El celo de la vaca
Un factor clave en un programa reproductivo exitoso, es la eficiencia en la detección del celo de la vaca.
Una buena observación es la herramienta más confiable y básica en la detección de calores. El celo de la vaca varia desde 6 a 8 horas, y la ovulación ocurre durante las 12 a 18 horas siguientes de la finalización del celo. Por consiguiente, es muy importante tener a una persona experimentada responsable por la detección de calores.
La observación de las vacas se debe realizar dos veces al día y debe durar entre 20 a 30 minutos cada observación. Si se cuenta con tiempo se pueden hacer mas observaciones para incrementar la efectividad del proceso. La observación se pueden hacer una en la mañana, una al medio día o por la tardecita ya casi de noche, los reportes literarios muestran mayor actividad de signos de celo en la tarde hasta la madrugada.
Algunas vacas en calor son montadas más de diez veces en este periodo, mientras otras sólo una vez.
Signo de celo de la vaca
La vaca en estro muestra una conducta muy peculiar. La conducta de estro tiene como propósito facilitar el encuentro con el macho y su apareamiento. Durante el estro la vaca se muestra inquieta, aumenta su vocalización, camina más, trata de montar a otras vacas y acepta la monta del macho o de una compañera (conducta homosexual. Figura 1).
También los genitales muestran cambios durante el estro, así, la vulva se inflama ligeramente, a la palpación rectal se aprecia el útero con turgencia (duro y contraído) y al realizar un masaje del cérvix se observa que sale moco cristalino abundante por la vulva (Figuras 2 y 3).
Figura 2. Extracción de moco cervical durante la palpación rectal. El moco cervical es viscoso y cristalino.
Figura 3. La evaluación del moco cervical permite conocer el estado de salud del útero. Para realizar la inseminación, el moco debe ser cristalino y viscoso. La presencia de moco turbio o acuoso, o con estrías de exudado purulento, indica que hay un proceso infeccioso y en consecuencia la vaca no debe inseminarse.
No obstante que la vaca muestra diferentes cambios físicos y conductuales durante el estro, el signo positivo de estro y el único que se considera para realizar la inseminación artificial es cuando la vaca acepta la monta.
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Signos secundarios del celo de la vaca
La persona encargada de la inseminación artificial debe observar los signos secundarios del calo de la vaca, los cuales incluyen:
- Descarga abundante de moco cristalino
- Vulva inflamada
- Monta otras vacas
- Nerviosismo
- Pérdida del apetito
- Retención de la leche durante el ordeño
- Cola pelada
- Raspaduras en cadera y columna
- Barro en los lados.
Estos signos secundarios pueden ser un indicativo de que la vaca esta entrando en celo, terminando el celo o esta en celo, pero usted debe tomar la decisión de inseminarla basándose en el hecho de que permaneció inmóvil y fue montada por otras.
C0mo detectar el celo de la vaca
Importancia de la detección de celo en la vaca
El método tradicional y más utilizado para detectar el celo de la vaca es la observación visual directa de los animales (Palmer et al., 2010). No obstante, para obtener buenos resultados es necesario que el observador disponga del tiempo y experiencia adecuada, requisitos que no siempre se cumplen (Gordon, 2011).
En busca de mejorar este escenario, se ha extendido el uso de programas hormonales para la inducción de la ovulación sincronizada, permitiendo así la inseminación artificial a tiempo fijo sin necesidad de detectar celos. En estos programas se recurre a la utilización de protocolos hormonales, basados principalmente en progesterona (P4), prostaglandina F2a (PGF2a) y estradiol – 17 β (E2). De acuerdo a Ayad et al. (2015) el uso de compuestos estrogénicos dismuiría la incidencia de una incorrecta inseminación, lo cual es percibido como beneficioso en la práctica por los productores. Sin embargo, la utilización de programas hormonales que utilicen estradiol-17β y sus derivados ésteres en animales de consumo humano están prohibidos en los países miembros de la Unión Europea (UE) (European Union, 2003).
Esto se debe a la renuencia de los consumidores europeos a aceptar productos procedentes de animales tratados con hormonas. En busca de encontrar otras alternativas, durante los últimos años se ha impulsado el estudio de los cambios conductuales de la hembra bovina durante el periestro (Mülleder et al., 2003; Sveberg et al., 2011;), sumado al desarrollo de sistemas alternativos económicos, confiables y precisos para detectar automáticamente el celo (Chanvallon et al., 2014).
Dentro de estos sistemas cabe señalar aquellos que miden la actividad física del animal (Michaelis et al., 2014; Norambuena, 2015), y el tiempo de rumia (Reith y Hoy, 2012).
Este tipo de tecnología tiene la característica de no ser invasiva, tiene un mejor potencial para detectar estro ya que son más eficientes y precisos que la detección visual, necesitan menos mano de obra y principalmente son amigables con el bienestar de los animales.
Métodos utilizados para detectar celo de la vaca
En general existen dos formas de identificar bovinos en celo. La primera es a través de la observación visual de los cambios en el comportamiento sexual de la hembra bovina, y la segunda es a través del uso de equipos electrónicos.
Observación visual de signos asociados al celo
Las hembras bovinas durante el estro pueden presentar tres etapas que son la atracción, la pro-ceptividad y la receptividad (Fraser y Broom 1990). La atracción se mide en función del grado en que la hembra evoca respuestas sexuales al macho. Esta respuesta depende tanto de los olores que ella produce como de su proceptividad, es decir, la medida en la que manifieste comportamiento de invitación o solicitud.
En tanto que la receptividad es la predisposición de la hembra a aceptar el cortejo y la cópula del macho y es cuando se presentan diferentes signos de celo. La mayoría de los autores coinciden que el comienzo del celo se suele producir durante la noche o a primera hora de la mañana, sin embargo se ha reportado que en vacas lecheras se produce a lo largo del día coincidente con los periodos de ordeño. De acuerdo a Van Eerdenburg (2006) y a Sepúlveda y Rodero (2003) los signos de celo de la vaca pueden ser definidos de la siguiente manera:
Signo primario del celo de la vaca: Aceptación de la monta: Signo característico del celo. Ocurre cuando un animal queda quieto al ser montado por un macho o por otra hembra. También se puede observar el pelo hirsuto en el flanco y base de la cola del animal montado.
Signos Secundarios
Monta: La monta o el intento de montar a otras vacas es uno de los signos externos más precisos de estro en vacas lecheras. Una vaca puede ser considerada en estro cuando monta otra vaca dos veces en 24 horas.
Mugidos: La hembra bovina en estro muge más de lo normal, a veces de forma continua, sin embargo, en el ganado lechero sólo algunos animales muestran un aumento en las vocalizaciones.
Incremento de la actividad: La vaca se observa inquieta, el pastoreo y la alimentación quedan muchas veces interrumpidos, el tiempo de rumia se reduce y la producción de leche disminuye. Aumenta sus desplazamientos e intenta montar o solicita ser montada por otras vacas sin reparar en el rango social (Hafez y col 1969). Es frecuente observar un aumento en la frecuencia de orinar.
Acicalamiento mutuo (allogrooming): El acicalamiento mutuo en forma de lamidos a otros animales aumenta.
Flehmen: Tras los olfateos puede manifestar el reflejo de flehmen o levantamiento del labio superior. Aunque se observa con frecuencia durante el diestro, también tiene una alta frecuencia durante el estro. El flehmen es difícil de distinguir de otros tipos de conductas que no están relacionados al estro, como la inhalación de aire fresco del medio, por lo que puede ser considerado de menor importancia para determinar si una vaca está en celo o no (Van Eerdenburg y col 1996).
Cajoling: Es el frotar o acariciar a otro animal usando la parte superior o inferior de la cabeza o el cuello. Este es el primer intento para detectar la pasividad de otra hembra (Cavestany y col 2008).
Olfateo de vulva a otra vaca: La vaca en celo suele olfatear a otra vaca o ser olfateada cerca de la cola por otro animal y empujarla. El animal receptor de esta actividad puede mostrar barro en sus costados y saliva sobre su espalda. El olfateo se produce durante el estro, así como entre períodos de éste. A menudo es seguido por cajoling.
Apoya quijada: Llamado también “reflejo de papada” en donde un animal apoya su quijada en la grupa de otra vaca. Se produce durante el estro, pero también durante el diestro, sin embargo, la frecuencia durante el estro es sustancialmente mayor y por lo tanto es un buen indicador de éste (Van Eerdenburg y col 1996). A menudo es seguido por el acto de montar a otra vaca.
Descarga de flujo vaginal: Flujo mayor a 50 cm de longitud compuesto de un moco viscoso y limpio eliminado de la vagina que puede ir acompañado de tumefacción vulvar. Para la inseminación artificial tiene poco valor porque este signo puede ser visto durante varios días. Además estas descargas vaginales se visualizan poco en vacas que se encuentran en sistemas de pastoreo extensivos (Van Eerdenburg y col 1996). Aunque es muy usado por productores, no es siempre asertivo en la detección de celo de la vaca.
Además de los signos anteriormente mencionados, existen otros, más generales, como la reducción del consumo voluntario y la producción de leche durante el estro (Van Eerdenburg 2006).
Sin embargo la baja en la producción de leche ocurre después de la disminución del consumo voluntario y no se manifiesta en todos los animales, por lo tanto, estos deberían ser considerados en combinación con los signos anteriormente señalados. Tradicionalmente se considera que el signo primario más característico del celo es la aceptación de la monta que ocurre cuando el animal permanece “quieto al ser montado”.
Sin embargo, parecería que la expresión de este signo ha disminuido en los últimos años o no todos los animales lo manifiestan (Roelofs y col 2010). Por lo cual la observación de los signos secundarios adquiere cada día más importancia.
Detección de animales en celo utilizando tecnología de precisión
Por las crecientes pérdidas reproductivas derivadas de una sub-óptima detección de celo visual, ha sido necesario crear e implementar diversos métodos electrónicos para palear esta falencia.
Podómetros en la detección de celo de la vaca
El fundamento de ésta herramienta radica en que la vaca durante la etapa de estro camina más que en las otras etapas del ciclo estral. Así, el podómetro (Figura 4) colocado en una pata de la vaca, registra la actividad locomotora diariamente, la cual es capturada todos los días mediante un lector instalado en la sala de ordeño. Cuando la vaca camina más, aparece una señal en el informe impreso, para que el inseminador examine a la vaca por vía rectal y determine si hay signos de estro genital y proceda a inseminarla.
Figura 4. Vacas con podómetro en una sala de ordeño tipo carrusel. Un aumento en la actividad locomotora es un indicador de estro.
Parches con cápsula de colorante (K-MAR)
Estos dispositivos (Figura 5) se colocan en la grupa y contienen una cápsula de colorante, la cual se rompe cuando la vaca recibe la monta. Así, en la vaca positiva el dispositivo es de color rojo mientras que en la negativa es blanco.
Figura 5. Parche con cápsula de pintura (K-MAR). En la foto se observa una vaca en estro ya que la cápsula se rompió y liberó la pintura roja.
Detectores electrónicos de la monta (Heat Watch)
Estos dispositivos (Figura 6) se colocan en la grupa y contienen un sensor electrónico que se activa cuando la vaca recibe la monta. Una vez activado emite una señal, la cual es recibida por una antena colocada en el corral. La señal se registra en una computadora y las vacas positivas se presentan en un informe escrito para que el técnico proceda a la inseminación.
Figura 6. Vaca con detector electrónico de montas (Heat Watch) colocado en la grupa.
Chin ball en la detección de celo
Este método consiste en un aditamento que contiene tinta (como un bolígrafo, Figura 7) y se coloca en la región de la quijada del toro, al cual previamente se le ha desviado el pene quirúrgicamente. Cuando el toro monta a una vaca, le pinta el lomo y no completa la cópula, ya que tiene el pene desviado.
Figura 7. Toro con Chin ball. Los toros con este dispositivo deben tener el pene desviado para evitar que copulen con las vacas en estro.
Crayón para el celo de la vaca
La utilización del crayón (crayoneo, Figura 8) es la técnica más común en los hatoslecheros y consiste en pintar la grupa con crayón (región del sacro). En las vacas quereciben montas, la pintura se borra. El técnico todos los días revisa qué vacas ya no tienenpintura para examinarlas por vía rectal y aquellas con estro genital son inseminadas.
Figura 8. La marca con crayón se realiza en la grupa de la vaca con la finalidad de que cuando la vaca reciba montas la pintura desaparezca.
Es importante señalar que las técnicas descritas sólo son ayudas que facilitan la detección de las vacas en estro. En todos los casos, la decisión de qué vacas se deben inseminar debe sustentarse en la presencia de signos genitales de estro, de lo contrario, la fertilidad es baja.
Hoy en día existen técnicas de sincronización del estro con inseminación a tiempo fijo. En estos programas la inseminación se realiza en un tiempo determinado después del tratamiento hormonal, independientemente de la conducta estral.
Finalmente, es de anotar que la deficiencia en el rendimiento reproductivo puede ser causada no sólo por una pobre detección de calores, sino también por desordenes nutricionales, problemas de salud (afecciones en las extremidades, infecciones del tracto reproductivo, quistes ováricos, estrés, etc.). pobre calidad del semen, malas técnicas de inseminación artificial, el medio ambiente, superficies resbalosas, etc.
Relación entre el celo de la vaca y el tiempo de rumia
La rumia es la acción de devolver el bolo alimenticio a la boca desde rumen, tragando rápidamente el líquido y re masticando el material más grueso para luego volverlo al rumen (McDonald y col, 2010).
Se ha detectado que la rumia varía de acuerdo al estado fisiológico del animal, una caída en el tiempo de rumia nos puede indicar que el animal puede estar enfermo, estar presentando un desorden nutricional, algún trastorno metabólico, estrés, el momento del parto y el celo. Varios estudios (Phillips y Schofield, 1990; Reith y Hoy, 2012) muestran una alta correlación entre el tiempo de rumia y el estro.
El tiempo de rumia (TR) puede ser definido como el tiempo en que un rumiante realiza la actividad de rumia durante 24 horas. Han sido reportados diferentes TR en bovinos, según McDonald y col (2006) un animal rumia aproximadamente 8 horas al día, Reith y Hoy (2012) encontraron que el TR promedio en las vacas es de 429 min/día.
Según otros estudios como el de Adin y col (2009) este tiempo varía entre 428 y 482 min/día dependiendo del tipo de alimentación que esté recibiendo. El TR comienza a disminuir de forma fisiológica al acercarse el estro, aproximadamente un día antes de éste, alcanzando su punto más bajo el día del estro con una disminución de un 17% (357 min/día) del tiempo basal.
También se ha reportado una disminución en el tiempo de alimentación de la vaca entre el 5 y 20% durante el celo (Phillips and Schofield, 1990). Las mayores variaciones se presentan en las hembras primíparas que disminuyen su TR en promedio 98min/d a diferencia de la vacas con más de 3 partos que sólo disminuyen en promedio 69 min/d comparado con su tiempo basal.
Durante este tiempo el animal tiene cambios en su comportamiento, presentándose inquieta, pasando menos tiempo descansando echada e incluso disminuyendo su producción láctea. Todos estos cambios de su conducta están asociados a que en este período el consumo de alimento por parte de estos animales disminuye (Reith y Hoy, 2012).
El tiempo de rumia como indicador de vacas en celo
Cuando una hembra bovina de leche -mantenida en un sistema estabulado- está en celo, aumenta su actividad disminuyendo el TR disminuye (Reith y col, 2014; Ambriz.Vilchis y col., 2015) tal como se observa en la figura1.
Este equipo ha sido validado en Canadá (Schirman y col, 2009) en animales estabulados obteniéndose una alta correlación (r = 0.93, R (2) = 0.87, n = 51) entre el TR (35.1 +/- 3.2 min) brindado por el equipo y las observaciones visuales de los animales, indicando que el equipo es una herramienta precisa para monitorear vacas de leche en celo en condiciones estabuladas. Actualmente el equipo está siendo probado en el sur de Chile, en vacas de leche mantenidas en sistemas pastoriles.
Video eventos fisiológicos del calor de las vacas
No dejes de ver el siguiente vídeo de tan solo 4 minutos donde están todos los eventos fisiológicos del calor de las vacas.
https://www.youtube.com/watch?v=5htW_kIjW3g
Como hacer para que una vaca entre en celo
Ques es la sincronización de celo en bovinos
La sincronización de celo de la vaca, es una técnica complementaria a la inseminación artificial de la vaca que modifica los ciclos de un grupo de hembras, permitiendo que presenten un ciclo fértil en uno o unos días programados, pudiendo realizar inseminación artificial, si se quiere sin detección de celos de la vacas a tiempo fijo. Es una técnica reproductiva de gran importancia y es eficaz para mejorar los parámetros reproductivos en un hato bovino.
El problema asociado es la detección oportuna del estro, sobretodo en el periodo posparto, reduce el uso potencial de la IA en explotaciones ganaderas. De esta manera se puede justificar la aplicación de técnicas de manejo reproductivo que incluyan programas de sincronización de la ovulación con inseminación artificial a tiempo fijo (IATF). La implementación de programas de IATF permite la inseminación de un gran número de animales en un periodo establecido. Así, pues, Se logra obtener una cantidad considerable de crías con semen de toros de alto potencial genético, lo cual facilita y acelera el proceso de mejoramiento genético.
Los tratamientos para sincronizar el estro se basan en la destrucción del cuerpo lúteo mediante la administración de prostaglandina F2α, o en la inhibición de la ovulación a través de la administración de progestágenos.
Sincronización de celos en vacas con Prostaglandina F2α
La prostaglandina F2α (PGF2α) es una hormona producida en el endometrio, la cual provoca la regresión del cuerpo lúteo (CL), proceso que marca el fin del diestro y el inicio del proestro en el ciclo estral de la vaca. La administración de PGF2α entre los días 6 a 17 del ciclo estral produce la regresión del CL, lo que resulta en la presentación del estro en las siguientes 48 a 144 horas (Figura 1).
Figura 1: Tiempo de presentación del celo de la vaca después del tratamiento con PGF2α en diferentes momentos del diestro.
La PGF2α se utiliza para la sincronización de los estros en grupos de vacas, y también se utiliza para la inducción del estro en forma individual en aquellas que tienen un cuerpo lúteo.
La respuesta de los animales tratados es variable; en vaquillas se puede lograr hasta un 95% de animales en estro, mientras que en vacas adultas, y particularmente con vacas en lactación, la respuesta fluctúa de 45 a 70%. Los factores más importantes que determinan la variación en la respuesta se tratan a continuación.
Precisión en la palpación rectal del cuerpo lúteo
La PGF2α es efectiva sólo en las vacas que tienen un cuerpo lúteo funcional (CL del día 6 al 17 del ciclo). El error que se comete con mayor frecuencia, consiste en tratar a vacas que no tienen un cuerpo lúteo funcional.
En pruebas realizadas con veterinarios se ha obtenido una precisión en la palpación del CL de 80%, lo cual significa que 20% de las vacas a las que se les diagnosticó un CL, no lo tienen, y, por lo tanto, no responden al tratamiento. Esto se explica, porque un cuerpo lúteo no funcional puede diagnosticarse morfológicamente como un CL funcional, en la palpación rectal.
Lo anterior se ha demostrado mediante estudios ecográficos de los ovarios simultáneamente con determinaciones de progesterona sanguínea, en los cuales se ha observado que algunas vacas tienen una estructura similar a un CL, pero no es funcional.
Efectividad de la PGF2α para provocar regresión lútea
Frecuentemente se piensa que determinada PGF2α comercial es más efectiva que otra. Se han probado diferentes marcas de PGF2α (naturales y análogos sintéticos), mediante la determinación de progesterona, y se ha encontrando que todas ellas destruyen con la misma eficacia el CL. En estos experimentos las concentraciones de progesterona alcanzaron niveles básales entre 24-36 h después del tratamiento. Alrededor de 10% de las vacas con cuerpos lúteos funcionales no sufren regresión lútea, condición que no depende de la PGF2α, sino de las características del CL. Además, entre el día 4 y 5 del ciclo estral, el CL no es susceptible al efecto luteolítico de la PGF2α.
En el pasado se pensó en la posibilidad de utilizar dosis reducidas de PGF2α vía submucosa vaginal y vulvar o directamente en la luz del útero. Lo anterior obedece a que en condiciones fisiológicas, la PGF2α llega al CL en concentraciones muy bajas por una vía de circulación local. Los resultados obtenidos con estas técnicas son inconsistentes; el porcentaje de vacas con regresión lútea varía de 30 hasta 75%, lo que la hace impráctica.
Etapa del diestro en que se aplica la PGF2α para sincronizar celos en vacas
Después del tratamiento con PGF2α el estro se presenta entre las 48 y 144 horas, concentrándose 75% de los estros entre 48 y 96 horas. La variabilidad en el tiempo de respuesta no depende de la rapidez con que la PGF2α destruya el CL, sino de la etapa del diestro en que se administra la hormona.
La causa de la variación de la respuesta, radica en las ondas de crecimiento folicular que ocurren durante el diestro; así, en la vaca se observan entre 2 y 3 ondas de desarrollo folicular; por este motivo, existe variabilidad en la población folicular entre vacas al momento del tratamiento.
Se ha demostrado que si la vaca tiene un folículo de 10 mm de diámetro tarda menos tiempo (48 a 72 horas) en presentar el estro que una vaca que tiene folículos menores de 5 mm (> 72 horas). Esta condición ha limitado la utilización de la inseminación a tiempo fijo; en los trabajos realizados con este esquema los resultados de fertilidad han sido desastrosos.
Actualmente hay técnicas que permiten homogeneizar la población folicular para obtener una mejor sincronización del estro y de la ovulación, lo cual permite la inseminación a tiempo fijo, con buenos resultados.
Doble inyección de PGF2α
Además de la sincronización de las vacas seleccionadas por la presencia de un cuerpo lúteo diagnosticado mediante palpación rectal, existe otra posibilidad de sincronizar el estro sin la palpación rectal. En este esquema se administran dos dosis de PGF2α con 11 o 14 días de separación (Figura 2).
Así, en la primera inyección responden las vacas que estaban en diestro. Once o 14 días después de la primera inyección, tanto las vacas que presentaron estro en la primera dosis como las que no, estarán en diestro. La elección de 11 o 14 días de separación entre las inyecciones de PGF2α depende de las condiciones y del tipo de ganado. En vacas lecheras en lactación se recomiendan 14 días de diferencia debido a que tienen mayor variación en la duración del ciclo estral y, además, con este intervalo las inyecciones se pueden aplicar los días lunes, lo cual favorece la detección del estros. En vaquillas o novillas se puede optar por la doble inyección de PGF2α con 11 días de separación.
Figura 2: Sincronización del estro con doble inyección de PGF2α.
Sincronización de la ovulación e inseminación a tiempo fijo
Se han desarrollado esquemas de sincronización con PGF2α que incluyen tratamientos para sincronizar la oleada folicular y la ovulación. Uno de ellos es el Ovsynch, el cual fue desarrollado para sincronizar la ovulación e inseminar a tiempo fijo (Figura 3).
En este esquema, las vacas se sincronizan con PGF2α (presincronización) cada 14 días a partir del día 30 o 40 posparto, con el propósito de que al momento de iniciar la sincronización de la ovulación las vacas estén en el diestro temprano (días 6 a 9).
La sincronización de la ovulación inicia 14 días después de la última inyección de PGF2α; comienza con la inyección de GnRH (día 0), seguida de la inyección de PGF2α (día 7) y posteriormente se administra otra dosis de GnRH (día 9) y se insemina 16 h después.
La primera inyección de GnRH ocasiona un pico de LH, el cual provoca la ovulación o luteinización de los folículos de ∼8 mm de diámetro, y con esto se provoca el surgimiento de una nueva onda folicular. Dado que la primera inyección de GnRH se realiza en el diestro temprano, al momento de la inyección de PGF2α las vacas están en el diestro tardío; además, las vacas tienen un folículo con un grado de desarrollo similar, el cual ovula en respuesta a la segunda inyección de GnRH.
Figura 3: Protocolo de sincronización de la ovulación e inseminación a tiempo fijo.
Sincronización de celos en vacas con Progestágenos
Los progestágenos constituyen un grupo de hormonas esteroides, las cuales se caracterizan por ser liposolubles, termoestables y por no inactivarse en el tracto digestivo. Estas propiedades permiten administrarlos por vía oral, a través de la mucosa vaginal o en implantes subcutáneos de liberación controlada. Dentro de este grupo de hormonas se encuentra la progesterona, la cual es un progestágeno natural, y los progestágenos sintéticos como el acetato de melengestrol (MGA; Figura 4) y Norgestomet (Figura 5).
Figura 4. Esquemas de tratamiento para la sincronización del estro con Acetato de Melengestrol (MGA).
Figura 5: Esquemas de sincronización con Acetato de Melengestrol y Norgestomet.
Los progestágenos suprimen la secreción de LH, lo que resulta en la inhibición de la ovulación (Figura 6). Durante el periodo de administración, el cuerpo lúteo sufre regresión natural, y al retirar el tratamiento el estro se presenta de 48 a 96 h.
Figuera 6: Frecuencia de secreción de la LH de acuerdo a la etapa del ciclo estral.
Durante el diestro la progesterona inhibe la frecuencia de la LH, una vez que ocurre la regresión del cuerpo lúteo, se observa un incremento en la secreción pulsátil, lo cual estimula la maduración final del folículo ovulatorio
Existen tratamientos cortos que consisten en la inserción de un implante en la parte externa de la oreja que contiene norgestomet, el cual permanece por nueve días. Además, el tratamiento se complementa con la inyección intramuscular de valerato de estradiol y norgestomet, al momento de poner el implante. En este esquema, el estradiol y el norgestomet evitan el desarrollo normal del cuerpo lúteo o pueden provocar la luteólisis. El tiempo de presentación del estro a partir de retirar el implante es de 48 a 72 h y la proporción de animales en estro con frecuencia llega a ser mayor de 80%.
Otro tratamiento consiste en la inserción intravaginal de un dispositivo liberador de progesterona (CIDR, por sus siglas en inglés: Controlled Internal Drug Release). El dispositivo permanece 12 días y también se combina con la inyección de benzoato de estradiol al momento de la inserción del dispositivo. El tiempo de permanencia del dispositivo se puede acortar, siempre y cuando se acompañe con la inyección de una dosis luteolítica de PGF2α al momento de retirarlo. Por ejemplo, hay tratamientos de 7 o 9 días, con buenos resultados. El estro se presenta de 48 a 72 h post-retiro y la proporción de vacas en estro es similar a lo obtenido con otros progestágenos.
La fertilidad global lograda después del servicio en el estro sincronizado es similar a la obtenida en el estro natural; sin embargo, algunas vacas tienen baja fertilidad, lo cual se asocia con la presentación de estros anovulatorios (Figura 7.) y con alteraciones en el desarrollo folicular.
Figura 7. Desarrollo de folículos dominantes persistentes en la vaca lechera durante el esquema de sincronización con progestágenos. En las vacas que coincide el tratamiento con la presencia de un cuerpo lúteo, se observa un recambio folicular, mientras que en las vacas que no tienen cuerpo lúteo (proestro), el folículo dominante persiste hasta el retiro del tratamiento.
Experimentalmente se ha demostrado que estos tratamientos pueden inducir conducta estral en animales que no están ciclando y aun en animales que no tienen ovarios. Esto se debe a que los niveles del estradiol administrado en el primer día, persisten hasta el momento de retirar el implante; así, al retirar la fuente del progestágeno y al haber concentraciones altas de estradiol, se desencadena la conducta estral, la cual no es acompañada de ovulación. Además, en animales que se encuentran ciclando, los niveles altos de estradiol al momento de retirar el implante pueden alterar la relación temporal entre el estro, el pico preovulatorio de LH y la maduración final del folículo ovulatorio. Se logran buenos resultados sin administrar la ampolleta de valerato de estradiol y norgestomet, y en su lugar se aplica una dosis de PGF2α al momento de retirar el implante.
Otro de los factores que se han asociado con la baja fertilidad es el día del ciclo en que comienza el tratamiento. Se ha observado que cuando coincide con la presencia de un cuerpo lúteo, el porcentaje de concepción es mayor que cuando no hay un cuerpo lúteo.
Esto ocurre debido a que la concentración plasmática del progestágeno, por si sola, es incapaz de suprimir la secreción pulsátil de LH; mientras que cuando el tratamiento coincide con la presencia de un cuerpo lúteo si se suprime eficazmente la secreción de LH.
Cuando se logra suprimir la LH se provoca una dinámica folicular, la cual permite la sustitución del folículo dominante por uno nuevo; en contraste, cuando no se suprime la secreción pulsátil de LH, se impide que el folículo dominante sufra atresia y, de esa forma, este folículo persiste hasta el día del retiro del progestágeno, convirtiéndose en el folículo ovulatorio. Para ese entonces, el folículo ya envejeció y el ovocito ya sufrió alteraciones que reducen su capacidad para desarrollar un embrión viable.
En condiciones de campo, la selección de las vacas por la presencia de un cuerpo lúteo antes de iniciar el tratamiento con progestágenos es impráctico; además no tendría sentido, ya que sería más conveniente tratar a estos animales con PGF2α.
Actualmente se cuenta con tratamientos para eliminar los folículos dominantes y promover una nueva onda folicular que permite el surgimiento de un folículo nuevo. Con este propósito se utiliza la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), gonadotropina coriónica humana (hCG), estradiol y progesterona, las cuales se inyectan de 5 a 7 días antes de retirar el progestágeno.
Sincronización de celos en bovinos con Progestágenos orales
El acetato de melengestrol (MGA) es un progestágeno que se administra por vía oral y fue desarrollado para suprimir la ovulación en la mujer. En las hembras bovinas se utiliza para mejorar la eficiencia alimenticia en los corrales de engorda, lo cual se logra a través de la inhibición de la presentación del estro.
Como todos los progestágenos, el MGA inhibe la secreción de la hormona luteinizante (LH), la cual suprime la maduración del folículo y la ovulación. Después de retirar el MGA, el folículo dominante termina su desarrollo y las hembras presentan estro en forma sincronizada.
La dosis de MGA por vaca es de 0.5 a 1 mg al día, en tratamientos que van desde 9 a 14 días. La presentación comercial de MGA contiene 0.22 mg de la hormona por 1 g del producto. El MGA se puede mezclar fácilmente con cualquier concentrado o grano molido. Después del último día de tratamiento, el estro se presenta de 2 a 7 días.
El intervalo del retiro del MGA al estro es más largo si se compara con otros progestágenos. Esto obedece al tiempo de eliminación del MGA, ya que mientras un implante o un dispositivo intravaginal se retiran en forma abrupta, el MGA puede continuar absorbiéndose mientras se elimina del tracto gastrointestinal. Con tratamientos por más de 14 días se pueden tener porcentajes de concepción menores en comparación con el estro natural, lo cual se debe en gran parte a la ovulación de folículos persistentes (“viejos”). Un tratamiento eficaz y, que además mejora la fertilidad, consiste en la administración de MGA durante 14 días seguido de una inyección de PGF2α 15 o 17 días después del retiro del progestágeno. Bajo este esquema, una alta proporción de las hembras tienen un cuerpo lúteo al momento de la inyección de la PGF2α y presentan el estro con buena sincronización. Otro tratamiento efectivo consiste en la administración de MGA durante 9 días más una dosis de PGF2α el día 9, con éste esquema también se obtienen buenos resultados en sincronización del estro y fertilidad.
Este tratamiento lo hemos evaluado en nuestro laboratorio con vaquillas Holstein y el porcentaje de hembras sincronizadas es alto (95%) con una tasa de preñez de 77.6%. Estos resultados son comparables a los logrados con otros esquemas de sincronización tales como implantes de norgestomet o dispositivos intravaginales liberadores de progesterona, pero con un costo significativamente menor.
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Es muy bonita e instructiva su publicación, me gustaría que ejemplificaras sobre la conducta de novillas en celo y sus diagnósticos tardíos
Excelente