Adaptado por: Endrina González y Fabian Martinez
¿Que es el Puerperio en los Bovinos?
El puerperio en los Bovinos o Posparto Bovino se define como el periodo comprendido entre el parto y la presentación del primer estro fértil. Durante el puerperio ocurre la involución uterina y la vaca inicia su actividad ovárica posparto. En la vaca lechera, la atención médica del puerperio es fundamental en los programas de manejo, ya que durante este periodo se diagnostican y tratan afecciones del útero con el propósito de que la vaca esté en condiciones de ser inseminada, una vez que termina el periodo de espera voluntaria.
Después del parto de la vaca, el útero debe regresar a su condición de no gestante, ya que la preñez ha dejado cambios en su morfología. El número de receptores para la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) y estradiol en la adenohipófisis aumenta durante los primeros 15 días posparto, posiblemente sensibilizando la glándula para que se restaure el patrón de secreción de la hormona luteinizante (LH), cuyo contenido en la adenohipófisis llega a ser normal hacia el día 30 posparto. Después de este periodo, el patrón de secreción de LH se normaliza, y se restablece la ovulación.
Además, existe una relación entre el efecto de la nutrición pre y posparto sobre la función reproductiva. Un indicador aceptado del estado nutricional de las vacas es la condición corporal, que refleja las reservas de grasa corporal necesarias para el metabolismo basal, el crecimiento y la lactación. La baja condición corporal (CC) de la madre cuando se aproxima el parto tiene un mayor efecto negativo que la pérdida de la condición corporal en el posparto. Se ha demostrado que la CC inmediatamente anterior al parto influencia la lactancia, la salud y la fertilidad en vacas de alta producción láctea. Del mismo modo a aquellas vacas que llegan al parto con bajo peso corporal tienen un mayor intervalo parto-primer estro y parto-ovulación. Por lo tanto, una nutrición pobre o el inadecuado consumo de nutrientes para suplir las demandas metabólicas son causas importantes de un anestro prolongado. La restricción nutricional en vacas para producción de carne en el último tercio de la gestación se relaciona con la ausencia de folículos ováricos en crecimiento de un tamaño 5 mm en el posparto. En vacas de las mismas características, con restricción de energía pre y posparto, se reportó ausencia de folículos 8 mm. Los folículos ováricos persistieron por un tiempo prolongado, posiblemente por la ausencia de un folículo dominante (FD). Una CC muy alta inmediatamente antes del parto, especialmente en ganado lechero, puede provocar distocias o enfermedades metabólicas, a una menor producción de leche y a la ocurrencia de fallas reproductivas. En el caso del ganado cebú o doble propósito en el trópico, es poco probable que se presente un caso de exceso de CC al momento del parto, por las condiciones de pastoreo continuo en que se mantienen.
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Fisiología Reproductiva en la Etapa del Posparto Bovino
Utero Post parto
Una vez sucedido el parto normal, el útero debe regresar a su condición de no gestante, ya que la preñez ha dejado cambios en su morfología. El número de receptores para GnRH y estradiol en la adenohipófisis aumenta durante los primeros 15 días posparto, posiblemente sensibilizando la glándula para que se restaure el patrón de secreción de la LB, cuyo contenido en la adenohipófisis llega a ser normal hacia el día 30 posparto (Nett et al 1988). Una ves transcurre este periodo, el patrón de secreción de LB se normalizara, y la ovulación se restablecera.
Bó GA 2003; afirma que los cambios endocrinos referentes al retorno a la ciclicidad ovárica durante el posparto son muy parecidos a los que se producen durante la etapa de la pubertad, debido a que implican la normalización de los patrones de secreción de la LB, que dan como resultado aparición de los picos de secreción más frecuentes con una mayor amplitud. Después del parto la emergencia de las ondas de crecimiento de los folículos seda rápidamente.
Por lo general el primer ciclo estral posparto de una vaca es irregular, además se caracteriza debido a que puede ocurrir una ovulación sin que el animal presente algún tipo de signo del estro, debido a que podría haber una lisis temprana del cuerpo lúteo y unas bajas concentraciones séricas de progesterona (P4).
Inmediatamente después del parto las carúnculas pasan por un proceso de infiltración y luego degeneración grasa, que produce la destrucción y eliminación. La degeneración grasa de las carúnculas condiciona su descomposición y este proceso de descomposición también ayuda la fagocitosis. La destrucción de las carúnculas durante el proceso involutivo del útero provoca la pérdida de 3-4 kg de tejido, lo cual influye sobre la disminución del peso uterino durante la involución.
Durante los primeros 4 a 10 días posparto la reducción es más bien lenta reduciéndose el peso del órgano en 70%, sin embargo, desde los 10 hasta 14 días el ritmo de reducción es rápido, el tono uterino aumenta, en este momento el diámetro del cuero grávido se reduce de 12 a 7cm. La localización del cérvix, durante la primera semana posparto, es en la porción craneal de la cavidad pelviana; después del día 25 posparto el diámetro cervical es mayor que el diámetro del cuerno que desarrollo la gestación, en este momento, la mayoría de las vacas tienen el útero retraible, es decir, que puede ser retraído a la cavidad pelviana por manipulación rectal.
Inmediatamente después del parto aparece el glucógeno en las células musculares del útero, pero después de las 24 horas se inicia la infiltración grasa que culmina a los 8 días posparto; esta asociación a la fragilidad del útero, lo que se debe tener presente, sobre todo al examinar o aplicar tratamiento en útero puerperal. A partir de los 8 días se realiza la reabsorción de la grasa, las células disminuyen de tamaño y después de tres semanas se encuentran solamente restos de la infiltración grasa.
Es conocido desde hace bastante tiempo que el útero posparto tiene un peso aproximado a los 10 kg y que al completarse la involución el mismo debe llegar a un peso cercano a 1 kg, lo que indica que durante el proceso de involución la reducción de peso tiene una magnitud impresionante toda vez que debe ser de 9 kg, comúnmente esto ocurre en un tiempo relativamente breve, si tenemos en cuenta que no rebasa los 30 días.
En un estudio desarrollado en Suecia, se determinó que las vacas con placenta retenida (11 en total) la expulsaron espontáneamente entre los 4-10 días posparto, lo cual se sustenta en degeneración grasa ocurrida a nivel de las carúnculas. El examen ultrasónico de estos animales revelo que el tamaño del útero disminuyo progresivamente en el tiempo posparto,
Apreciándose un marcado descenso hasta la tercera semana posparto, asociándose con una disminución sensible de las descargas vaginales y un incremento mantenido del tono uterino. La gran cantidad de fluido liquido sanguinolento disminuyo gradualmente transformándose en pus denso o grumoso que persistió hasta el final de la tercera semana posparto; en todas las vacas las secreciones purulentas desaparecieron en el rango de 18-35 días.
El número de días promedio requeridos para completar la involución uterina en las vacas con placenta retenida fue superior a las que expulsaron espontáneamente la placenta, 30,3 ± 4,2 vs 21,9 ± 2,8 días, respectivamente.
Desde el punto de vista de las secreciones puerperales se han identificado cambios en el volumen y aspecto de las mismas, las que pueden resumirse del modo siguiente (Tabla 6.1).
Desde el punto de vista clínico la variabilidad observada en el tamaño de los cuernos y del cérvix, el tipo de descarga loquial y la continua involución del útero, contribuyen a los errores en el diagnóstico de la metritis y su riesgo de la reducción de la fertilidad, por ello debemos basarnos en la ocurrencia de alteraciones en el proceso del parto, particularmente en la retención de placenta y distocias que requirieron manipulación obstétrica, unido al tipo de descarga y tamaño del útero; lo que puede ser relacionado con el retardo en la involución uterina y las causas predisponentes para la metritis posparto.
En un estudio realizado sobre las alteraciones del puerperio, se analizó una población de 500 hembras, las que mostraron que en partos no ayudados la incidencia de alteraciones puerperales fue solamente de 16,5%, mientras que aquellas hembras donde se realizó una ligera tracción para extraer el feto, las alteraciones se elevaron al 28% y en los casos donde las complicaciones del parto fueron muy severas y por tanto, las manipulaciones obstétricas requirieron de gran laboriosidad, frecuencia y complicaciones puerperales alcanzo el 81%.
Se ha demostrado que el útero posparto es un medio anaerobio, consecuentemente las bacterias patógenas anaerobias fueron aisladas abundantemente en los estudios iniciales. Las infecciones uterinas, principalmente las ocasionadas por bacterias anaerobias obligatorias, se resuelven en 2 ò 3 semanas en las vacas sin complicaciones en el periodo puerperal. sin embargo, en las que ha sufrido retención de placenta, la infección se prolonga durante algunas semanas más, lo cual se acompaña de liberación de PGF2α de mayor duración, comparado con los casos no complicados.
En numerosos estudios se ha informado que la contaminación del útero es muy alta, se ha reportado hasta 100% de contaminación de los úteros pospartos, sin embargo, otros ha reportado solo 30 – 60%; cuando el muestreo se ha efectuado de modo continuo se observa una disminución de la incidencia de muestras positivas, lo que llega a incidencias despreciables o incluso no se detectan bacterias a las 7 semanas posparto, o al tiempo de efectuar la primera inseminación.
La prevalencia de las infecciones o contaminaciones uterinas Posparto en las vacas con puerperio normal se ha situado en porcentajes altos, numerosos estudios han revelado un 50% de contaminación bacteriana durante el período posparto precoz, incluso se ha situado entre el 85- 90%.
El riesgo de la infección uterina aumenta hasta el 100% en los casos de distocia y o retención de placenta. La Patogénesis también ha sido objeto de numerosos estudios, aunque sea señalado como elementos esenciales la densidad y naturaleza bacteria, destacándose el papel protagónico Del Actinomyces pyogenes.
Las bacterias frecuentemente aisladas del tracto genital de la vaca son muy variadas incluyendo Streptococcus, Staphylococcus, Escherichia coli y Actinomyces pyogenes. Los Streptococcus, Staphylococcus y E. coli, Están considerados como patógenos inespecíficos, su presencia en el útero causas sólo ligeros grados de endometritis.
Si la hembra está sometida a determinadas condiciones estresantes, por ejemplo: enfermedades digestivas, insuficiente nutrición u otras alteraciones, su resistencia inmunológica general se debilita, por ello la misma flora bacteriana puede pasar inadvertida desde el punto de vista clínico en unos casos y en otros provocar metritis severa, en dependencia diferentes circunstancias de manejo de alimentación.
Por otra parte, las bacterias como él Actinomyces pyogenes están presentes en endometritis prolongadas, éstas se pueden aislar al momento de la primera ovulación, durante la fase progesteronica subsecuente la infección progresa y otras bacterias pueden actuar en relación con este de un modo sinérgico.
En la tabla 6.2 se puede apreciar los resultados microbiológicos obtenidos de las biopsias endometriales Practicadas a 18 vacas con retención de placenta Ia2 con expulsión espontánea de la misma, en el primer caso Se tomaron 103 biopsias y en las vacas y complicaciones puerperales se efectuaron 6 biopsias, las cuales se practicaron durante las primeras 8 semanas posparto.
Es interesante observar que los aislamientos en 96.8% de los casos fueron identificados como Flora mixta, lo que sugiere una posible sinergia entre micro- organismo para causar la endometritis precoz o persistente durante el puerperio en todas las vacas con retención de placenta.
En otro estudio se analizaron microbiológicamente las secreciones cérvico- vaginal de 20 vacas con retención de placenta y otras 20 con puerperio normal, los resultados evidenciaron que los coliformes y bacterias incidentales se aislaron con frecuencia en el posparto precoz, pero está disminuyeron progresivamente en el tiempo. El Actinomyces pyogenes fue el que disminuyó más notoriamente, excepto en las vacas que desarrollaron Piómetra.
El papel de las bacterias anaerobias obligatorias tales como Bacteroides Levii/spp; fusobacterium necrophorum y Peptotreptococcus assacharoliticus/indolicus Sobre el útero postparto requiere de mayores precisiones todavía a pesar de los numerosos estudios efectuados al respecto.
El útero normalmente está protegido contra la contaminación bacteriana por tres barreras físicas, la vulva, la función del vestíbulo vaginal y el cérvix. Durante el parto y después de este, Las barreras físicas que están franqueadas y el útero está normalmente contaminado por variados microorganismos patógenos y no patógena, muchas de estas bacterias son residentes transitorias y en un tiempo breve deben ser eliminada por los mecanismos de defensa uterino durante el posparto.
La necrosis del epitelio y del tejido caruncular consecutivo el parto favorece a los gérmenes de la contaminación en su colocación en este medio facilitándose así que ellos y sus toxinas puedan alcanzar el estroma activo y estimular de esta manera al sistema leucocitario. Esta secuencia de eventos en condiciones normales debe concluir con la rápida movilización de leucocitos, un incremento de su desplazamiento y su capacidad fagocítica.
Desde hace algunos años se propuso por Ball et al. una clasificación del período posparto, la cual es de utilidad, pues relación los aspectos Fisiológicos con la clínica del puerperio, lo que evidentemente favorece la selección de las mejores alternativas de solución. La subdivisión del posparto en los periodos propuestos por estos autores se resume a continuación:
Periodo posparto precoz | Periodo de tiempo seguido al parto hasta que la hipófisis llega a ser sensible a GnRH; durante este periodo (8-14) los ovarios producen cantidades mínimas de estrógeno y progesterona. La metritis puerperal aguda ocurre durante este periodo |
Periodo posparto intermedio | Desde que la hipófisis llega a ser sensible al GnRH hasta que ocurre la ovulación. La duración de este periodo es variable a causa de la gran variabilidad en el momento de la ovulación posparto. Las infecciones bacterianas se reducen, elimina o pasan a la cronicidad. |
período posparto posovulatorio | Se extiende desde la primera ovulación hasta la involución completa del útero, aproximadamente 45 días. Durante este periodo se puede diagnosticar las metritis crónica, endometritis y piometras. |
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Mecanismos defensivos del útero pos-parto
Es oportuno revisar algunos conceptos básicos de la inmunología; en sentido que la interleucina-1 (IL-1) es un coadyuvante natural y por lo tanto es una forma no específica que amplifica la inmuno- respuesta hacia antígenos y células malignas. Están amplificación influye a las células de inmunidad media (CIM) los linfocitos T y la respuesta de anticuerpos humorales (AH) por los linfocitos B; la IL-1 también cumple funciones reguladoras, relacionadas con el inicio y prolongación de la inmuno respuesta, reacciones inflamatorias y de cicatrización.
El estímulo de IL-1 sobre la corteza adrenal para producir cortisol y posteriormente bloquear la producción de IL-1 es probablemente el mecanismo normal y retroalimentación, Por lo cual la prolongación posterior de la cascada inmunológica es prevenida durante el mantenimiento normal de los macrófagos. La prostaglandina E2 (PGE2) es producida normalmente por los monocitos y otras células bajo la influencia de los altos niveles de IL-1.
La PGE2 junto con el cortisol y las citoquinas inhibidoras producidas por los linfocitos Ts actúan como un freno de la cascada inmunológica, previenen la sobreestimulación y eventualmente detienen el sistema inmunológico, una vez que la crisis del estímulo ha sido controlada. En el animal adulto la producción de IL-1 es suprimida por el cortisol y la PGE2 .
El estrés leucocitario puede ser más evidente en condiciones que no afectan a procesos inflamatorio Severo como: desplazamiento del abomaso, hipocalcemia severa, cetosis, distocia y las indigestiones. La respuesta inicial del ganado a cualquier proceso de liberación de glucocorticoides resulta un estrés leucocitario.
Del análisis de estos elementos básicos de inmunología se desprende que la vaca en el momento del parto no se encuentra en las mejores condiciones desde el punto de vista inmunológico, para enfrentar defensivamente la contaminación bacteriana que comúnmente se produce durante el parto, sobre todo si éste se desarrolla en condiciones estresantes y de manipulación es contaminante durante la asistencia del parto. En resumen, los niveles de cortisol y PGE2 previo al parto son elevados, por ello la respuesta inmunitaria está deprimida.
El gran número de bacterias y sus toxinas, así como el resto de los tejidos placentarios necrosados en la luz uterina y algunos otros factores de los loquios, atrae a los leucocitos hacia la cavidad uterina, los que llegan en gran número a las 4 horas posteriores a la invasión bacteriana del estroma.
En condiciones de normalidad, la leucocitosis uterina, la fagocitosis y el consiguiente acumuló de leucocitos en el contenido del órgano, lograr un plazo más o menos corto, contrarrestar la infección uterina y eliminar los gérmenes a través del proceso de fagocitosis, liberación de fermentos leucocitarios y lisis de los restos placentarios, que con los loquios son expulsados por los mecanismos de defensa complementarios puerperales.
La capacidad fagocítica de los leucocitos está mediatizada por las opsoninas qué, Como es conocido, son sustancias de la sangre que se fijan a las bacterias favoreciendo de esta manera la fagocitosis.
Con el objetivo de comprobar la inmuno depresión de las vacas con metritis y mastitis puerperal se estudiaron muestras de sangre obtenidas de 14 vacas Holstein afectadas con metritis puerperal, 12 con mastitis y 26 clínicamente sanas; todas dentro de los 30 días posparto.
Los resultados mostraron la cantidad total de leucocitos y Linfocitos nos afectó significativamente en las vacas con metritis puerperal. En relación con los cuerpos cetónico y el ácido β-hidroxibutirico se observó un incremento significativo Comparado con los grupos de Mastitis y clínicamente sanas.
La concentración de vitamina E fue significativamente menor en las vacas con metritis que en el resto. La supresión de la función de los neutrófilos sea reconocida también en los casos de placenta retenida. Asimismo, se conoce que se afecta la blastogénesis leucocitaria.
La blastogénesis linfocitaria está influenciada por numerosos factores como el estrés, cambios hormonales, edad avanzada, las enfermedades y terapias con drogas. El papel de los linfocitos sanguíneo en la inmunidad local incluyendo al útero y la glándula mamaria no se conoce cabalmente, por lo cual es necesario más estudios detallados en este sentido.
Un elemento de singular importancia en los mecanismos de defensa del útero contra la infección es la actividad ovárica posparto, pues éste ha mostrado tener un gran efecto sobre la capacidad del útero para resistir o eliminar la infección bacteriana. Se sabe que el útero es altamente resistente a la infección durante la fase estrogénica, pero es muy sensible durante el período de dominación de la progesterona.
El mecanismo de defensa uterino es inadecuado durante la dominación progesteronica a causa de la siguiente modificación:
- El pH uterino es bajo, creando las condiciones más favorables para el desarrollo de las bacterias que regularmente se aíslan del útero bovino.
- el epitelio uterino es menos permeable a las bacterias y como resultado el sistema leucocitario es estimulado más tardíamente
- la aparición de los leucocitos en el endometrio está dilatada, es decir, aparecen más tarde.
- la actividad de los leucocitos está deprimida
- las secreciones uterinas no tienen el efecto desintoxicante requerido.
En un estudio desarrollado hasta Algunos años con la finalidad de examinar la interrelación entre la función leucocitaria y los niveles séricos de E2, P4 y cortisol, se observó que los valores fisiológicos altos de estradiol no alteraron la función de los leucocitos, los cuales fueron directamente relacionados con la actividad bacteriana; sin embargo, los niveles fisiológicos de P4 inhibieron dos de los cinco parámetros utilizados para evaluar esta función.
Las investigaciones sugieren que el incremento de la resistencia uterina a las infecciones bacterianas, cuando los valores de los estrógenos son altos, puede estar relacionado ciertamente con los valores sanguíneos de la progesterona que en estos momentos son relativamente bajos.
Esto sugiere que el efecto beneficioso de los estrógenos producidos por el desarrollo folicular puede estar asociado a la disminución en la producción de P4 por el cuerpo lúteo, Pues en las vacas con niveles bajos de estrógenos y con ovarios inactivos posparto la inhibición de la actividad leucocitaria es menor que cuando estás tienen cuerpo lúteo activo.
En infecciones experimentales se ha podido observar qué la P4 afectó negativamente la actividad bacteriana del útero frente a la E. coli. La adherencia de las bacterias al epitelio endometrial y la producción de endometritis purulenta solamente se observó durante la influencia de la progesterona y no se desarrolló en los casos tratados previamente con estrógenos.
Liberación de PGF2α en el periodo puerperal
Todas las vacas tienen una Liberación intensa de PGF2α, cuando se produce el parto; después del mismo aún continúa liberándose cantidades importantes de PGF2α, se ha comunicado que entre 27-28 días posparto es apreciar la cantidad de PGF2α que se encuentra incidiendo sobre el útero, Por lo cual se ha propuesto que la liberación de ella cumple la función de favorecer al proceso de involución uterina y de interferir El reinicio de la actividad ovárica.
Existe una correlación negativa entre la duración y la elevación de la descarga de PGF2α
en el útero postparto y el tiempo requerido para la involución uterina completa, Es decir, cuánto mayor sea el tiempo en la liberación de niveles elevados de PGF2α, más corto será el tiempo requerido para la involución uterina completa (1). Las que va mostrando tener una liberación prolongada y con altos niveles de PGF2α se han asociado con periodo puerperal relativamente cortos.
En las vacas con parto normal, raramente ocurre ovulación antes que los niveles de PGF2αRegresan a niveles basales, esto podría interpretarse como que los niveles altos de PGF2α funcionan como una señal para que se inicie precozmente la ciclicidad ovárica. la histerectomía en el período posparto causa un incremento inmediato en la liberación de LH; así como también la desaparición de los niveles elevados de PGF2α.
Durante la involución del útero las carúnculas y los vasos sanguíneos llegan a un proceso de necrosis a causa de la vasoconstricción que se desarrolla en el útero posterior al parto; como resultado de esta necrosis la concentración de la PGF2α en las aumenta de modo sostenido Durante los primeros días de posparto, después alcanza niveles máximos para declinar a niveles basales los 17 días posparto.
Los niveles altos de la concentración de PGF2α y mantenido durante largo tiempo se han asociado con un proceso rápido de involución uterina. Asimismo, estas altas concentraciones en el período posparto sean implicado en él reinicio temprano de la actividad ovárica.
Las vacas con complicaciones puerperales presentan una elevación más prolongada de los niveles del metabolismo de la PGF2α, es decir que se ha observado la elevación del metabolismo en concomitancia a la elevación de la frecuencia de la infección uterina. La prolongación del nivel elevado del metabolito en sangre es un reflejo de los procesos inflamatorios uterinos, del papel de la PGF2α en la eliminación de la infección uterina.
Se ha confirmado, por estudios efectuados hace varios años, que la administración repetida de altas dosis de PGF2α a las vacas cíclicas con finalidad de estimular la liberación de PGF2α en el posparto, interfiere con la formación del cuerpo lúteo y posiblemente se inhiba la ovulación. En este sentido Bozu y Peter encontraron que las vacas se desarrollan quistes ováricos tuvieron niveles elevados de PGF2α durante varios días antes de la detección de la quitosis ovárica.
Cómo se señaló anteriormente, el reinicio de la actividad ovárica postparto está asociada a la disminución de los niveles de PGF2α; sin embargo, algunas vacas con infección uterina pueden reiniciar la actividad ovárica en un período relativamente corto.
En estos casos el reinicio de la actividad cíclica coincide con un descenso temporal de los niveles de PGF2α, lo que pudiera ser explicado a partir de la disminución momentánea de la infección o más probablemente por destrucción de endometrio y de las células que sintetizan la prostaglandina. No obstante, cuando la primera fase luteal se inicia, los niveles de PGF2α aumentan nuevamente.
Se informó que el nivel plasmático del metabolismo de la PGF2α fue 3 000 pMol/L en las vacas con placenta retenida y en las que expulsaron espontáneamente la placenta, estos niveles correspondieron al momento inmediatamente después del parto. Durante los 6-27 días posparto en la vaca con infección uterina dos niveles del metabolito fueron similares a los detectados en las vacas infección Durante los 12-18 días posparto;.
Está duración en la liberación de la PGF2α puede ser atribuida a la frecuente observación del engrosamiento de la pared uterina y/o endometrial y al aislamiento de microorganismo como él A. pyogenes solo o en combinación con Bacteroides levii/spp, F. necrophorum, entre otros.
En vacas con retención de placenta se produce una disminución abrupta de la liberación de PGF2α (su metabolito) antes expulsión. Sin embargo, después de este momento Se incrementa nuevamente a nivel es sumamente altos, lo cual ocurre en coincidencia con el aumento de la frecuencia de los hallazgos bacterianos.
Este periodo adicional en la liberación de PGF2α se correlaciona positivamente con el tiempo requerido para la involución uterina completa.
A pesar de la existencia de niveles altos y mantenidos en los casos de infección uterina, la cantidad de PGF2α no es suficiente para provocar la lisis del cuerpo lúteo, toda ves que el mecanismo fisiológico en la síntesis y liberación de ella está deprimido; esta pudiera ser la explicación de la instauración de Piómetra cuando se produce la infección pospartal, la ovulación precoz con la consecuente implantación del cuerpo lúteo; aspecto que sea validado con la administración del GnRH en el postparto precoz.
La liberación De PGF2α, Cuánto es precoz, pudiera ser explicada Isaac a los efectos logrados por las bacterias y sus toxinas, sobre los tejidos provocando una respuesta celular que indica destrucción celular y proceso de reparación tisular. Efectos similares te han logrado con infusiones de yodo en el útero, lo que ha provocado una endometriosis necrótica asociada a la liberación de PGF2α. Las infecciones uterinas pueden asociarse también con ciclos estrales cortos.
las endotoxinas bacterianas son parte de la pared celular de las células Gram negativas, por tanto, compuestos biológicos muy potentes para la liberación de la PGF2α, pues desencadena la liberación en cascada de ácido araquidónico, precursor de la PGF2α.
Las infecciones con bacterias Gram negativas son frecuentes en los animales (metritis y mastitis). Experimentalmente se ha inyectado intravenoso endotoxinas, observándose inmediatamente la liberación de la PGF2α, lo que ha provocado la lisis del cuerpo lúteo y por tanto la duración del ciclo se acorta notablemente; cuando la cantidad de endotoxina inyectada ha sido baja, solamente Se ha producido una liberación temporal, lo que ha disminuido la actividad luteal, pero ha provocado la lisis del cuerpo lúteo.
Estos resultados experimentales pudieran explicar el hecho que algunas vacas infección posparto tienen acortamiento del intervalo interastral, mientras que otras también con infección evidencian un ciclo estral entre los rangos normales.
En resumen, se puede expresar que: la liberación de PGF2α se produce a causa de la invasión bacteriana en el útero, de modo que está relacionada con el proceso inflamatorio o la reparación de tejidos; no está vinculada directamente una ninguna especie bacteriana en particular, toda vez que la liberación de PGF2α está directamente relacionada con el tiempo requerido por el útero para su reparación (Involución completa).
En este sentido se han identificado correlaciones directas positivas. La concentración plasmática de progesterona aumenta lentamente desde los niveles basales posparto hasta las primeras 3-7 semanas; el momento donde se produce la ovulación está íntimamente relacionado con la descarga de PGF2α (metabolito) se sitúa, lo que refleja la importancia de la PGF2α en la reaparición del ciclo estral posparto.
Etapas del puerperio de la vaca
El puerperio tiene una duración de 45 días aproximadamente, inicia con la expulsión de las placentas y termina con la involución uterina al tamaño no gestante normal. El periodo postparto se puede dividir en tres subperiodos:
– Puerperal: Es el intervalo entre el parto y hasta que la glándula pituitaria
responde a la GnRH, (aproximadamente de 7 a 14 días posparto).
– Intermedio: Desde que la pituitaria es responsiva a la GnRH ,hasta la primera ovulación.
– Postovulatorio: Desde la primera ovulación hasta la completa involución
uterina.
Involucion Uterina de la vaca
El útero después del parto sufre modificaciones macroscópicas y microscópicas, hasta alcanzar las características de un útero no gestante, lo cual lleva de 30 a 45 días. Su peso y tamaño posparto disminuyen rápidamente como consecuencia de la atrofia de las fibras musculares, por necrosis de las carúnculas y por eliminación de líquidos. Al mismo tiempo que el útero reduce su tamaño, el endometrio sufre un proceso regenerativo para estar en condiciones de albergar un nueva gestación de la vaca.
El proceso de involución es favorecido por las contracciones uterinas que continúan presentándose dentro de las dos primeras semanas posparto. Las contracciones del miometrio facilitan la eliminación de fluidos y desechos, disminuyen la probabilidad de hemorragias al presionar a los vasos sanguíneos y reducen el tamaño del útero.
Las contracciones son provocadas por la secreción continua de prostaglandina F2α (PGF2α) de origen uterino y por la oxitocina secretada durante el amamantamiento. La PGF2α se secreta durante las tres primeras semanas posparto y se considera que es necesaria su participación para que la involución uterina ocurra normalmente. Se ha observado que la administración de dos dosis de PGF2α diariamente durante 10 días a partir del día 3 posparto, acortan en tiempo de involución.
Durante la involución del útero se eliminan por el cérvix secreciones conocidas como loquios, las cuales están formadas por restos de membranas y de carúnculas, fluidos fetales y sangre. Estas secreciones varían de color rojo a café, tienen consistencia viscosa y son inodoros. La mayor parte de los loquios se desecha durante los primeros 15 días posparto y después prácticamente desaparecen, excepto en casos de involución uterina anormal cuando el útero continúa eliminando fluidos de consistencia, color y olor diferentes.
Antes del parto el útero es estéril, ya que está protegido de la contaminación bacteriana por la vulva y el cérvix. Durante el parto, esas barreras físicas son vulneradas y el útero es invadido por bacterias que se encuentran en el ambiente, piel y heces, o bacterias que se introducen durante la manipulación del parto.
Además, la capacidad funcional de los fagocítos uterinos es baja después del parto de la vaca, lo cual contribuye con el establecimiento de bacterias. Alrededor de 95% de las vacas desarrollan infecciones uterinas durante la involución. La mayor parte de las bacterias invaden el útero temporalmente y son eliminadas por mecanismos naturales.
Los mecanismos uterinos de defensa están constituidos por las barreras anatómicas (vagina, vulva, y cérvix); factores fisiológicos (producción de moco en la vagina y cérvix); fagocitosis promovida por los neutrófilos, los cuales migran de la circulación general al útero, y por la producción de sustancias inespecíficas, que inhiben el crecimiento bacteriano y favorecen la eliminación de los microorganismos.
La capacidad para eliminar microorganismos del útero es influida por las hormonas ováricas (progesterona y estrógenos); así, durante el diestro la progesterona suprime la migración de neutrófilos, suprime al sistema inmunocompetente, cierra el cérvix y ocasiona atonía uterina, lo que resulta en una mayor susceptibilidad a las infecciones. Por el contrario, durante la fase folicular del ciclo (proestro y estro), el estradiol promueve la migración de neutrófilos, activa al sistema inmunocompetente, abre el cérvix y aumenta el tono uterino, lo que facilita la eliminación de los agentes infecciosos.
Regeneración endometrial
El epitelio intercaruncular y glandular sufre un proceso de degeneración y descamación. Desde el primer día aparece un epitelio nuevo, el cual recubre progresivamente todo el endometrio. La neoepitelización se completa entre los 15 y 30 días. La estructura histológica normal se alcanza entre los 30 y 40 días. La regeneración del epitelio endometrial ocurre inmediatamente después del parto en aquellas áreas que no sufrieron daño y a los ocho días está completa en zonas intercarunculares.
Recuperación ovárica
Como resultado de la ausencia o baja producción de gonadotropinas, el ovario está relativamente inactivo y la vaca se encuentra en la fase de anestro que puede prolongarse en las lactantes y vacas de alta producción lechera. Sin embargo, durante esta fase de posparto los ovarios contienen frecuentemente numerosos folículos anovulatorios grandes que llegan a atrésicos.
Anormalidades del puerperio de los bovinos
Durante el periodo posparto se presentan algunas anormalidades que retrasan la involución uterina y, por consiguiente, afectan el intervalo del parto a la concepción. A continuación se discutirá este tipo de condiciones.
Retencion de la en el puerperio de la vaca
Las membranas placentarias se eliminan durante las 12 horas siguientes al parto, el retraso de la eliminación de la placenta por más de 12 horas se considera un caso patológico (Figura 2.1). La retención de placenta (RP) ocurre por la dificultad de la placenta para desprenderse de las carúnculas maternas y/o por la falla mecánica para eliminarla (Figuras 2.2).
La RP es una alteración frecuente del posparto, la cual debe ser considerada como un signo clínico de diversas condiciones que pueden tener su base en problemas de tipo infeccioso (abortos), metabólico (hipocalcemia, cetosis, síndrome de la vaca gorda), deficiencias nutrimentales (selenio y vitamina E) y errores de manejo (demasiada intervención en los partos y condiciones estresantes en las áreas de partos).
La incidencia de RP varía de 5 a 15% y depende, en gran parte, del estado de salud y manejo del hato. Este padecimiento es más frecuente en ganado lechero que en el productor de carne o doble propósito. El efecto de la RP en la eficiencia reproductiva está determinado básicamente por la severidad de la metritis subsiguiente, ya que más de 60% de las vacas con RP desarrollan metritis.
La RP ocasiona un retraso del periodo del parto a la concepción y se asocia con una reducción del porcentaje de concepción, lo que resulta en aumento del intervalo entre partos del ganado. En términos económicos, se ha determinado que la RP ocasiona importantes pérdidas debido principalmente a los costos de los servicios médicos, incremento de la tasa de eliminación y aumento del intervalo entre partos.
Figura 2.1 La placenta se elimina dentro de las siguientes 12 h posteriores a la expulsión del becerro. Cuando esto no ocurre se habla de retención placentaria.
Figura 2.2 Vaca con retención de placenta.
Patagenia en el puerperio Bovino
Las membranas fetales se adhieren al endometrio a través de las vellosidades coriónicas, las cuales se unen con las criptas de las carúnculas (unión carúncula- cotiledón). La unión entre estas estructuras es favorecida por un fluido adhesivo formado por colágena y otras proteínas, el cual está presente entre la interfase materno-fetal. Antes y durante el parto, se observa un incremento de la actividad de las enzimas proteolíticas (colagenasa, tal vez la más importante), la cuales se encargan de reducir la adhesividad de la interfase cotiledón-carúncula y de separar el cotiledón de la carúncula. Después de esta etapa de preparación, la placenta es eliminada mecánicamente por las contracciones siguientes a la expulsión del feto.
La etiología y la patogénia de la retención de las membranas fetales no se conocen con claridad. Una explicación propuesta consiste en la falla de los mecanismos proteolíticos encargados de separar el cotiledón de la carúncula. Se ha observado que la actividad de la colagenasa en el cotiledón es mayor en las vacas que no retienen placenta que en las que la retienen. Se propone que algunos factores asociados con la retención de la placenta podrían estar actuando a través de la disminución de la actividad de la colagenasa. Por otra parte, también se menciona que condiciones inflamatorias en la unión carúncula-cotiledón de naturaleza infecciosa pueden impedir la separación de la placenta.
Trtamiento de la Patogenia
Existen diversos tratamientos para la RP tales como la remoción manual de la placenta junto con la aplicación local de antibióticos (bolos o infusiones) o la administración de productos hormonales (oxitócicos y PGF2α); no obstante, la utilidad de éstos tratamiento es discutible.
La remoción manual de la placenta (Figura 2.5) es el tratamiento más popular; sin embargo, no es el más conveniente, ya que ocasiona daños en el endometrio, que van desde ligeras hemorragias a hematomas, aun cuando no hayan evidencias externas. Además, la remoción manual disminuye la capacidad fagocitaria de los leucocitos uterinos, lo que resulta en una metritis más severa, mayor retraso de la involución uterina y un bajo desempeño reproductivo.
Figura 2.5 El retiro manual de la placenta no recomienda, sin embargo, cundo la placenta tiene cierto grado de descomposición una tracción suave permite su eliminación.
Otra opción para tratar a las vacas con RP consiste en cortar la placenta a nivel de la vulva y vigilar a la vaca por si presenta fiebre. Estas vacas entran posteriormente al programa de revisiones semanales, ya que seguramente desarrollarán metritis o endometritis. La administración de antibióticos, tanto en los casos de remoción manual como en los de no remoción, depende del estado general de la vaca. Se debe considerar que la placenta retenida es un tejido vivo que puede desencadenar una respuesta inflamatoria provocada por la irritación ocasionada por los antibióticos, lo cual predispone a metritis. Además, los antibióticos inhiben la putrefacción de las membranas fetales, lo que retrasa su expulsión. En caso de optar por la administración de antibióticos, se debe considerar la posibilidad de la vía sistémica en vez de la intrauterina, ya que esta última provoca irritación del endometrio, lo cual se asocia con baja fertilidad.
Otras posibilidades para el tratamiento de la RP se basan en la administración de hormonas que estimulan la movilidad uterina (oxitocina, estrógenos y PGF2α); sin embargo, los resultados no son satisfactorios, ya que la causa menos frecuente de este padecimiento es la incapacidad mecánica del útero para expulsar la placenta. Así, estos tratamientos están dirigidos sólo a incrementar la movilidad uterina y no a resolver el problema a nivel de la unión carúncula-cotiledón. En los últimos años se ha promovido el uso de la PGF2α para resolver los casos de RP; sin embargo, los resultados en pruebas de campo son contradictorios.
Metritis y Endometritis en el puerperio de la vaca
Durante y después del parto el útero es invadido por bacterias, las cuales son eliminadas por los mecanismos de defensa uterinos; sin embargo, con frecuencia, algunas bacterias superan a las defensas uterinas, lo que resulta en procesos inflamatorios llamados metritis en la vaca. Las infecciones uterinas son más frecuentes en el ganado productor de leche que en el productor de carne o doble propósito, lo cual obedece a las condiciones de manejo del ganado lechero, por ejemplo, el confinamiento, malas condiciones sanitarias de las áreas de partos y mayor manipulación durante los partos.
En la práctica se le llama metritis a cualquier proceso inflamatorio del útero que se acompaña por la eliminación de exudado purulento viscoso o acuoso (Figura 2.6); sin embargo, este concepto difiere de la definición correcta de metritis. Se debe entender por metritis al proceso inflamatorio que involucra las diferentes capas del útero (mucosa, muscular y serosa). Este padecimiento se presenta principalmente en los primeros 10 días posparto y se caracteriza clínicamente por elevación de la temperatura, retraso de la involución uterina, eliminación de secreciones uterinas purulentas y fétidas, y en ocasiones se acompaña de septicemia y toxemia. Por otra parte, endometritis se refiere a la inflamación de la mucosa uterina. La endometritis clínicamente se caracteriza por un retraso de la involución uterina y por la eliminación de exudado purulento o mucopurulento.
Figura 2.6: Exudado purulento de una vaca con endometritis.
La metritis y endometritis afectan la eficiencia reproductiva de diversas formas: perturban la función ovárica, provocan un alargamiento de periodo del parto al primer servicio y disminuyen la fertilidad. Además, estas afecciones provocan considerables pérdidas debidas a la disminución de la producción de leche, al costo de los tratamientos y por la disminución de la eficiencia reproductiva.
Las bacterias más frecuentes encontradas en procesos inflamatorios en útero son: Arcanobacterium pyogenes (antes Actinomyces pyogenes), Fusobacterium necrophorum, Bacteroides melaninogenicus y Escherichia coli, Los tres primeros actúan sinérgicamente. Así, A pyogenes produce un factor de crecimiento para F necrophorum y ésta última produce una leucotoxina; B melaninogenicus produce una sustancia que disminuye la quimiotáxis e inhibe la fagocitosis.
Tratamiento con Antibioticos
Para evitar el efecto negativo de las infecciones uterinas en la eficiencia reproductiva es necesario el diagnóstico y tratamiento oportunos. El diagnóstico se basa en la evaluación uterina a través de la palpación rectal, en la cual se revisa el grado de involución uterina y las características de las secreciones. Además, es necesaria la evaluación clínica general, ya que las vacas con metritis durante los primeros 10 días posparto llegan a presentar fiebre.
Existen diferentes tratamientos para la metritis o endometritis, tales como el uso de antibióticos por vía sistémica o intrauterina, infusiones intrauterinas de sustancias antisépticas y la administración de hormonas. Los tratamientos intrauterinos con antibióticos (Figura 2.7) se han utilizado durante muchos años y son una opción, siempre y cuando se consideren ciertos aspectos: el útero es un medio anaeróbico, hay presencia de exudados y tejidos en descomposición y existe gran diversidad de bacterias y algunas de ellas llegan a producir enzimas que inactiva antibióticos.
Al ser el útero un medio anaeróbico, los antibióticos del grupo de los aminoglicósidos no son efectivos, puesto que necesitan un medio aeróbico para ser activos. Por otra parte, la acumulación de exudado purulento y desechos de tejidos en el útero, inhiben la actividad de las sulfonamidas.
Los nitrofuranos son efectivos contra A pyogenes sólo cuando se utilizan dosis extraordinariamente altas; las dosis habituales nunca llegan a alcanzar la concentración mínima inhibidora en el endometrio; además, no son activos en presencia de sangre y exudado purulento, son irritantes y se asocian con problemas de baja fertilidad.
Figura 2.7: Infusión intrauterina de oxitetraciclinas en una vaca con endometritis.
La penicilina por vía intrauterina es efectiva para curar infecciones entre los días 25 y 30 posparto, es decir, cuando ya ha habido una disminución en la diversidad de especies bacterianas (menor probabilidad que alguna bacteria produzca penicilinasa) y predomina A. pyogenes, el cual es sensible a este antibiótico. Las cefalosporinas por vía intrauterina y sistémica han demostrado su efectividad en metritis durante las primeras semanas posparto.
Las tetraciclinas son el grupo de antibióticos de elección en la terapia intrauterina debido a su amplio espectro y a su aceptable actividad en las condiciones del útero posparto; sin embargo, debido a su uso indiscriminado se ha desarrollado resistencia bacteriana.
El problema más importante en la terapia antibiótica radica en fijar un criterio de cuáles animales verdaderamente lo necesitan, ya que muchos casos se resuelven sin ningún tratamiento. No se debe olvidar que la utilización de antibióticos por cualquier vía representa un riesgo de eliminación por la leche en cantidades no permisibles.
Tratamiento con infusiones de sustancias antisépticas
También se utilizan tratamientos basados en la administración por vía intrauterina de sustancias antisépticas. El tratamiento más frecuente consiste en la infusión de soluciones de yodo; sin embargo, los resultados de está terapia no son positivos y además se asocia con una disminución de la fertilidad subsiguiente. Se debe ser prudente en la utilización de sustancias antisépticas por vía intrauterina, ya que todas ellas provocan irritación del endometrio, lo cual afecta los mecanismos de defensa del útero y en algunos casos llegan a provocar necrosis del endometrio.
Tratamientos hormonales en la Metritis
La administración de estrógenos en casos de metritis, particularmente cuando el útero retiene mucho líquido, es una práctica frecuente en condiciones de campo. Se conoce que los estrógenos en condiciones fisiológicas favorecen la capacidad del útero para eliminar las infecciones; sin embargo, en dosis farmacológicas el efecto es negativo, debido a que puede contribuir a que las infecciones asciendan a los oviductos y provoquen salpingitis y adherencias ováricas y, consecuentemente, problemas de infertilidad.
En la práctica, se utiliza un tratamiento basado en la administración de la PGF2α. Así, existen protocolos en los que se inyecta la PGF2α cada 14 días a todas las vacas a partir del día 25 posparto. De esta forma, el estro inducido después del periodo de espera voluntaria es utilizado para inseminarlas.
Este tratamiento evita el uso de antibióticos y se basa en el acortamiento de las fases lúteas y en la inducción de fases foliculares, lo cual favorece la eliminación de las infecciones. Es evidente que este tratamiento sólo tiene efecto en las vacas que tienen un cuerpo lúteo. El efecto directo de la PGF2α en la involución uterina, sin que esté de por medio un cuerpo lúteo, es cuestionable.
Los resultados de los programas de manejo del puerperio con base en la PGF2α son similares a los programas tradicionales basados en revisiones rectales y tratamiento con antibióticos por vía uterina. Sin embargo, el uso de la PGF2α se debe considerar como una opción de tratamiento individual en los casos en que la vaca tenga una metritis y presente un cuerpo lúteo. En estos casos la inyección de la PGF2α puede coadyuvar a la solución del problema.
Vaginitis en hembras gestantes
La vaginitis en hembras gestantes se presenta con baja frecuencia, sin embargo, cuando hay algún caso provoca alarma porque se confunde con un aborto. Las vacas con vaginitis son enviadas a revisión debido a que eliminan exudado por la vulva, lo cual les indica un posible aborto. En estos casos, el veterinario deberá hacer una revisión por vía rectal para determinar si el producto está vivo y, también, para conocer si el cervix está abierto. El diagnóstico se completa con la revisión por vía vaginal mediante un vaginoscopio o directamente con la mano con un guante limpio.
En el caso de un aborto, el producto generalmente está muerto y el cervix está abierto; en estos casos el producto debe ser extraído. Por el contrario, si el cervix está cerrado y el feto vivo, no hay de qué preocuparse, es un caso de vaginitis.
El pronóstico es favorable y el problema cede con un tratamiento con antibióticos por vía sistémica.
Alternativas de solución
Desde el punto de vista profesional se debe aplicar un enfoque integrador y racional en la selección de las mejores alternativas de solución de este problema cardinal de la reproducción bovina. Los criterios que deben guiar las acciones en la solución de las complicaciones postales se pudieron resumir de la forma siguiente:
- Prevenir las complicaciones puerperales aplicando medidas de carácter zootécnico que incluyen el manejo científico y alimentación adecuada de la hembra durante la gestación, parto y puerperio; así mismo se deben desarrollar acciones de saneamiento ambiental lo que sin lugar a dudas, disminuye sustancialmente los factores de riesgos, tan frecuentes y diversos para esta complicación, Principalmente para la retención de placenta y la metritis posparto.
- Eliminar la placenta retenida y la contaminación de microorganismos patógenos que provocan alteraciones clínicas de significación médica durante el período puerperal y que pueden comprometer, de modo importante, la vida física y el desempeño reproductivo ulterior de la hembra afectada.
- Estimular la reaparición del ciclo posparto, como una condición fisiológica apropiada que tiene un efecto favorable en la reducción de las complicaciones postparto, a causa de su influencia directa sobre los procesos de involución uterina y elevación de las defensas específicas del útero frente a las contaminaciones bacterianas consecutivas al parto.
- Estimular los mecanismos inmunitarios inespecíficos del organismo en genera, de modo tal que disminuyan los riesgos para el desarrollo de las complicaciones que se presentan durante el período puerperal.
Prevención y control
En las afecciones puerperales es esencial identificar las deficiencias existentes en el manejo sanitario, nutrición, densidad poblacional y estrés, pues no deja lugar a duda que estas condiciones constituyen las causas esenciales para las alteraciones del puerperio. Las prácticas rutinarias de administración de antibióticos durante el período posparto temprano disminuyen la fertilidad.
La contaminación excesiva del medio ambiente con microorganismos patógenos resulta en infección posparto, por tal motivo las vacas con descargas purulentas y retención de placenta deben ser aislada o separada del área donde se produce el parto de las vacas.
La difusión ruminal puede ocurrir sustancialmente Antes de los signos de hipocalcemia. Esto es posible porque la hipocalcemia clínica y subclínica pueden suprimir la ingestión de alimento lo que exacerba el período de balance energético negativo en el período postparto precoz. Esto puede tener mayor consecuencia sobre la salud del posparto y la productividad de la vaca.
La concentración de glucosa, cantidad de células rojas y monocitos circulantes se han utilizado como marcadores biológicos para la predicción de la retención de placenta o como factores de riesgo para la misma; en un estudio dirigido hacia este objetivo se observó que las vacas que al final de la gestación tuvieran alto contenido de células rojas y baja concentración de monocitos se asociaron con frecuencias mayores de retención de placenta.
Las vacas que mostraron niveles bajos de glucosa al parto subsecuentemente presentaron retención de placenta. En este estudio se identificó el contenido de células rojas y los monocitos circulantes al final de la gestación como un marcador biológico para predecir la retención de placenta, indicador que está estrechamente vinculado con el metabolismo de los n-3/n-6 ácidos grasos polisaturados (PUFA).
La suplementación con selenio y la administración de vitamina E ha reducido la incidencia de retención de placenta. En la mayoría de los estudios los efectos se han logrado después de la inyección de 680 ui de vitamina E y 50 mg de selenio administrados 3 semanas antes de la fecha probable del parto.
Sin embargo, cuando el contenido de selenio en la materia seca de la ración es mayor que 2 ppm, no se loga efecto alguno con esta suplementación.
La reducción de la incidencia de placenta retenida después de la suplementación con selenio y vitamina E se atribuye a un incremento o elevación en el estado antioxidante e inmune de la vaca al momento de producirse el parto.
Los resultados de un estudio donde se suplementaron 12 vacas en el periodo seco, con la administración de 3 000 ui/vaca/día de vitamina E; cuatro semanas preparto y otra aplicación de 5 000 ui de vitamina E una semana antes de la fecha probable del parto, evidenciándose una supresión en los neutrófilos y macrófagos sanguíneos en le post-parto precoz, cuando se compararon con las vacas que no recibieron esta suplementación vitamínica.
Sin embargo, la magnitud del selenio en la dieta no se precisó. En otro estudio, las vacas con retención de placenta tuvieron índices bajos en el estado antioxidante antes del parto. El estado antioxidante se incrementó por la suplementación con vitamina E (1 000 ui/día durante 6 semanas). Desafortunadamente la cantidad de vacas estudiadas fue insuficiente para demostrar una reducción en la incidencia de la retención de placenta.
Las intervenciones obstétricas efectuadas con limpieza e higiene del operador, la parturienta de línea y el instrumental utilizado en la asistencia, reducen la incidencia de metritis. Asimismo, la asistencia sistemática y bien dirigida a disminuir los factores de riesgo asociados con los problemas de manejo, alimentación y distocias tienen un efecto favorable sobre la disminución de la prevalencia de los trastornos puerperales.
Efecto de la Nutrición Pre y Posparto Sobre la Función Reproductiva Posparto
Se ha demostrado que la CC inmediatamente anterior al parto influencia la lactancia, la salud y la fertilidad en vacas de alta producción láctea (Gearhart et al1990, Ruegg et al 1992, Waltner et al 1993). Igualmente, aquellas vacas que llegan al parto con bajo peso corporal tienen un mayor intervalo parto- primer estro y parto-ovulación (35). Por tanto, una pobre nutrición o el inadecuado consumo de nutrientes para suplir las demandas metabólicas, son causas importantes de anestro prolongado (36,11).
Efecto del Amamantamiento y Vínculo de la vaca con el ternero sobre la Reproducción después del Parto
Durante mucho tiempo se pensó que el amamantamiento era la principal causa del cese de ciclicidad ovárica conocida como anestro lactacional, no solamente en el bovino, sino en la mayoría de las especies animales, dado que la disminución en la duración e intensidad del amamantamiento reduce la duración del anestro posparto en vacas para producción de carne (Garcia et al 1984).
Sin embargo, en los últimos 13 años han surgido evidencias que demuestran que la comunicación somato- sensorial dentro de la ubre y el pezón no es necesaria para suprimir la secreción de LB (Williams GL 2002). La succión producida por la cría al amamantarse no es el único factor que bloquea el reinicio de la actividad ovárica (Williams GL et al 1996), ya que, aun removiendo la glándula mamaria, si el ternero permanece todo el tiempo con la madre, ésta se mantiene en anestro y, por ende, el efecto de succión per se no explica el bloqueo lactacional (Pérez-Hernández et al 2001a.).
Efectos Raciales y Época del Parto Sobre la Fisiología del Posparto
En las razas puras Bos indicus, los efectos negativos del amamantamiento y subnutrición en el posparto se ven más acentuados que en las razas puras Bos taurus. Sin embargo, esta condición mejora en los animales cruzados, los cuales presentan un intervalo posparto menor (Galina et al 1989, Williams GL 2002).
El ganado Bos taurus de países de la zona templada tienen menor intervalo entre partos, comparado con la raza cebú (Mukasa-Mugerwa 1989). El tamaño de la vaca y su potencial lechero, características influenciadas genéticamente, también tienen efectos sobre la duración del intervalo posparto.
Conclusiones Finales Posparto en Bovinos
La fisiología del posparto puede considerarse como un retorno al ciclo estral, precedido de un periodo de acomodación endocrinológica similar al que ocurre en el periodo pre-puberal, Esto es, que una vez cesa la inhibición de la secreción pulsátil de OnRH y LH, el eje hipotálamo-hipófisis-ovarios se restablece para que la secreción de la LH vuelva al patrón típico que antecede a la ovulación. Simultáneamente debe ocurrir la involución uterina.
Una forma aceptada para detectar el inicio de los ciclos estrales normales después del parto, es la determinación de niveles séricos de progesterona por encima de 0,5 ng/ml; sin embargo, puede haber secreción de progesterona insuficiente antes de la iniciación de la función ovárica normal. Evidentemente, hay variaciones importantes en la duración del lapso que transcurre entre el parto y la primera ovulación posparto, por lo que se hace necesario establecerla para los diferentes genotipos bovinos.
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