láctea de la vaca y generalmente oscila alrededor de los 2 dólares por vaca.

Algunas de las patologías puerperales más importantes que contribuyen al incremento de los días vacíos son la retención placentaria y las afecciones uterinas, las cuales disminuyen la eficiencia reproductiva reducen el consumo de alimento y la producción láctea e incrementan los gastos sanitarios y la tasa de reposición afectando la productividad. Es frecuente observar en muchas explotaciones ganaderas, la poca importancia que se le da a las patologías infecciosas, las cuales van a afectar directamente la producción futura de la vaca disminuyendo los ingresos anuales y la rentabilidad. En esta oportunidad haremos un breve  recuento de la importancia de la retención placentaria.

Factores que favorecen la aparición de la retención placentaria

Existen diversos factores involucrados en el desarrollo de las patologías alrededor del parto; uno de los más importantes es el estrés. Este problema ocasiona una marcada producción de corticoides (cortisol) tanto en la madre como en el neonato, generando una mayor predisposición a padecer de distocias y retención de membranas fetales, con las consiguientes infecciones uterinas. Las vacas con retención placentaria presentan mayores niveles de cortisol 12 a 24 horas antes del parto y niveles inferiores de estrógenos y prostaglandinas F2 alfa (PgF2); esta última constituye una secreción encargada de la regresión del cuerpo lúteo, y coadyuvante en la expulsión de líquidos y membranas fetales.

Por otro lado, el estrés calórico también puede originar el nacimiento de becerros de poco peso, débiles o muertos, lo cual puede afectar negativamente la expulsión de las membranas y líquidos fetales; además, al no producirse el amamantamiento se afecta el proceso fisiológico que favorece una adecuada involución uterina.

La involución uterina es un proceso dinámico que suele prolongarse hasta los 30 a 50 días posparto, siendo más demorado en vacas multíparas que en novillas de primer parto. Los problemas de distocia se han señalado como causales de retención placentaria y como un factor que produce un atraso en la involución uterina, ciclicidad ovárica anormal e intervalos prolongados a la próxima preñez de la vaca. La distocia está asociada con la edad de la vaca y el tamaño del becerro y sus efectos pueden ser minimizados con una asistencia obstétrica temprana sólo en aquellas vacas que lo ameritan.

La nutrición inadecuada favorece la aparición de problemas puerperales, ya que las vacas secas con desequilibrios en la ración y deficiencias vitaminas y minerales durante el período de transición, desarrollan fiebre de la leche, desplazamiento del abomaso y una mayor predisposición a las retenciones de placenta y a las metritis bovina.

Acá un vídeo de estas generalidades 
https://www.youtube.com/watch?v=2gfxZjdp9Bs&t=431s

Implicaciones de la retención placentaria

Hemos mencionado que la retención de las membranas fetales, además de producir una disminución de la producción láctea; es uno de los principales factores que favorece la aparición de infecciones uterinas; entre ellas la metritis y la endometritis. Podemos comprobar que la incidencia de la metritis puerperal puede oscilar entre el 27 y el 50% cuando hay retención de placenta, a la vez que aumentar hasta en 19 días el intervalo parto- concepción y los servicios por concepción de las vacas afectadas. Por otro lado, la endometritis es una condición patológica común, principalmente en el ganado  lechero, que impide la función reproductiva de los animales provocando pérdidas económicas de variable magnitud, que disminuyen en gran medida la eficiencia reproductiva de las fincas de doble propósito.

Estudios en los Estados Unidos han estimado que la endometritis provoca pérdidas cercanas a los 106 dólares por lactancia/vaca debido a intervalos entre partos prolongados y aumento de la tasa de eliminación. Se ha  reportado que animales con endometritis confirmada pueden presentar en promedio 154 días vacíos, comparados con 115 días vacíos de animales libres de la infección.

La importancia práctica de la endometritis en la ganadería  de doble propósito radica en ser una de las responsables del desarrollo del síndrome de la vaca repetidora, siendo este grupo de vacas conjuntamente con las vacas en anestro, las que representan los principales problemas reproductivos del rebaño ocasionando las mayores pérdidas económicas de la ganadería doble propósito.

Cómo prevenir y controlar la retención placentaria

En los sistemas de ganadería doble propósito uno de los factores más importantes a considerar es la nutrición. Por esa razón se deberá proveer o suministrar de forma adecuada los nutrientes necesarios a la vaca antes del parto, con la finalidad de tener un óptimo desarrollo de la gestación de la vaca, el parto de una cría sana y así mismo contar con una vaca capaz de iniciar una lactación adecuada. Los nutrientes a garantizar son: minerales de alta calidad y biodisponibilidad, principalmente selenio, fósforo y calcio entre otros; vitaminas A, D y E.

Se debe también proporcionar un suplemento nutricional, sobre todo al final de la gestación y al momento del parto, cuando disminuye considerablemente el consumo de alimentos y cuando se produce pérdida en la condición corporal bovina; favoreciendo la aparición de problemas en el posparto. Este programa de suplementación debería de continuarse al menos desde el comienzo de la época seca hasta el parto.

Otro factor determinante a controlar es el estrés, por lo que se deben establecer medidas que permitan minimizar los efectos que ocasiona. Cuando hablamos de estrés no solo debemos pensar en estrés calórico, sino en todos aquellos factores estresantes como enfermedades bovinas, manejo y trato hacia los animales, etc.

Una práctica de manejo recomendada en las fincas doble propósito, es el establecimiento del lote de vacas próximas, las cuales deben estar ubicadas en potreros e instalaciones adecuados para su manejo; este lote de animales representa el futuro de la empresa ganadera por lo que amerita la mayor atención posible. Por lo menos, los animales de este grupo deberían ser revisados 2 veces al día y todas las vacas escoteras que cumplen 270 días de gestación deberán ingresar  cada semana a este lote. Además del manejo nutricional se deberá proveer abundante agua fresca y sombra, bien sea por medio de árboles o mallas climatizadoras con el fin de minimizar los efectos del calor, así como un manejo y trato adecuado por parte del personal, evitando golpes y largas caminatas en horas cálidas.

Así mismo, la aplicación de un riguroso programa sanitario debe ser implementando en la finca, con el fin de disminuir la incidencia anual y estacional de casos de etiología infecciosa; deberán ser siempre considerados factores como la zona agroecológica de hábitat y la época del año en el cronograma de vacunación. Dentro de las enfermedades a controlar están las de índole reproductivo como leptospirosis bovina, campilobacteriosis bovina, brucelosis bovins, tricomoniasis bovina, complejo respiratorio reproductivo bovino, además de la Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR) y la Diarrea Viral Bovina (DVB) y Neosporosis bovina canina, la cual también afecta al bovino, principalmente el tracto reproductivo, ocasionando aborto de la vaca e infertilidad.

Como tratar retencion de placenta en bovinos

Son muchas las terapias que han sido diseñadas para la prevención y el tratamiento de la retención placentaria. La aplicación de PgF2 inmediatamente después del parto ha mostrado bastante éxito, pero su uso queda restringido en la ganadería de doble propósito por sus altos costos. Además, la aplicación preventiva y en forma masiva de PgF2 a todas las vacas sería impractico, por lo que se recomienda  su aplicación solamente en aquellas vacas con retención o en las vacas paridas que hayan presentado factores predisponentes como partos distócicos, partos dobles, manipulación obstétrica y pobre condición corporal. Se ha promovido también el uso de fármacos administrados in utero después del parto, los cuales son a menudo ineficaces por la naturaleza del ambiente intrauterino. Por otra parte, los fármacos que aumentan la motilidad uterina como la oxitocina y el calcio son en el mejor de los casos de una utilidad limitada.

La extracción manual de la placenta puede causar un trauma uterino y retrasar el retorno al estado reproductivo normal, por lo que su uso queda restringido a la asistencia médico veterinaria o personal altamente calificado. La terapia antibacteriana (en forma de bolos e infusiones intrauterinas) reduce la proliferación de gérmenes, la putrefacción  y el olor desagradable asociados a la retención placentaria.

Un mejor conocimiento de la etiología y patogenia de la retención  placentaria ayudará al desarrollo de medidas preventivas y terapias más eficaces. Por ello, la prevención se limita a normas generales de manejo en cuanto a higiene del parto, nutrición balanceada, especialmente la suplementación de minerales y vitaminas y al control de las enfermedades infecciosas como la leptospirosis, brucelosis, IBR, DVB, PI-3, etc., mediante un adecuado programa de vacunación.

El conocimiento de todos los elementos que afectan o pueden afectar los procesos reproductivos de las vacas es fundamental para controlar  de forma exitosa la reproducción animal. Se exige entonces, tener una visión amplia y un enfoque global, holístico que permita a los agrotécnicos y a los productores, la utilización racional de las tecnologías existentes que deben ser aplicadas mucho más allá del simple conocimiento empírico. Se hace necesaria la concientización por parte de los productores de exigir servicios veterinarios eficientes; que permitan prevenir  este tipo de patologías para controlar  y manejar un adecuado programa de Control Reproductivo dirigido a la mejora de la eficiencia reproductiva y la rentabilidad de las empresas ganaderas.


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